El
que Aznar dijese: Tengo una oreja frente a la otra”. Felipe González: “El
futuro no es lo que solía ser”. Zapatero: “"La Tierra no pertenece a
nadie, salvo al viento." o “"Estoy muy a gusto y muy tranquilo porque
tenemos un Rey bastante republicano.". Bibiana Aido: “"Estoy
convencida de que el compromiso de los miembros y miembras de
esta comisión será muy relevante a la hora de conseguir los objetivos que la
sociedad española nos está reclamando.". Carmen Calvo: “"Estamos
manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie."…………..Digamos
un entonces, por aquellas fecha me parecía casi normal, errores propios de la
improvisación; del mismo modo que, también, meten y seguirán metiendo “la Pata”
dirigentes de Podemos u otros partidos que con mayor o menor éxito electoral
acudirán a las elecciones……
Ahora
bien, que la Ministra Báñez se equivoque un día si y otro también –con lo poco
que hable- me parece humillante. En su última comparecencia dice: “que la
soberanía reside en el Congreso con lo que, de un plumazo, contradecía la
Constitución que la residencia en el pueblo y despojaba a este de tan preciado
atributo. En este caso es la 2ª vez que dice tal barbaridad. Probablemente no
lo haya con mala intención sino que se limitaba a reflejar sus conocimientos y
su mentalidad conservadora para la cual la soberanía, esto es, la capacidad
última de tomar decisiones reside en cualquier parte menos en el pueblo. Sobre
todo si esa parte está controlada por mayoría absoluta por la derecha. En
resumen lo que la ministra Báñez enunciaba era lo que los freudianos llaman un
“acto reprimido” o “rabia contenida”, en definitiva pretende una dictadura
soberana de partido, en este caso, su partido, el PP
Pero
las cosas son de otro modo. La soberanía reside en el pueblo y no porque la
Constitución lo diga, sino porque es así, diga la Constitución lo que diga. Lo
mejor, desde luego, es que reconozca, como lo hace, esta competencia del
pueblo. Pero, si no lo hiciera, no por ello iba la soberanía a ser atributo de
alguien o algo distinto del pueblo, como tampoco lo será por más que Báñez
quisiera adjudicársela a su partido o, incluso, a su presidente, Rajoy.
El
pueblo, titular de la soberanía, puede delegarla en la institución
representativa o bien, si estima que esta no cumple su función, que no
representa a nadie, puede recuperar su ejercicio e iniciar su propia acción,
como está sucediendo con PODEMOS y otros partidos que destacan por algo
distinto a la hora de hacer política con la ineludiblemente equivocada política
del BIPARTIDO. Con el objetivo de replantear el orden
político, económico y social en su totalidad, de redactar de nuevo el contrato
social, de abrir una nueva etapa constituyente que alumbre un orden nuevo, más
humano, democrático y justo a través de la acción pacífica de la población que,
como está ya muy claro, niega de hecho la ficción básica sobre la que estaba
montado el sistema actual, esto es, el gobierno por consentimiento de los
gobernados. Tenía que llegar el momento en que la gente no consintiera en
seguir estando gobernada de esta manera y recabara su derecho a configurar una
nueva forma de gobierno. El derecho del soberano a constituir una forma de
gobierno distinta. Un derecho constituyente.
Todos
los políticos del sistema, administradores u opositores de los poderes
constituidos padecen una enfermedad profesional: creen que lo que administran
es permanente, definitivo, eterno y que solo puede transformarse mediante las
normas estatuidas a estos efectos. Ignoran en su soberbia que el soberano no
puede estar obligado a aceptar normas previas ni siquiera acerca de las normas
de reforma porque, si lo hiciera, no sería soberano, no sería un poder
constituyente sino constituido.
Tampoco
es de recibo la objeción de que el poder constituyente solo puede actuar cuando
lo hace invocándose como tal con anterioridad porque es un poder originario y
no depende que alguien ajeno certifique su actuación. Y menos aún lo es la
habitual triquiñuela de la derecha de asegurar que el movimiento del pueblo
soberano no es tal sino resultado de la acción subversiva de unos grupos
organizados que agitan a las masas y se hacen pasar por el pueblo soberano.
Aunque esto fuera cierto sería legítimo en la medida en que el pueblo
voluntariamente siguiera las indicaciones de unos grupos que le mostraran el
camino del ejercicio de la soberanía.
El
poder político –especialmente el de la derecha- no entiende el fenómeno al que
ha de hacer frente y quiere simplificarlo reduciéndolo a uno de orden público
para así aplicar la única política que el espíritu conservador entiende: la de
la represión –Ley Mortdaza-. Solo la evidencia de un pueblo ocupando
pacíficamente la calle en todo el país le obligará a recapacitar si bien,
siendo realistas, tampoco es mucho lo que, a tenor de las manifestaciones de
Báñez, Montoro, Wert y otras lumbreras del gobierno, quepa esperar de esa
recapacitación.
Por
eso lo importante es que el pueblo soberano recupere su soberanía y, sin
dejarse manipular por las provocaciones del gobierno, plantee la vía de la
renovación del contrato social, de una nueva Constitución que debe pasar
inexorablemente por el enjuiciamiento político y penal de los responsables de
esta crisis, los políticos, los empresarios y los financieros de los últimos 20
años.
¡¡Dejad
que cada votante emita su voto libremente que, en definitiva; España, en contra
de mi gusto, es demócrata¡¡
Digna tontería de esta ministra , eso será en Francia, no en España
ResponderEliminarSe trata de un error por desconocimiento. Pero, últimamente, no perdonan ni una. La redes y los medios se han transformado en asambleas del Bipartido.
ResponderEliminarJuan, ese mismo error lo cometieron Maria Teresa Fernandez de la Vega, y María Dolores de Cospedal
ResponderEliminarUna de las mayores barbaridades que he observado es decir a la expresidenta María Teresa Fernández de la Vega que el Parlamento era el representante de “la soberanía popular”, siendo España una nación, cuya Jefatura de Estado es una monarquía, cuando la soberanía popular es propia de las Repúblicas, pero no se quedó atrás la Secretaria General del PP, María Dolores de Cospedal, cuando dijo que el Parlamento era el representante de la soberanía del pueblo, cuando la soberanía es una condición intransferible e indelegable, que pertenece a cada español desde 1812 hasta ahora. Estos pequeños detalles, a los que se pueden añadir otras barbaridades como la de “nación discutida y discutible” de Zapatero, en la estulticia que le caracterizaba, porque eso le convertía en Presidente del Gobierno de “una nación discutida y discutible” (?), que haría reir a cualquiera de sus homólogos europeos; hasta las operaciones del PP de convertir España en una “nación de ciudadanos”, cuando la nación no admite otra condición que la de soberanos, siendo el Estado el que ofrece la condición de ciudadanos.http://ciudadanosenlared.blogspot.com.es/.../el...
ResponderEliminarLa verdad es que pienso que si no les dará vergüenza considerarse representantes de los españoles si no saben ni lo que eso significa
ResponderEliminarEsta es tonta... no hay mucho más que decir.
ResponderEliminarSra Ministra: La Constitución dice que la Soberanía reside en el pueblo español" .
ResponderEliminarNo, es evidente que la cultura, la inteligencia y la preparación competititva no son requisitos para ser ministro.
ResponderEliminares verdad pero ella tambien tiene razon ya que el Congreso son los representantes electos del pueblo Español.
ResponderEliminarLOS BÁRBAROS DEMAGOGOS EN EL PODER - JONAV
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