La
base, el fundamento de las políticas públicas ha de ser la transparencia. En
España, por desgracia, dichas políticas se ceban con el pobre, a su vez,
víctima del populismo. Por cierto ¿Sabíais que la clase media baja es quien más
votos aporta a las urnas?. Pero, la realidad es bien distinta.
La transparencia supone que los ciudadanos tengan acceso a la información
pública –origen de las políticas públicas-, resultado del reconocimiento del
llamado “derecho a saber” o “derecho de acceso a la información pública”, e
implica que los ciudadanos tengan derecho a conocer cómo se prioriza, gestiona
y administra el dinero público.
Con buen criterio, la comisión económica de la UE obliga a que
cada Estado miembro de la misma haga públicos los gastos por sectores de
población con total transparencia y “””de fácil comprensión””” para el
ciudadano. Lo que facilitaría una pronta interpretación y evaluación del
impacto positivo, a fin de adecuar los presupuestos de gasto social a cada país
en su justa medida y sectores de población que así lo haya estimado la
ciudadanía. España lleva 6 años sin entregar dichos informes, por tanto, España
lleva 6 años sin recibir dichas ayudas complementarias. De modo que los dos
últimos gobiernos de España prefieren perder dichas ayudas complementarias a
hacer públicos y transparentes las partidas presupuestarias destinadas a
paliar la pobreza del pobre y la necesidad del necesitado. Pero
nuestros gobernantes son golfos, pero no tontos.
Me
explico:
El Gobierno Central se queda, directamente, con el 20% de lo presupuestado para
la partida –dicen que para gastos de administración, competencias impropias,
etc) De lo que resta, las comunidades autónomas se quedan con otro 20% más un
10% -5% para diputaciones y 5% para gastos de emergencia……………total que prefieren
empobrecer más al pobre, al objeto de entregarlo bien atado a los verdaderos
gobernantes de España, banqueros, empresarios y otros bichos raros que merodean
a los políticos, simples siervos de los anteriores.
Parece ser, que de nuevo con buen criterio la UE ha decidido que ya está bien
de marginar al pobre, al investigador, al parado, al enfermo y va a tomar
cartas en el asunto…..No se debe utilizar a sectores desfavorecidos de
políticas económicas como portadores de votos a las repletas de sucios nombres
que, posteriormente, serán sus gobernantes. De ahí que muy posiblemente los
PGE/2015 sean los últimos que confeccione “Vuestro Gobierno”.
En la otra parte de las mal llamadas "políticas
públicas" se esconden no pocas veces los proyectos asistenciales más
variados que, sin embargo, tienen todos ellos un denominador común que se
descubre a la hora de ponerlas en práctica: será necesario expoliar a los
contribuyentes para poder efectuarlas. En suma, echar mano a la mal llamada
"justicia social" que en definitiva consiste en algo simple:
quitarles a unos lo que les pertenece para darles a otros lo que no les
pertenece. Los partidarios de las "políticas públicas" se consideran
a sí mismos o se hacen llamar "hombres prácticos" que desprecian a
los teóricos. Estos últimos son tratados con epítetos desdeñosos por dedicarse
a la investigación y a la enseñanza. Muchas veces se tratan estos temas como si
estuvieran en departamentos estancos: una cosa son los teóricos de la
investigación y la enseñanza y otra bien distinta son los prácticos de la
coyuntura. Unos se encierran en sus torres de marfil discutiendo sobre el sexo
de los ángeles y otros son los profesionales de la coyuntura bien asentados
sobre la realidad y la práctica de todos los días. Así se pinta la caricatura
de estos dos campos de acción. Sin duda se trata de roles distintos pero,
nuevamente, cabe recalcar que no hay políticas públicas o análisis de coyuntura
que no se basen en la teoría. Esta podrá ser defectuosa o idónea pero no hay
comentario práctico que no esté sustentado en un esqueleto teórico. Pretender
buenas políticas públicas sin andamiaje teórico-conceptual es lo mismo que
pretender que existan productos farmacéuticos sin investigación médica.
Una gran parte de los partidarios de las "políticas
públicas" piensan que "una cosa es la teoría y otra cosa bien
distinta es la práctica", y seducen a muchísimos incautos repitiendo esta
falacia tan conocida y divulgada en prácticamente todos los ámbitos, generando
la mayor de las confusiones y de los desconciertos en la gente. Sin embargo,
esos sedicentes "hombres prácticos" son tan teóricos como los
teóricos que ellos excluyen y que se desempeñan en el campo de la enseñanza.
Los políticos echan mano de esos autodenominados "hombres prácticos",
que no pocas veces se terminan convirtiendo en asesores de aquellos políticos
ya en función de poder, y acaban adoptando las "recetas" de
"políticas públicas" recomendadas, que siempre se traducen en el
mismo resultado : aumentos del gasto público, de impuestos, de tasas,
contribuciones, alícuotas y demás instrumentos financieros para poder costear
tales "magníficos proyectos" que van a finalizar "favoreciendo a
los que menos tienen". Cuando la realidad indica que cada vez perjudican más
a la gente de menores recursos.
"El práctico no hace más que adoptar teorías ya aceptadas. Si el práctico
menosprecia al campo teórico su disciplina se estancará o entrará en franco
retroceso al tiempo que teóricos con otras concepciones ocuparán los espacios
vacíos para que otras teorías le corran la practicidad al práctico. En el caso
de las ciencias sociales resulta patético observar cómo muchas organizaciones
pretenden contribuir “al mejoramiento de la sociedad” restringiendo fondos a
los estudios teóricos que, como queda dicho, hacen de apoyo insustituible para
el mejoramiento de “la práctica”. Invertir las prioridades es como poner la
carreta delante de los caballos puesto que una vez entendido el campo
conceptual, el resto se da por añadidura. Invertir los pasos es como pretender
aplicar algo antes de concebirlo."
Los teóricos de las "políticas públicas" no
constituyen excepción cuando conforman organizaciones del tipo ONG o de
cualquier otro, con el fin de recaudar fondos que dicen querer ser destinados a
la "ayuda" de los más necesitados. En definitiva, y sin eufemismos, a
combatir la pobreza. Sin embargo, suelen fracasar, porque confunden
continuamente pobreza con desigualdad, y en lugar de
concentrarse en atacar a la primera centran sus dardos en la segunda. Es aquí
donde se evidencian las fallas conceptuales que tienen esos teóricos de las
"políticas públicas", son incapaces de distinguir las diferencias
entre pobreza y desigualdad, a la par que, independientemente de esto
último, terminan convirtiéndose en mendicantes de subsidios estatales, por
cuanto en sus mal fundadas "teorías" creen que es "función"
del estado "la lucha contra la desigualdad". Son incompetentes para
comprender que si se suprimiera la desigualdad la especie humana se extinguiría
por completo en muy pocas décadas. Y, como también dijimos un sinfín de veces,
el rol de los incentivos y desincentivos es fundamental en este tema:
Próximo estreno en España |
"Otro
factor poderoso en el aumento de las nóminas de asistencia social es la
creciente desaparición de varios fuertes desincentivos para acogerse a ese
régimen. El más importante de ellos ha sido siempre el estigma que significaba
para toda persona el subsidio a la desocupación, que la hacía sentir que vivía
parasitariamente a expensas de la producción en lugar de contribuir a ella.
Este estigma fue eliminado por valores que han penetrado en el moderno
populismo socialdemócrata; además, los organismos gubernamentales y los propios
asistentes sociales cada vez instan más a la gente a recibir lo antes posible
beneficencia por parte del Estado. La idea "clásica" del asistente
social era la de alguien que ayudaba a las personas a ayudarse a sí mismas, que
las impulsaba a lograr y mantener su independencia y a valerse por sus propios
medios. El propósito de los asistentes sociales era ayudar a los que vivían de
la beneficencia del gobierno a salir de esa situación tan pronto como fuera
posible. Pero ahora tienen el objetivo opuesto: tratar de que la mayor cantidad
de gente posible reciba asistencia social, promocionar y proclamar sus
"derechos". En esto desembocan habitualmente las "políticas
públicas": proliferación de subsidios, planes sociales, ayudas de todo
tipo bajo el pueril pretexto de "inclusión social". El resultado es
la más pavorosa exclusión social como nunca antes se hubiera visto.
Las politicas publicas han conseguido que tengamos una sanidad de las mejores y más eficientes del mundo, las politicas publicas han desarrolado sociedades como la de.Suecia, la de Dinamarca la de Alemania, incluso EEUU tiene la economía que tiene gracias a las politicas publicas empezando por Roosvelt e incluendo a Reagan que desarrolló una de las políticas más proteccionistas de la historia. El problema es cuando se ponen a gestionar lo publico los que no creen en lo público o peor lo gestionanpara su propio beneficio, como pasa con la mafia que nos esta gobernando
ResponderEliminarNo se votaria por miedo si tuvieramos gobernantes que miraran realmente por lo público.
ResponderEliminarExactamente, con el dinero público se hace pesebre electoral, así no puede existir democracia jamás.
ResponderEliminarY que razón tienes....
ResponderEliminarMano de obra barata.... .
ResponderEliminarLo único que nos diferencia de los países nórdicos y de los 8G es que se gestiona igual o mejor lo público que lo privado.
ResponderEliminarPues que les sigan votando y que les siga machacando. Lo siento por aquellos que no les votan y que son las victimas del sistema.
ResponderEliminar