Zoquetes y tarugos como denominador común de la campaña electoral. Alea Jacta Est.


España está mucho más plagada de zoquetes y tarugos políticos de lo que parece. Todos los días sale uno o varias veces otros, salen por todas partes, como los junteros de Andalucía en el caso de los eres, los gurtel, los banqueros. Son poco hábiles y de muy corta inteligencia.

¡Qué bárbaro¡ Ayer, sin ir más lejos,  fue un día de abundante cosecha y se han dado todas las especies mencionadas y seguramente otras muchas que no hemos logrado descubrir o asomaron después de redactada esta crónica. Para la asignatura de Conocimiento del Medio, debe quedar claro que el caladero principal de tarugos de dimensión publicable está en los mares de la política, prácticamente de todos los signos y variedades. Quien dijo eso de que la economía sumergida es “como algunas mujeres, que no se las puede eliminar” es un diputado regional del PP que adujo como testimonio de autoridad a Alfonso Guerra. Quien habló de “echar a golpe de hostias” a los inmigrantes es el alcalde nacionalista (nacionalista del PNV) de Sestao. Y quien habló de “los perros de la derecha” fue un prometedor joven de izquierda radical, que incluso puede salir eurodiputado. ¡Manda huevos¡

De modo que la capacidad de estupidez no conoce barreras ideológicas. Como ahora se pregona en las tertulias, es transversal. Afecta a todos los partidos, y diríase que cada fuerza política tiene asignado un cupo de mediocres por ley natural y de ese cupo extrae parlamentarios, oradores diversos, portavoces e incluso depositarios de poder. 

Para finalizar campaña, diré que la especie florece sobre todo en las campañas electorales, que es cuando abren la boca y demuestran mayor incontinencia. En ese momento están obligados a seguir las instrucciones de sus asesores y de los manuales de campaña, pero pierden el control, de erotizados que están por el aroma de los votos. Son minoría, como decimos también de los corruptos, pero son capaces de alterar la convivencia y escandalizar a quienes pagamos sus salarios vía impuestos. Lo malo es el efecto acumulación: la memoria del pueblo almacena sus testimonios como madera para el incendio del prestigio institucional.



Recuerda que si votas a  , tu voto vale por dos. No hagas caso a Rajoy cuando dice que votar a un partido minoritario es tirar el voto. Ellos, el PP, han resurgido de la mierda tres veces (AP, CD, AP y PP). Si votáis a  os aseguro TODA, TODA la información veraz de la UE, como siempre antes que los medios de comunicación y, además, con pelos y señales.

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