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La era atómica nació el 16 de julio de 1945, cuando un dispositivo con explosivo de alto rendimiento por implosión o explosión y una potencia de 20 kilotones de TNT fue detonada al sureste del desierto de Nuevo México. La explosión fue tan brutal que el físico y testigo de cargo, J. Robert Oppenheimer, dijo: "Ahora me he convertido en la Muerte , el destructor de mundos” Intento paralizar aquello o que, al menos, no progresara sin éxito. Si el pobre indefenso no busca la muerte, la muerte le busca a él.
20 días después, las fuerzas estadounidenses lanzaron bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, matando a decenas de miles de hombres, mujeres y niños en un instante. No saciados de la barbaridad, también acompañaron las bombas con sustancias químicas para que los posteriores efectos radiactivos masacraran a los pobres inocentes que ni sabían si había o dónde era la guerra. VER FOTOS.
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Cuando el comandante de la aeronave ENOLA, el coronel, Paul Tibbets miró a tierra, dijo: Dios mío, ¿Qué hemos hecho? Los historiadores califican estas palabras más de carnicero que de arrepentido. Los historiadores califican estas palabras más de carnicero que de arrepentido.
Como siempre, cayendo del guindo.
ResponderEliminarJAMÁS SE PROCESA POR CRÍMENES DE GUERRA A LOS VENCEDORES, ESE ES SU PRIVILEGIO PARA PROCESAR EXCLUSIVAMENTE A LOS VENCIDOS.
ResponderEliminarMi pueblo quiere procesar por crímenes de guerra a la Sra. Margaret Thatcher, por ordenar hundir un barco militar desarmado como era el buque escuela General Belgrano, mientras se hacían tratativas de paz para evitar la guerra del Atlántico Sur de 1982. Pero no nos hagamos falsas esperanzas...ella ganó una guerra y los vencedores jamás son entregados para ser juzgados
ResponderEliminarLo del Belgrano fue una barrabasada y ojalá no quede impune. Recuerdo que comentamos el caso una vez, en la escuela de suboficiales, en plena clase.
ResponderEliminarLa forma de ser de muchos británicos les va a llevar por la senda de la perdición y van a arrastrar a muchos inocentes al hoyo de la amargura y las penurias, por culpa de su arrogancia y de su codicia.
El tema era Hiroshima. Teodoro gobernó a principios del siglo XX. El Roosevelt que participó de la Segunda Guerra fue Franklin Delano Roosevelt, con el plan económico NEW DEAL solucionó la economía y así benefició a mucha gente. Me gustaría instruirme sobre cuales fueron las sonoras y graves traiciones a su propia gente, porque desconozco esto y quiero saber.Me gustaría aprender.
ResponderEliminarEs algo complicado encontrar todas las fuentes que he ido mirando a lo largo de los años, pero sí que he sacado en claro que hizo un estudio concienzudo de lo que iba a "sacar" si entraba en la guerra a sabiendas de que a los norteamericanos no les interesaba para nada la guerra en Europa. Estuvo hostigando mercantes y submarinos de bandera alemana durante muchos meses sin conseguir "tocar" la moral en ningún aspecto, hasta que propició el ataque a Pearl Harbor retrasando toda comunicación de alarma con ayuda de muchos militares afines a la causa, no sin antes haber presionado a Japón (país con el que hacía muy buenos negocios) bloqueando la exportación de materias esenciales como el metal o el combustible, provocando que los japoneses tuvieran que buscarlo por medio de la expansión territorial.
ResponderEliminarNo creo que Roosevelt hubiera aceptado hacer los juicios de Nüremberg a los vencidos. No era esa su personalidad. Él decía que al ganar había que tener la generosidad de los vencedores. No se metió en la guerra hasta que los japoneses lo agredieron y además fue Alemania la que a continuación le declaró la guerra a EE.UU. para solidarizarse con su aliado Japón,
ResponderEliminarMi pueblo quiere procesar por crímenes de guerra a la Sra. Margaret Thatcher, por ordenar hundir un barco militar desarmado como era el buque escuela General Belgrano, mientras se hacían tratativas de paz para evitar la guerra del Atlántico Sur de 1982. Pero no nos hagamos falsas esperanzas...ella ganó una guerra y los vencedores jamás son entregados para ser juzgados.
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