![]() |
NO SUMAN UN BACHILLER Y FUERON SUPERMINISTRAS |
Hoy, por primera y única vez, solo voy a dar razones, cada uno que las sitúe en su entorno. De modo que no diré que los políticos españoles son unos analfabetos funcionales e incultos académicos, aunque lo SON, no se saben expresar, ignoran casi todo acerca de los asuntos que tienen
entre manos, o sea, serían ignorantes. Aunque también los hay cultos, preparados y con buena dialéctica.
Luego harán su trabajo mejor o peor, porque nadie está libre de errores
y a veces hasta el azar juega un papel determinante en la gestión. Hace
unos días leía una entrevista en la que Manuel Jiménez de Parga, que tiene un currículum de esos que
parecen imposibles para alguien sin poderes sobrenaturales, asegura que
la suerte es esencial en cualquier trayectoria. Si lo dice él, no seré
yo quien sostenga lo contrario, por supuesto.
Tampoco hay que confundir que una cosa es tratar de evitar las generalizaciones y otra muy diferente no reconocer que tenemos una cuota de políticos bocazas que empieza a ser preocupante.
Políticos que dicen las cosas sin pararse a reflexionar. Que lo mismo
son capaces de asegurar que hay que subir los impuestos a quienes los
pagan porque hay gente que no lo hace, que estamos en el momento de
encontrar la solución final al problema vasco. Es decir, políticos que
entienden que las injusticias.
Muchos políticos aseguran que las plataformas contra los desahucios están vinculadas a ETA o que con menos recursos se consiguen mejores resultados. Otra que arremete con expresiones insultantes contra los parados cuando ella ha colocado a sus hijas y a su marido sin opositar . O que hablan de mamandurrias cuando se refieren a los demás, y nunca cuando las perciben los suyos.
Después, cuando se dan cuenta de que han metido la pata, se disculpan compungidos, no siempre, o apelan a su derecho a la libertad de expresión. Y sí, lo tienen. Pero deben usarlo con exquisito respeto hacia el resto de los ciudadanos, que para eso ocupan un cargo público.
No creo que sea mucho pedir que los bocazas no estén en la vida pública. O que no ejerzan de tales. Bastante tenemos con la que está cayendo como para aguantar tonterías de personas a quienes pagamos el sueldo con nuestros impuestos. Ya que es así, al menos que no dejen en evidencia sus oceánicas carencias.
OTROS ENLACES DE
INTERÉS DEL BLOG DE JUAN PARDO
Comentarios