Principio de moralidad o buena fe de los políticos.

De acuerdo al artículo 3.1 de la Ley del Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común (LRJAPA) se establece la obligación de las Administraciones públicas de respetar en su actuación el principio de buena fe. El principio de la moralidad o buena fe es un principio constitucional que obliga a que las autoridades públicas presuman la buena fe en las actuaciones de los particulares y obliga a que tanto autoridades públicas como los particulares actúen de buena fe. 

Poco sentido tiene este artículo en mi blog ¿verdad? No antes de dos o tres días se producirá la mayor "tormenta" de corrupción política habida jamás en los Ayuntamientos y cuya "denominación policial estará en consonancia con la buena fe. Es indiscutible que dentro de tales administraciones se encuentran los Ayuntamientos, no sólo porque así se desprende de la citada Ley, sino también porque lo afirma expresamente el art. 4-1 de la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local (LRBRL) Ese principio de buena fe parece que ha quedado después reforzado con el espíritu de la posterior, y todavía no íntegramente en vigor, Ley de Transparencia, Acceso al Información Pública y Buen Gobierno (LT). Todas estas leyes quedan en agua de borrajas por la “puta” Ley de protección de datos, inexistente en todos los países de la UE.

Por ejemplo, ¿Quién cumple con el principio Constitucional de BUENA FE?  mi hermano ha estado trabajando durante más de 30 años de administrativo en el Ayuntamiento de mi pueblo y solo le constan 12 años de cotización a la SS con el agravante de que los 3 últimos años, si han cotizado pero no le han pagado SU salario –recuerden cómo quedo “el lío” de Cospedal con Bárcenas “pagos diferidos, diferidos pagos, acuerdos y el tambor de Semana Santa” dijo el DG de la SS, aunque fuese nombrado a dedo por el PP de Cospedal “disculpen la metedura de pata de…. Y….el mero hecho de haber estado dado de alta, además de ser constituyente de tres fraudes (delitos) hay que reparar el daño de inmediato y no cabe la prescripción de la demanda de salario por parte del trabajador. O mi hijo que, después de haber trabajado durante año y medio, solo le han pagado la mitad de su sueldo y no le han cotizado ni un solo día a la SS. Evidentemente, todo esto ocurre porque es la única manera posible de vengarse de mí, ya que son las personas que más quiero. ¿Cumplen el precepto constitucional de BUENA FE los 6 alcaldes que he conocido (seis) en los tres últimos años, 33 concejales y no sé cuantos secretarios –tanto gobierno como oposición están todos de acuerdo-? Es evidente que no lo cumplen, por tanto, deben ser imputados y de inmediato procesados ¿Verdad? Noooooo, el gobierno central se cubre bien las espaldas, cuando no están aforados o hay que acudir a la vía de lo contencioso o vulnera la Ley de protección de datos.

Este nene, tampoco ha superado el principio de igualdad, mérito y capacidad......Jesús Rivera.

Cuando a toda esta tropa les tenía contra las cuerdas, sale en su defensa el torpe, malévolo e inútil magistrado Juez de lo contencioso, Jesús Rivera y con muy poca educación, además de opacidad, pregunta: ¿Ha pasado vd. el principio de igualdad, mérito y capacidad, o lo que es lo mismo algún examen? No….¿Entonces? sabiendo dicho magistrado –para diferenciar- que el 97% de los trabajadores de la administración local. Es más, ninguno de los tres empleados públicos que le asistían han sufrido dicho examen. Evidentemente cuando le recriminé, me expulsó de la sala. ¡Váyase a la puta mierda, juez de la sección 4ª del TSJA¡ No os preocupéis  por mí, este animal bípedo con ambición de poder  para destruir a los humanos, ya ha sido expedientado en varias ocasiones; a mi, nunca.

El objetivo o finalidad del gobernante o legislador, ante todo es hacer virtuosos a los ciudadanos y obediente a las leyes. El Estado debe realizar el derecho en la sociedad (jus ordinatio est civilis societatis), y así es que la justicia es en cierto modo la virtud específica, y como característica de la comunidad político-social. Nada hay más detestable y perjudicial que la injusticia acompañada del poder (saevissima est enim injustitia tenens arma), ora se trate del poder público o del poder privado. El estado social, que es connatural al hombre, eleva y perfecciona a éste, cuando el Estado realiza y aplica la justicia;  pero fuera de estas condiciones y cuando el hombre no está sujeto a la ley y al juicio como derivación y aplicación de la justicia, el hombre conviértese entonces en el peor de los animales (pessimum est omnium animalium)