Cuca Gamarra, ejemplo de POLÍTICA, sería, responsable y eficaz deja, abre paso a guerreros que combatan el virus socialista.
Nunca he saludado, personalmente, a Cuca Gamarra. No la conozco. Nunca mantuve con ella una conversación. Así que escribo hoy sobre ella porque me parece de justicia dejar constancia de su calidad en la vida política española. La objetividad exige el reconocimiento de los méritos ajenos. Y Cuca Gamarra es una mujer política seria, rigurosa, excelente dialéctica, sagaz analista siempre de la actualidad. Nada se le escapa. Sabe valorarlo todo. Es ecuánime hasta el punto máximo que puede serlo un político. Tiene una sólida formación universitaria y conoce también a fondo el mundo municipal español.
En el Congreso de los Diputados ha demostrado cien veces su eficacia. Es uno de los activos más sólidos del Partido Popular. Ha ocupado los cargos con dedicación, capacidad de trabajo y entrega personal. Tendrá defectos, Cuca Gamarra, como los tenemos todos. Pero el balance es en ella altamente positivo. Ha representado al Partido Popular en el Congreso de los Diputados con lucidez y generalmente con acierto que nadie discute.
Seguramente habrá razones para que deje los cargos que ahora ocupa, pero me parece obligado el reconocimiento de lo que ha hecho. Puede sentirse orgullosa de su trabajo político y del tiempo que a él ha dedicado. Decía Cánovas del Castillo, el gran hombre de Estado del siglo XIX, que “lo relevante en política no es un éxito aislado, sino la continuidad del esfuerzo y la dedicación sin reparos”.
Cuca Gamarra, en fin, se merece especial atención en esta hora en que deja las funciones que con tanto éxito ha despeñado en los últimos años. El Partido Popular hará bien en no olvidar a quien le ha servido lealmente con un esfuerzo prolongado y sin fisuras.
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