Ada y Manuela, alcaldesas de la mentira, han creado otro ministerio de la verdad como el de George Orwell..
En caso de que escribiese: Manuela y Ada exigen 20 millones de euros por ser fotografiadas en TOPLESS, al instante saltaría la VO del Ayuntamiento de Madrid desmintiendo dicha noticia, no porque no sea cierta sino porque nadie los pagaría, pero saltaría.
Hay alcaldes/as de la nueva ola que, día a día o cada vez que abren la boca, nos impresionan más por lo incomprensible de sus pronunciamientos. Sobre todo las alcaldesas de
Barcelona y Madrid que nos surten de noticias inesperadas, sugestivas y
sorprendentes. Tanto a Ada Colau como a Manuela Carmena se les nota que son
mujeres impulsivas, que sienten necesidad de hacer algo por sus vecinos, y lo
terminarán haciendo. De momento se están haciendo notar. La señora Colau, por
haberse tenido que envainar la rebaja salarial de los funcionarios. La señora
Carmena, por sus simpáticas iniciativas. La última, la creación de una web
titulada Versión Original y que se destina a desmentir las informaciones sobre
el Ayuntamiento falsas, incompletas o malintencionadas.
Ya se la conoce como el
Ministerio de la Verdad de la novela de Orwell: el órgano que expedirá la
verdad absoluta del Ayuntamiento y sus concejales; la forma de castigar a los
periodistas enviándolos a la web, para escarnio público. Allí serán expuestos
con su nombre, su medio y sus escritos, en una forma que no se puede definir exactamente
como censura en sus intenciones, pero puede serlo en sus resultados.
Manuela, la alcaldesa de Madrid es un cielo de mujer, aquella mujer que nadie quisiera tener por abuela. Chocheando, pero anda por ahí,
por los altos despachos, con su vestido casi siempre floreado, su atuendo de abuelilla
de pueblo, su bolso de madre sin pañales y su miopía con dedo de subida de gafas. No ofende a nadie, tampoco dice mucho
de su proyecto de ciudad, pero cae bien. Creo que hay una indulgencia general
de sus tropiezos, porque la buena mujer se encontró de golpe con una
responsabilidad en la que no había ni pensado. Y de pronto, con la prensa hemos
topado. La prensa, que descubre y publica cosas desagradables para el poder. La
prensa, que oye al concejal de Economía anunciar nuevos impuestos sobre el
turismo y los cajeros automáticos, y lo publica. Y la alcaldesa, en vez de
llamar al orden a su concejal, crucifica al mensajero. La culpa siempre es del
mensajero.
Empiezan a dar miedo
estas iniciativas. Como el Ministerio de la Verdad de Carmena funcione, démonos
por fastidiados: el poder político, en vez de ser transparente, se convertirá
en perseguidor de reporteros. Lo justificará alegando que todo lo que no es
desmentido pasa a ser verdadero, y algo hay de esa perversión. «No vamos a
estar haciendo desmentidos todo el día», se dice desde las direcciones de
comunicación. Y Carmena y su equipo han encontrado el formato. En el fondo, es
lo que le gustaría al presidente y a los ministros cuando hablan de mala
comunicación, ensalzan lo mucho que hacen y vituperan lo poco que se les
reconoce. Es que somos muy malos. No solo merecemos ese Ministerio de la
Verdad, sino que le pongan unos calabozos en el sótano. Franco ya lo habría
hecho. Manuela aspira a ser la Hitler hispana.
Estos no son tan ingenuos, puede que no se hayan leído "1984" de George Orwell pero saben mucho de regímenes autocráticos y despóticos y de sus mecanismos de tortura de la realidad que no quieren aceptar.
ResponderEliminarCree el ladron que todos son de su condicion...ni merece comentario..autocraticos dezpoticos, tenemos este pais esquilmado por un capitalismo y un desgobierno corrupto, y lo que se lea es esto,...juasss
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