"No he asesinado a nadie, solo he ejecutado y no me arrepiento"
Josu Zabarte, 20 atentados, 17 asesinatos, 30 años en prisión
'No me sé el nombre de las víctimas. Son otras cosas las que no me han dejado dormir'
El asesino que acabó con la vida de 17
personas bajo el amparo de la banda terrorista ETA, ha sido una de las caras
visibles en la contramanifestación que ha obligado a la Policía Foral y a la
Guardia Civil a desplegar un fuerte dispositivo de seguridad.
Josu Zabarte, siempre se ha negado a pedir perdón por sus asesinatos. En varias ocasiones ha
asegurado que no se arrepiente de lo que hizo, haciendo alarde de la sangre
fría que le llevó a ganarse ese apodo.
Uno de los ejemplos de su actitud fue cuando
persiguió una ambulancia que trasladaba a un policía nacional al que
previamente había herido cuando intentaba acabar con su vida. De forma similar
actuó con otro agente que se dirigía de la estación del tren a su casa,
desarmado. El etarra le disparó en la nuca pero la víctima se arrastró e
intentó refugiarse en unos matorrales. En ese momento, el asesino le cogió del
cabello y le quitó la vida.
Sus asesinatos comenzaron en 1972, pero
pertenecía a la banda terrorista desde los 21 años. El ‘carnicero’ cumplió 29
años de prisión de los 615 a los que había sido condenado.
'Yo no he asesinado a nadie, yo he ejecutado.
No me arrepiento'
Josu Zabarte, 20 atentados, 17 asesinatos, 30
años en prisión
'No me sé el nombre de las víctimas. Son
otras cosas las que no me han dejado dormir'
'Yo autocrítica haré cuando el otro frente la
haga. Todas esas tonterías que dicen de los arrepentidos... Yo no soy católico'
'En Cataluña se han aprovechado de la lucha
de Euskadi desde un principio'
'No puedo estar en Sortu ni en Bildu porque
rechazan la lucha armada. Yo no puedo cerrar el futuro a generaciones
venideras. Pasado mañana, dentro de 20 años, ellos decidirán'
'El camino de la izquierda 'abertzale' tiene
que ser ahora la territorialidad y la presión popular'
¿Tú no crees que hay un elemento de
psicopatía en vuestra forma de matar a la gente? ¿De verdad no piensas nunca en
tus víctimas, ni siquiera en el niño José María Piris? Josu Zabarte, 'Carnicero
de Mondragón', no se altera cuando se le hacen esas preguntas. No se arrepiente
de sus 17 asesinatos y asume que ahora el pueblo ha dicho no.
No es fácil describir a un etarra. Podría
decirse que éste en concreto es un tipo que cultiva una estética muy personal,
que es tan largo y enhiesto como un tótem envejecido, que tiene una voz de
tenor muy sorprendente, que, aunque se pone tenso cuando se le repite la misma
pregunta con contenido incriminatorio, responde; con mayor o menor sarcasmo, a
veces con un punto de descarte burlón. Que es coherente: fue y es disciplinado
para seguir la estrategia de ETA y no cree que sea creíble ocultarlo. Que se
cuida y cuida su imagen incluso con una particular coquetería. Sólo a veces
aparenta los 70 años que tiene. Que no bebe más que agua o Coca Cola, aunque el
resto de sus colegas esté muy afectado por el alcohol, y que oculta sus nervios
consumiendo cigarrillos.
Pero cualquiera de estas descripciones puede
ser malinterpretada porque, sobre todo eso, su naturaleza es, crudamente, la de
ser el asesino de 17 personas en 20 atentados sin arrepentirse.
La conversación tuvo lugar en dos tandas.
Ambas, sobre todo la primera, improvisadas porque la periodista, buscando
respuestas con motivo de los tres años del anuncio del cese definitivo de ETA
-cómo los han vivido los etarras, cómo analizan la situación actual-, le asaltó
en la calle después de seguir su pista durante varios días.
De hecho, él pensó que era una policía e
intentó esquivarla. Sin embargo, después, cuando accedió a hablar, no hubo
forma de que hiciese caso a uno de sus amigos personales, simpatizante de Bildu,
que va con él buena parte del tiempo, que hace más confortable su existencia
después de 30 años en prisión y que intenta que no meta la pata con lo que
dice. Y que le advierte sobre el carácter de la reportera consultando la
información en su móvil. «Aquí pone que es una experta en terrorismo, que es
una simpatizante policial...», le irá diciendo para impedir que se confíe. «Ya
se lo contaré yo después, déjame hacer mi trabajo», le responderá la
periodista.
Zabarte entró en ETA muy joven, fue
amnistiado al inicio de la transición democrática pero se volvió a incorporar.
Ahora, 30 años más viejo, vive, no está muy claro de qué ni cómo, en la casa de
su hermana, con ella y con otro hermano mayor. Pero se resiste a posar como un
juguete roto.
«Yo soy un gudari, no necesito demostrar
nada. No pretendo que me hagan homenajes, ya me hicieron uno, pero no tengo
ninguna ínfula de reconocimiento. De hecho, con las atenciones sufro porque me
gusta así: apa, kaixo, epa, bai», asegura aludiendo a la complicidad continua
con la que le trata la gente. Responde así cuando se le pregunta si una de las
aspiraciones de un etarra no es volver como un héroe que ha derrotado al Estado
y que esa condición no la ha podido cumplir. ¿Y de qué vive? Sonríe con cierta sorna.
«No necesito mucho, una Coca cola, una comida...».
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