Anna Gabriel: “La CUP embestiría al PRESO, Pedro Sánchez, siempre que sea la gallina quien pise al gallo”.

Si, hoy por hoy,  preguntásemos a cualquier atolondrado, incondicional del imposible independentismo catalán,  por desconfiguración  de sus neuronas como consecuencia de la confusión inducida por odio con arrebato yihadista de la cúpula del Parlament y lacayos adscritos  con mamandurria de alto voltaje económico por el significado de INVESTIR para gobernar un país inexistente a la espera de que salga “el pollo” de un huevo de gallina sin estar pisada por un gallo, la respuesta de la totalidad sería “LIBERTAD PARA PRESOS POLÍTICOS”.

Ya hace años que en Francia –linda con Bélgica y Suiza, residencia de Puigdemont y Anna - Gabriel, subió a los cielos o se quemó en el infierno, Antonio Machado, que en reiteradas ocasiones dijo: “Nueve de cada diez españoles embisten y solo uno piensa”. No cabe la menor duda,  el UNO de cada grupo de diez era él.

A finales del siglo pasado, Jordi Pujol bajó de la nube un catalán con sentido franquista, pero con sentimientos individuales de PODER, no tanto político como económico.  Hasta que un día pensó que si Machado quiso ser el UNO de los diez, ¿Por qué, él no podía ser el UNO de Cataluña, si solo era cuestión de INVESTIR a los que fueron presidentes de España con su voto y pleitesía así como la de su incondicional “muda” tropa, tan ágiles como útiles chantajistas de esos débiles gobiernos que, a su imagen y semejanza han arruinado mental y económicamente aquella nación que antes solo se llamaba España y nunca fue una nación de naciones, Felipe González, Aznar y el triste Zapatero –ahora lamesuelas de Maduro-.

Quienes piensen que Jordi Pujol es gilipollas están en un tremendo error. Pujol sigue siendo virrey emérito –hereditario a sus hijos, nunca hijas- de España en Cataluña, pero con poder hitleriano. 

Estos políticos de alto o total mando suelen tener buenas fuentes de información, entre otras cosas,  porque procedían de sus tutelados jefes del Gobierno de España. Felipe González y Aznar advirtieron al virrey catalán que el sucesor de Aznar, ante el más que evidente deterioro social y económico de Zapatero sería el bueno de Rajoy, nunca su apoderado  Rodrigo  Rato. 

El poder nunca debe servir para borrar la historia, si para que no se repita su parte degenerativa y vicios ocultos. A los españoles que luchamos por el progreso y desarrollo, por descontado, incluidos los nacidos en Cataluña, no nos queda otro remedio que, de inmediato, privar de libertad a los padres del más que previsible Holocausto a la catalana.  Nadie daba crédito a la matanza catalana, hasta que ocurrió.

Los independentistas no luchan por el poder político, si por “quemar” la verdadera historia de su saqueada economía que, por cierto, nos salpica con índices muy semejantes a los que, en su día,  provocó tantos suicidios en los Estados Unidos de América. ¿Sabéis? Ningún político se quitó la vida, solo inversores de grado medio alto. Hoy. Aunque sean otros adinerados nunca depositarán “su dinero” por mucha confianza que tengan en Rajoy mientras bribones escondidos detrás de la estelada  no sea domados como procede por Ley, o sea, cárcel al delincuente –desde el primer indicio- aunque sea secesionista catalán o allí se esconda.  

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Juan Pardo

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