Al no reconocer su fracaso,
Pedro Sánchez, mató al socialismo que con tanto desatino y venganza
dirigió. Mejor obraría meditando el daño
que causó en el partido. A día de hoy, toma
las decisiones una gestora.
"No duda en destruir el
partido que con tanto desacierto ha dirigido antes que reconocer su enorme
fracaso", afirma el diario tras la guerra desatada por la dimisión de 17
miembros de la Ejecutiva del PSOE
Sin lugar a dudas, "Pedro
Sánchez ni es ni fue un dirigente cabal", solo un insensato sin escrúpulos
que no duda en destruir el partido que con tanto desacierto ha dirigido antes
que reconocer su enorme fracaso. La sucesión de acontecimientos ocurridos desde
el pasado domingo, empezando por su incomparecencia en la misma noche electoral
y terminando por la cobardía de enviar ayer a su número dos —tal vez el único
que le queda al lado— a dar explicaciones en su lugar, son prueba del nivel de
degradación en el que Sánchez ha dejado el cargo de secretario general del
PSOE. En medio quedó una rueda de prensa, el lunes, en la que lejos de asumir
con humildad la derrota y felicitar democráticamente a los vencedores, se lanzó
en tromba contra sus críticos, acusándoles —en la mejor tradición sectaria— de
desviación ideológica y de trabajar para beneficiar al principal rival, el
Partido Popular".
Pero la gota que sin duda
colmó el vaso fue la decisión de adelantar (más) el congreso del partido con el
exclusivo fin de hacerse reelegir y blindarse frente a una segura derrota en
unas próximas elecciones, faltando así a los compromisos adquiridos con sus
compañeros de partido, que supeditaban cualquier movimiento interno a la
formación de un Gobierno".
Pedro Sánchez se enroscó al
negarse a aceptar su cese por la pérdida de confianza por parte de la mayoría
de su ejecutiva y su pretensión de seguir adelante con la convocatoria de un
congreso aboca al PSOE a un proceso de destrucción a la vista de todo el mundo.
Su empecinamiento en seguir con esa hoja de ruta insensata es el que de verdad
refuerza al PP y a Podemos, debilita al PSOE y aleja a su partido de cualquier
posibilidad de gobernar en un futuro próximo".
Y sentencia: "Hemos
sabido que Sánchez ha mentido sin escrúpulo a sus compañeros. Hemos comprobado
que sus oscilaciones a derecha e izquierda ocurrían únicamente en función de
sus intereses personales nunca de patido, no de sus valores ni su ideología,
bastante desconocidos ambos. Admitimos no tener gran confianza en su capacidad
de rectificar. Pero queremos hacer, pese a todo, un esfuerzo final y llamar a
Sánchez a recapacitar: que medite sobre el daño ya causado a su partido y que
se vaya para no causarle todavía más".
Comentarios
Publicar un comentario