A Irene Montero, nadie le quiere en política ni fuera de ella. Se consuela volando con el Falcon de Pedro Sánchez.
A Irene Montero, nadie le quiere en política ni fuera de ella. Se consuela volando con el Falcon de Pedro Sánchez.
Comentando una forma de vivir creativa y pasional, la textura es de rabia y emotividad, hay desesperación y un poco de ansiedad. ¡¡BASTA YA¡¡