El profeta Mahoma, no tiene quien le lea.



El fanatismo musulmán llega a tales extremos que es odioso por el mundo civilizado y por el incivilizado. El pájaro ese al que llamaron Mahoma, por no llamarle Pio XII, al parecer, está aforado como Rajoy o lo estaba Carrillo. Los mahometanos que superan el 75% de analfabetismos y el resto están ciegos por embestir a estos plebeyos del nuncio contra el resto de la humanidad, al objeto de tenerlos entretenidos. No permiten que cada quien publique lo que le salga de los huevos, quien quiera que lo lea y el que no que desista.  Es más que normal que semanario satírico francés Charlie Hebdo, haya editado en su último número varias caricaturas de Mahoma, como otras veces lo ha hecho de Jesús, El Salvador, San Dios o a mi prima en pelotas. La noticia, como siempre,  no ha pasado desapercibida en el mundo musulmán y se une a la ola de indignación que provocó en los países árabes la película de serie Z que parodiaba la figura del profeta del Islam y que acabó con la vida del embajador estadounidense en Libia.
Ahora resulta que el presidente francés,  Hollande está cagado de miedo y carga por falta de reponsabilid contra los editores de la revista ¿Por qué no lo hizo hace tres semanas que el caricaturizado era el Papa de Roma, Benedicto XVI. La Liga Árabe habla de “provocación y bajeza”. Y en un alarde de desprecio por los más elementales derechos, el Secretario General de la ONU Ban Ki-Moon ha dicho que la publicación de las viñetas supone un “abuso de la libertad de expresión”. El Budista con enfoque confucionista, Ban Ki-Moon, parece no enterarse que a media hora de su domicilio matan a bebes y no pone el grito en el cielo.  
No hay duda por evidente  de que las caricaturas del Charlie Hebdo no van a sentar bien en una parte del mundo musulmán. Y en ese sentido no parece que su publicación, en vista de los sucesos de Bengasi, sea lo más deseable para calmar los ánimos del integrismo religioso. No me cabe la menor duda de que, allá donde se pueda, sería deseable evitar el enfrentamiento y fomentar el diálogo entre distintos puntos de vista. Pero ni siquiera esto puede blandirse como valor absoluto. En ocasiones puede ser preferible afrontar el conflicto en vez de evitarlo cuando se trata de combatir a quienes no respetan derechos tan fundamentales como la libertad de expresión..
Nunca sabremos  si lo que ha hecho el director del Charlie Hebdo es lo más oportuno pero tiene toda mi solidaridad. Lleva años viviendo con escolta y los integristas ya han atentado en otra ocasión contra la sede de la revista. Se podrán lamentar las consecuencias que con toda seguridad se van a derivar de la publicación de las viñetas, pero de ello solo son responsables quienes desprecian la libertad de expresión. A nadie en su sano juicio se le habría ocurrido pedir a los miembros del PSE o del PP vasco que no dieran su opinión sobre lo que sucedía en Euskadi hace unos años para no ser asesinados por el fanatismo de ETA. Más allá de estar o no de acuerdo con las opiniones, el derecho a expresarlas está por encima de cualquier consideración política, religiosa o social.
Es más que sorprendente que los dirigentes de Occidente se llenen la boca con aquello de la “guerra contra el terrorismo” para justificar auténticas atrocidades y no sean capaces de respaldar el derecho de sus ciudadanos a opinar o a hacer sátira del fanatismo religioso. E incluso mucha de la progresía que en nuestro país se indignaba hace unos meses por el juicio a Javier Krahe por su video “Cómo cocinar un crucifijo”, hoy se rasga las vestiduras en nombre del multiculturalismo por la publicación de unas caricaturas en Francia. Hablan de provocación del semanario francés. Y cada vez que lo escucho me vienen a la mente aquellos jueces cavernarios que absolvían al violador porque había sido “provocado” por el escote o por el tamaño de la falda de la víctima.

Nadie ha explicado mejor la cuestión que el propio Stéphane Charbonnier, director del Charlie Hebdo: “Si nos planteamos la cuestión de si tenemos derecho a dibujar o no a Mahoma, de si es peligroso o no hacerlo, la cuestión que vendrá después será si podemos representar a los musulmanes en el periódico, y después nos preguntaremos si podemos sacar seres humanos… Y al final, no sacaremos nada más, y el puñado de extremistas que se agitan en el mundo y en Francia habrán ganado”. Que queréis que os diga, me parece de una sensatez aplastante. Yo también me río de Mahoma y de los gilipollas que lo leen.

Comentarios

  1. Son radicales y no quieren convivencia con el resto del mundo, ni respetan las creencias ni las costumbres de los demás.
    Por otro lado a la gente que no le cuesta nada meterse y ofender la religión católica y todo lo que conlleva lo hacen porque saben que se van a ir de rositas", pero no se atreven a meterse con la religión musulmana porque saben que les puede costar la muerte si los pillan.

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  2. La verdad juan hay tanta tonteria en el mundo ,y esta clase de gente ya podría abrirse un poco mas y dejarse de tanto tonteria

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