Pumpido pacta con las feministas las tropelías machistas de su hijo, además con dinero y favores públicos.
El hijo de Cándido y las feministas
Lo cierto es que hemos echado de menos un tuit urgente y contundente de las chicas de la tarta para denunciar, como mínimo, el poco edificante acto de contratar determinados servicios a cambio de dinero. ¿Dónde está Irene? ¿Y la ínclita Pam afeando la explotación de la mujer?
Una
de las fortalezas del Estado de Derecho es que uno se somete a la misma
ley que el vecino, venga de donde venga, tenga la cuenta corriente que
tenga e incluso sea su familia ésta o aquélla. Seas hijo de un maestro
tornero o del presidente del Tribunal Constitucional debe operar la
presunción de inocencia mientras un juez no dicte una sentencia firme y,
aun así, siempre se podrá recurrir a instancias judiciales superiores.
Esas son las generales de la ley en una democracia garantista como la
nuestra, pero luego existen matices que, por ejemplo, colocan en una
mejor situación para su defensa a aquel que puede contratar una buena
asistencia jurídica frente a quien no lo puede hacer. Pero así ha sido
siempre.
El
cambio sustancial que ha vivido nuestro país en este último quinquenio
de deterioro galopante de la democracia es que ahora la desigualdad la
marca el carné del partido en el que milites o, en su defecto, tu simple
adscripción ideológica o simpatía política. Que un hoolingan del
sanchismo, como Óscar Puente, sea abordado en un tren por un ciudadano
molesto es, para el orfeón mediático que jalea a Pedro Sánchez, un acoso
intolerable, pero que zarandeen a una política embarazada de nueve
meses, como Begoña Villacís, o increpen a una dirigente del PP, como
Cristina Cifuentes, hasta la puerta de su casa, es jarabe democrático
que todo fascista debe probar. Luego hay mujeres de primera y de
segunda: si a la madre de Santiago Abascal se la ofende gravísimamente,
pues que no hubiera tenido a su hijo, si a Irene Montero una diputada de
Vox le recuerda su medro conyugal oficializado en el BOE, ejerce una
intolerable violencia política sobre la pareja de Iglesias.
Gracias
a una exclusiva de El Debate, nos hemos enterado de que el cachorro de
un secuaz sanchista tan acreditado como Cándido Conde-Pumpido -que
defiende que para democratizar las togas hay que arrastrarlas por el
polvo del camino y puede estar cerca de demostrarlo con la ley de
amnistía-, ha sido detenido a raíz de la denuncia de una prostituta
brasileña, que sostiene que fue violada en manada por el abogado
Conde-Pumpido Varela y dos amigos en la casa del letrado. Aquí lo
primero que hay que invocar, a diferencia de lo que practican las hordas
tuiteras y mediáticas de la izquierda cuando el caso afecta a un
adversario político, es la presunción de inocencia del polémico
penalista, recién nombrado Toga de Oro y portada del cuore gracias a su
relación, parece que terminada, con la actriz Lara Dibildos. La juez que
entiende del caso lo ha puesto en libertad sin medidas restrictivas
atendiendo a las imágenes grabadas en la vivienda «que desvirtuarían la
versión de la víctima». Nada que objetar. Otra cosa es la sospechosa
cercanía de la magistrada con la familia del encausado, pero hasta eso
es un apriorismo que no puede prejuzgar nada. O sí. Pero habrá que
esperar.
Ya
conoceremos, a no tardar, los detalles del caso y si el diablo anduvo o
no por el chalé del muchacho en el distrito de San Blas. Pero de
entrada llama la atención que el reputado abogado del detenido, que ha
llevado causas de personas muy poco recomendables, haya disparado al
tendido para defender a su cliente, apuntando a que podría haber una
intencionalidad en la denuncia. Algo así como si la señora brasileña
hubiera puesto una trampa al hijo de su padre, seguro que mandatada por
alguien, fascista para más señas, que quisiera hacer daño por elevación a
don Cándido. Toda esa historia para no dormir recuerda a la que
protagonizó un director de periódico que también se sintió víctima de
una celada.
Lo
cierto es que hemos echado de menos un tuit urgente y contundente de
las chicas de la tarta para denunciar, como mínimo, el poco edificante
acto de contratar determinados servicios a cambio de dinero. ¿Dónde está
Irene? ¿Y la ínclita Pam afeando la explotación de la mujer? ¿Alguien
se imagina que el investigado fuera hijo de uno de los vocales del CGPJ
que han puesto el grito en el cielo por la ley de amnistía sanchista? ¿O
que llevara los apellidos Aznar o Feijóo? O ¿qué habría dicho Pablo
desde su sofá de Galapagar si el aficionado a las samaritanas del amor
de José Luis Perales fuera un periodista no amigo? ¿Cómo no ha hablado
la «matria» Yoli de este embarazoso caso?
Me
gustaría pensar que se han atenido al respeto a la presunción de
inocencia de alguien que todavía no ha sido juzgado, pero me malicio que
no ha sido así, atendiendo a sus antecedentes. ¿Cómo olvidar el caso
del exmarido de la presidenta del chiringuito Infancia Libre, María
Sevilla, al que llamaron con todas las letras maltratador pese a haber
sido exonerado por la justicia? Caso que sigue vigente ya que
precisamente el TC acaba de tumbar el recurso de Montero contra la
sentencia que le obligaba a pagar 18.000 euros por atentar contra el
honor de ese señor. O ¿cómo no recordar a la víctima de una asesina a la
que colocaron de candidata de Podemos en Ávila, pobre ciudadano muerto
al que Echenique tildó de violador sin ninguna prueba y todo para
justificar que su compañera de partido acabara con su vida junto a un
compinche?
Ya
estamos acostumbrados a que esta izquierda tan solidaria se recochinee
de las víctimas de los violadores beneficiados por el bodrio de la ley
del sólo sí es sí, o a que calle ante el atropello de derechos de la
mujer en regímenes amigos como el de Irán y otras dictaduras islamistas.
Por eso no nos tiene que extrañar este derroche de feminismo con el
hijo de Cándido. Por cierto ¡cómo están las familias progres de
revueltas! Que si el vástago de Pumpido, que si el hermano gemelo de
Page… Sánchez va a hacer estragos en las cenas de Nochebuena de este
año.
Comentarios
Publicar un comentario