Si, Pedro Sánchez será
investido y, posteriormente, embestido. Nunca un Gobierno débil duró más de
un año. Este que no sabemos quiénes lo conforman ni de dónde vienen no llegará al verano.
Ha empezado la vuelta al
cole, así es que hoy toca hablar de la escuela. Tiene la izquierda tan alto
interés y tan gran preocupación por la enseñanza de los niños y los jóvenes
que, cuando se topan con un colegio que ellos no puedan controlar, le hacen la
vida imposible mediante trabas administrativas, con la sana intención de
cerrarlo. Pero como en la Historia siempre se encuentran recursos para el
consuelo, hay que reconocer que los socialistas y los comunistas han afinado en
su sectarismo, porque no hace muchos años, en lugar de poner trabas
administrativas a los colegios, los quemaban.
¿Qué exagero? Algo así se
podría pensar, pues hasta tengo algún lector moderadito, centro-reformista,
tolerante y de los Grandes Expresos Europeos, que diría mi buen amigo Pepe
Escandell… Y digo yo: ¿no será que el lector moderadito se ha creído la milonga
de que la izquierda es sinónimo de democracia y cultura? Así es que… ¡A los
datos, Remigia que nos va en ello el prestigio!
Ya vimos en otro artículo
que no había pasado ni un mes de la proclamación de la Segunda República, y en
los primeros días de mayo de 1931 se quemaron iglesias y conventos por toda
España. Y por si el humo de los templos incendiados pudiera ocultar que las
llamas también afectaron a muchos centros docentes, que habían cometido el
delito de estar regentados por frailes y monjas, hoy vamos a hablar de la arremetida
de la izquierda contra los colegios católicos.
Que recuerde, solo en Madrid
y en menos de un día, las hordas rojas quemaron el centro de enseñanza de Artes
y Oficios de la calle de Areneros, dedicado a enseñar oficios a jóvenes
humildes, también incendiaron el colegio de los Padres de la Doctrina Cristiana
de Cuatro Caminos que era una escuela para niños de obreros, y lo mismo
hicieron con las escuelas de formación profesional de los Salesianos.
Socialistas y comunistas calcinaron el Instituto Católico de Artes e Industrias
(ICAI) de la calle de Alberto Aguilera, el colegio de las Maravillas con su
material científico y museo de minerales, el colegio de las Salesianas y el
colegio de monjas del Sagrado Corazón de Chamartín de la Rosa.
El colegio de Santa Susana, que se salvó de la
quema de 1931, fue el primero en sufrir los ataques el 20 de julio de 1936 tras
el estallido de la Guerra Civil
Sin embargo, los rojos
fracasaron en su intento en quemar el colegio de Santa Susana, situado en el
barrio de Ventas de Madrid. La emprendieron contra esta institución, porque
consideraban que este colegio era el símbolo de le opresión religiosa en materia
de enseñanza. Pero este centro docente, que se salvó de la quema en 1931, fue
el primero en sufrir los ataques el 20 de julio de 1936 tras el estallido de la
Guerra Civil.
El colegio de Santa Susana
pertenecía al Instituto de las Hermanas de la Caridad del Sagrado Corazón de
Jesús. Una institución muy reciente, pues había sido fundada el 2 de febrero de
1877 por Isabel de Larrañaga Ramírez. La fundadora era hija de un militar
guipuzcoano, que siguió a su padre en sus diversos destinos militares, lo que explica
que naciera en Manila, el 19 de noviembre de 1836.
Con 40 años, tras superar
durante mucho tiempo los obstáculos familiares, que la orientaban hacía el
matrimonio, se consagró en 1877 junto con otras tres mujeres en una Asociación
o Pía Unión, que se transformó en congregación religiosa, en 1883. La
congregación se orientó a la promoción de los más necesitados, abriendo
colegios e internados en los barrios periféricos de distintas ciudades. Uno de
ello fue el colegio de Santa Susana, que en sus comienzos en 1889 estaba
situado en las afueras de Madrid.
Los socialistas de ahora han
atacado por la espalda a la verdad con el fusil de la ley de memoria histórica,
para tapar los crímenes que sus partidos cometieron no hace tantos años
En 1936, al colegio de Santa
Susana acudían 250 niñas del barrio de Ventas, y de este colegio, que al mismo
tiempo era la sede de la curia general, dependían otras cinco escuelas situadas
en barrios extremos de Madrid como eran entonces La Elipa, Vicálvaro, Ventas,
el Cerro y el barrio de Rodas. El colegio de Santa Susana colaboraba con la
Junta Provincial de Menores, que les enviaba niñas en estado de necesidad, bien
porque se habían quedado huérfanas o bien porque los recursos de sus familias
eran tan escasos, que no las podían mantener.
Y esta atención a los pobres
es lo que el sectarismo de socialistas y comunistas juzgó como símbolo de
opresión religiosa, por lo que en la mañana del 20 de julio de 1936 tirotearon
el colegio con las niñas dentro y lo asaltaron. En ese momento, además de las
religiosas que atendían a las escolares, había ochenta niñas internas, cuyas
edades iban desde los cinco a los diecisiete años.
Como en el colegio, además
de las internas, había otras alumnas del barrio, sus propios padres que eran
vecinos de Santa Susana lograron detener el tiroteo, para que las niñas
pudieran salir. Cuando cesaron los tiros, la superiora abrió las puertas del
colegio y las monjas y las niñas salieron corriendo en desbandada a refugiarse
en las casas de alrededor de Santa Susana.
Tras la huida de las
profesoras y las alumnas, un grupo de gente armada asaltó el colegio. Los
asaltantes iban precedidos de un elemento que ondeaba una bandera comunista. El
abanderado corrió por los pasillos solitarios del colegio, para colocar el
emblema de la hoz y el martillo en lo más alto del edificio, como signo de
ocupación y del heroico triunfo sobre unas cuantas monjas y un par de
centenares de niñas indefensas.
Los verdugos no tuvieron
ninguna consideración ni con los años, ni con el estado de salud de la madre
Pujalte y la bajaron a rastras los 120 escalones de edificio
En aquellos momentos de
pánico las monjas abandonaron el colegio con las niñas para calmarlas. Pero dos
de ellas permanecieron en el colegio. Una, Sor Rita Dolores Pujalte Sánchez,
tenía 83 años y además de ciega, estaba muy enferma. La madre Pujalte, que
vivió los comienzos de su congregación, había sido la superiora general del
Instituto hasta el año 1899. A esta
anciana religiosa le acompañaba Francisca Aldea Araujo, que además de ser la
ecónoma general de la congregación, era la encargada de atender y cuidar a la
madre Pujalte.
Francisca Aldea Araujo había
pasado toda su vida en el colegio de Santa Susana. Había nacido en Somolinos
(Guadalajara), el 17 de diciembre de 1881. Tenía por lo tanto 54 años, cuando
asaltaron Santa Susana. Siendo muy niña se quedó huérfana y sin recursos, por
lo que fue recogida en el colegio de San Susana y al cumplir los dieciocho años
ingresó en la Congregación.
Con estas dos monjas se
habían quedado también tres niñas de las más pequeñas del internado,
paralizadas por el miedo. Y ante semejante cuadro, alguno de los milicianos que
habían participado en el asalto, decidieron escoltarlas hasta un sexto piso de
la calle de Alcalá número 198, donde una buena mujer llamada María Turnay les
dio cobijo.
Poco duró la calma, porque
dos horas después se presentaron en casa de María Turnay cinco hombres y dos
mujeres armados y detuvieron a las dos religiosas. Los verdugos no tuvieron
ninguna consideración ni con los años, ni con el estado de salud de la madre
Pujalte y la bajaron a rastras los 120 escalones de edificio.
Ya en la calle, metieron a
las dos religiosas en un coche, y dieron varias vueltas a la plaza de toros de
Ventas, pero al comprobar que el lugar estaba concurrido, se dirigieron por la
carretera de Aragón hasta Canillejas. Al llegar a este punto, las ordenaron
bajar y las hicieron caminar durante unos metros por la carretera de Barajas y
allí las asesinaron con disparos de fusil por la espalda. Los socialistas y los
comunistas de 1936 eran así de valientes, y los de ahora, en un cómplice gesto
de cobardía, han atacado por la espalda a la verdad con el fusil de la ley de
memoria histórica, para tapar los crímenes que sus partidos cometieron no hace
tantos años.
Javier Paredes
Catedrático de Historia
Contemporánea de la Universidad de Alcalá
Que es la democracia...
ResponderEliminarLa democracia es la fórmula que usan los políticos,
para robarnos muy democraticamente nuestros impuestos...
En subidas abusivas,de salarios y dietas...
En emplear en trabajos ficticios a familiares...
Cuando se suben de manera abusiva,salarios y dietas...
milagro,ningún político está en contra...
ni derechas ni izquierdas,100% de votos a favor
de robarnos nuestros impuestos...
Que hay que sacarlos de Sanidad...(que culpan tienen de que seamos IDIOTAS).
Que los sacan de la educación...(mejor,así nuestros hijos serán unos paletos.)
Que los sacan de las pensiones..(mejor haber si así nos morimos de hanbre.).
Conclusión....
! IDIOTAS A VOTAR ¡
! bORREGOS A VOTAR ¡
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