¿Por qué insultaba con rabia contenida, Ana Julia, al niño Gabriel mientras trasladaba su cadáver? Clave
Con toda seguridad, el caso del
niño Gabriel, podría sentar un precedente judicial en España gracias a
los atestados de la Guardia Civil y a la interpretación que ha hecho el titular
del Juzgado de Instrucción 5 de Almería, Rafael Soriano. Ana Julia Quezada
podría enfrentarse, si la tesis de la Unidad Central Operativa (UCO) y del juez
instructor prospera, a hasta tres años de más de cárcel por la «tortura»
psicológica a la que sometió a los padres de Gabriel con su cinismo,
participando en la búsqueda del niño, y alentando a Ángel Cruz y Patricia
Ramírez la esperanza de que su hijo podía seguir vivo, cuando en realidad lo
había matado el 27 de febrero, justo el día que lo secuestró.
La UCO acusó solo formalmente
a Quezada de asesinato y de detención ilegal. Las abundantes pruebas no dejan
lugar a dudas de que la mujer planeó con premeditación y alevosía la muerte del
niño, hasta el punto de cavar su fosa en Rodalquilar antes de secuestrarlo.
Pero la Guardia Civil ha ido más allá en sus atestados. Quiere una condena por
el daño causado a los padres del pequeño durante los doce días en los que Ana Julia
estuvo orquestando su farsa. Según fuentes de la investigación, la Guardia
Civil no quiso acusar a la asesina de «daño a la integridad moral» de los
padres, porque se trata de una «apreciación subjetiva». Los agentes preferían
que el fiscal o el juez oficializaran esa acusación. El ministerio público no
lo hizo, pero el juez, de motu proprio, sí lo vio e imputó a Ana Julia por el
artículo 173.2 del Código Penal. Ese precepto contempla una pena de seis meses
a tres años de cárcel para el «que habitualmente ejerza violencia física o
psíquica» en su entorno familiar más cercano, entendiendo como «habitual»
también la «proximidad temporal» de esos actos de tortura.
La Guardia Civil lo tiene
claro: el cinismo, las mentiras, la farsa y los engaños a la investigación
durante los días de la búsqueda deberían tener un «reproche penal» supletorio
al del secuestro y al asesinato. Los informes remitidos a Soriano ponen el
acento en un hecho que los investigadores -y así lo recoge el magistrado en su
auto de prisión- consideran clave. El pasado domingo, cuando la asesina
desenterró el cuerpo del pequeño en la finca donde le había dado muerte el 27
de febrero, Quezada se dedicó a insultar a los restos del niño. Durante el
trayecto desde Rodalquilar hasta Vícar (donde fue detenida), lanzó todo tipo de
«expresiones vejatorias» contra el menor, cuyos restos transportaba en el
maletero. Los improperios (que no se reproducen por su dureza) fueron grabados
por los micrófonos que la Guardia Civil había instalado en su coche.
Etiquetas: motu proprio, Ana Julia Quezada, Ángel Cruz, Patricia Ramírez, caso Almería, niño Gabriel asesinado, Unidad Central Operativa (UCO)
Juanpardo15@gmail.com
Comentarios
Publicar un comentario