El omnibús de Pedro Sánchez se queda en una guagua canaria. ¡Sánchez, dimisión¡

Pedro Sánchez mantiene el decreto ómnibus

Coherente con su manera de actuar, el presidente ha hecho lo contrario de lo que dijo que iba a hacer. Dijo que no habría amnistía, y la hubo; dijo que no trocearía el decreto que fue rechazado en el Congreso la semana pasada y, al final, lo ha dejado en un tercio de lo que era. Sánchez en estado puro. Y sin cortarse un pelo.

Algunos ministros han quedado en evidencia. En especial, la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, quien defendió rotunda el lunes mantener el decreto "tal cual estaba" cuando fue derrotado en el Congreso al votar en contra Junts, PP y Vox. Perece mentira que no conozcan ya a su jefe, "¡el puto amo!" como le llamó Oscar Puente en tono admirativo.

La mentira se ha convertido en una práctica habitual del presidente. Mientras filtraba a los medios que mantendría el articulado del ómnibus, negociaba en secreto con Puigdemont. Poco antes de la comparecencia anunciada tras el Consejo de Ministros de Oscar López y Carlos Cuerpo, desde Moncloa se informó de un retraso en el horario previsto, porque iba a hablar el presidente. Habemus pacto.

El acuerdo que anunció Sánchez es una cesión en toda regla a las exigencias de Junts. Se mantienen 29 artículos del paquete anterior entre los que figuran la subida de las pensiones, las subvenciones al transporte público, las ayudas para los afectados por la Dana y por el volcán de La Palma,... y el palacete de Paris para el PNV. Esto último, que a Junts le daba igual, había que mantenerlo para que los nacionalistas vascos no se echen para atrás y voten a favor en el Congreso. Ya dijo Puigdemont la semana pasada que si el Gobierno quería sacar adelante las medidas sociales podía hacerlo, pero sacando del decreto otras que no tienen nada que ver. Como, por ejemplo, la creación de un organismo dependiente de la CNMC para controlar a los medios digitales, o las medidas económicas que suponen subidas del IRPF y de las cuotas a la Seguridad Social.

Tras la derrota parlamentaria de la semana pasada, Sánchez cede, una vez más, ante Puigdemont

Pero no sólo eso. Puigdemont le sacó a Sánchez la disposición del PSOE a tramitar en el Congreso la Cuestión de Confianza. Aunque el presidente dijo en la rueda de prensa que la tramitación parlamentaria no implica que se someta a ella, ya que esa decisión es potestad suya y no, por ahora, ve necesidad de ello, ya veremos lo que ocurre cuando llegue el momento.

El presidente volvió a cargar en su comparecencia contra el PP y Vox, no se sabe muy bien por qué. Al fin y al cabo, con el único que ha negociado es con Junts.

Pedro Sánchez, también es una constante en él, sacó pecho de la capacidad de su gobierno para alcanzar acuerdos. Dicen en Moncloa que "la mayoría de investidura se ha salvado". ¡Albricias! Sin embargo, más allá de los gestos, de la presunción y de la chulería, Sánchez sale tocado de este pulso un tanto absurdo. Esto que ha hecho ahora podía haberlo hecho hace una semana y haberse ahorrado una derrota en el Congreso.

El presidente recurrió al lema de Diego Simeone para definir su hoja de ruta. Pero hasta en eso erró. Cuando El Cholo dice que el Atlético va "partido a partido" es cuando su equipo gana. No cuando pierde.

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