Que todas las reformas que ha hecho el Gobierno de Rajoy han sido una “cagada” a estas alturas creo que nadie lo duda. Aunque las de Zapatero, Aznar o Felipe González, posiblemente, fueron peores, pero menos dañinas para el trabajador, el obrero, el que tiene que sacar al país adelante, el sufridor, el menospreciado por la banda de corruptos que se autodenominan Gobierno de la Nación.
Hay que
ser torpes por naturaleza como para no darse cuenta de las hipnóticas mentiras que cuenta. Si hace
unos años, la economía española necesitaba una tasa de crecimiento superior al
5% para generar empleo –lo del 3.5% es sectorial, además, de insuficiente-
¿Cómo es que ahora con una tasa del 1% dice el Gobierno que se generará empleo?
Que en
España hay más de 45 millones de economistas es cierto, aunque no menos cierto
es que todos están equivocados. Hay una teoría o cuento chino en economía con miles
de nombres, pero el más arrimado a lo que voy a comentar se llama, ¡lo tomas
o lo dejas¡
En
él participan dos jugadores que deben repartirse una determinada cuantía de
dinero según las reglas que uno de ellos decide y sin más negociación. El
primero propone cómo dividir el dinero con el segundo. Si este último rechaza
la oferta, ninguno obtiene nada; si la acepta, el primer jugador obtiene lo que
propuso y, el segundo, el remanente. Es, pues, un juego de lo tomas o lo dejas.
La complejidad del juego radica en el mejor resultado a obtener. Ningún
participante quiere irse con las manos vacías, pero el primer individuo sabe
que si no propone un reparto que beneficie a ambos de igual manera, las
posibilidades de que el segundo acepte son menores. En contrapartida, este
último sabe que si acepta, el beneficio será para ambos (en mayor, igual o
menor medida dependiendo de la primera elección) por lo que debe decidir si
prefiere obtener ganancia o no; a veces es mejor obtener un euro antes que
nada, aunque el otro jugador se lleve veinte.
Todas
las pruebas hechas de este juego muestran que el que propone nunca consigue
abusar del que lo recibe, quien prefiere renunciar a una ganancia pequeña
castigando al que pretende obtener un beneficio mayor basado en la decisión
racional. En la práctica, en la mayoría de los casos el oferente propone un
reparto equitativo y en muchos casos, espontáneamente, ofrece una cantidad
superior a la que se reserva.
Sin
embargo, las cosas no son exactamente así cuando utilizamos este juego para
ilustrar lo que sucede entre empresarios y trabajadores. Los primeros ofrecen
un salario que los trabajadores pueden aceptar o no. Si lo aceptan, pasan a
trabajar para la empresa, existe actividad económica y el PIB crece; si no lo
toman, se mantiene el desempleo y la economía se estanca. Como es lógico, las
opciones externas de los trabajadores y que pueden ejercer cuando responden son
cruciales para el desenlace del juego. Por ejemplo, que en caso de desacuerdo
puedan mantener su empleo anterior o recibir el seguro de desempleo.
Pero
claro, con un 24 % de paro, unos sindicatos ausentes, unas perspectivas de
perder la casa o de no poder cubrir las necesidades básicas de la familia, lo
normal es que acepten cualquier oferta que les propongan los empresarios, por
mínima que sea. Así, en un contexto en el que los salarios están cayendo y la
desigualdad aumentando, las opciones externas de los trabajadores son tan
escasas que aceptan cualquier oferta, por nimia que sea. Y, obviamente, así se
crea empleo, crezca la economía al 1 % o incluso menos. Pero, ¿qué tipo de
empleo y con qué relaciones laborales? ¡Váyase a cagar Sr. Rajoy¡
La credibilidad de estas personas es bastante cuestionable, a mi personalmente no me generan sensacion de poder delegar confianza en ninguno! Salud y libre eleccion!
ResponderEliminarPerfecto. Muchas gracias, Juan Pardo
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