Mutilación Genital Femenina

                                             

Luz María López
                                                                                   
        Por Luz María López


La mutilación genital femenina (MGF), término acuñado por la Organización Mundial de la Salud, ha sido el foco de atención de diversos grupos de derechos humanos, organizaciones de derechos civiles, nacionales e internacionales de la mujer. Su preocupación surge del daño causado a las niñas por la práctica. El proceso tanto como sus complicaciones causa lesiones permanentes al sistema reproductivo y somete a trauma sicológico causando un ciclo de discapacidad. Ciertamente la práctica está ligada a valores y costumbres culturales, mas hay incertidumbre respecto a las razones por las cuales persiste y las mejores estrategias para intervenir de manera efectiva. Diversas posturas entran en confrontación al definir o justificar el rito, no obstante la perpetuación del mismo es mucho más complicada que las respuestas ofrecidas. 


La MGF se define como la remoción de la genitalia. Se practica en las niñas de todas las edades, pocas veces en la mujer madura. El procedimiento consiste de clitoridectomía donde todo o parte del clítoris es removido o excisión que es la remoción del clítoris, toda la labia menor y el corte de los labios mayores para crear una superficie descarnada. Es luego cosida o unida de forma tal que crea una cubierta de piel sobre la vagina cuando sane; un pequeño orificio se deja para permitir el paso de la orina y flujo menstrual. La infibulación (excisión) es la forma más severa, es conocida como la circuncisión faraónica. La edad y el tipo de mutilación que se lleve a cabo dependerá de factores como el país donde se viva, el grupo étnico, si es área rural o urbana, la situación socio- económica de la familia. La práctica está ligada a valores y costumbres culturales de numerosos países. La religión predominante en las culturas practicantes es la musulmana. 

¿Cuáles son las razones socio-culturales? El apoyo a la mutilación en las comunidades donde se practica es amplio. Provee identidad cultural y sentido de pertenencia. La familia, líderes religiosos y comunitarios la apoyan en base al futuro rol de la niña como madre y esposa. La MGF tiene por ende significado socio-religioso y cultural. Los partidarios de la costumbre asumen diferentes justificaciones para arraigarla. Alegan que es rito de pasaje, signo de madurez y una acción hacia una maternidad responsable ya que con la misma se aplaca el deseo sexual, lo que protege la virginidad. El folklore popular también juega un importante papel. 

La creencia es que la mujer no circuncidada no va a ser atractiva al hombre, no casadera. Hay un factor económico envuelto y es el hecho de que las niñas operadas podrían traer riqueza a los padres por medio de dotes altas al momento de contraer nupcias. Por lo tanto el significado del procedimiento tiene más que utilidad, está atado a las definiciones de belleza, personalidad y el lugar que ocupa cada uno en la comunidad. Lo ven también como un símbolo de orgullo, dignidad, coraje. Las niñas ganan reconocimiento lo que aporta estatus tanto a las iniciadas como a sus padres. El rito no es otra cosa que la culminación de una serie de enseñanzas en las cuales se hacen plenos miembros de su familia, clan y sociedad, por tanto. Sin este paso ninguna puede reclamar los beneficios del estatus de adulto. Se debe entender que el mayor significado de la circuncisión no es la operación como tal sino las instrucciones, enseñanzas y consejos ofrecidos a las iniciadas en ese momento. 

Para muchas mujeres mutiladas que favorecen la práctica el dolor es solo uno de los gravámenes y alegrías que van con ser mujer. De hecho, los procedimientos son llevados a cabo por mujeres de la comunidad en la mayor parte de las veces. La antropóloga Ellen Gruenbaum relata en su libro, The female circumcision controversy: an antropological perspective (2001), que al ser invitada a una celebración de rito de pasaje en Sudán, África, fue conducida por las mismas mujeres a felicitar a la niña. De su conversación con las adultas ya mutiladas llegó a la conclusión de que no había resentimiento ni rebeldía en sus voces, se entiende entonces que para ellas es algo normal en sus vidas y no una costumbre problemática. Aceptan el dolor como solo uno de los gravámenes y alegrías que van con ser mujer. Acota Gruenbaum que eran las mujeres las que llevaban rato celebrando con cánticos mientras los hombres permanecían tranquilos. Sin embargo no se puede ignorar que el placer del hombre y el honor de la familia parecen ser reconocidos universalmente como importantes, mientras que la sexualidad de la mujer, su autonomía, habilidades reproductivas, derechos económicos, están usualmente subordinados al control de los hombres de la familia. 

Cierto es que se acusan a estas sociedades de ser patriarcales y machistas, sin embargo muchas culturas han institucionalizado el control de los hombres sobre las mujeres por lo tanto no se pueden señalar como tales. No obstante, la subordinación social y económica de las mujeres y niños parece ser condiciones necesarias para la perpetuación de las prácticas de circuncisión femenina. En estas sociedades, la transición a la adultez en los varones conlleva ritos más elaborados de modo que aprendan y conozcan el acervo cultural. En contraste, en las niñas esa transición es corta, individualizada y en muchas ocasiones solo dura unos cuantos minutos. Muchas mujeres se oponen a la práctica de la mutilación pero la misma está tan culturalmente arraigada que incluso hay resistencia a condenarla. El costo de rechazarla es muy alto para las que se resistan pues implica pérdida de identidad cultural, sentido de pertenecía y reconocimiento, entre otras. La práctica persiste ocasionando innumerables muertes y discapacidades.

¿Derechos culturales o derechos humanos? Ahí está el asunto. Lo discutiré en la próxima publicación.


o                                                        

Comentarios

  1. Horror de horrores. la mujer es mas alla de la flor que es ansia del espiritu que nos hace sonreir. . .

    ResponderEliminar
  2. Ciertamente. Imposible imaginar el inmenso dolor de las niñas, su trauma físico y emocional. Gracias por su comentario. Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Es increíble que haya madres capaces de hacer eso a sus hijas.

    ResponderEliminar
  4. Y estamos en el siglo 21. Nadie sale en defensa de esas niña. Por Dios.

    ResponderEliminar
  5. Toñi Pérez - La perpetuación del rito es mucho más complicado que las respuestas ofrecidas. Lamentablemente las madres de las niñas por igual fueron mutiladas. Intervenciones para erradicar la mutilación genital femenina deben motivar cambios graduales, ayudar a las comunidades a través de la educación y la orientación a establecer medios viables por los cuales estos cambios puedan ocurrir, mas ha sido difícil erradicar la práctica. Sin duda guarda un valor intrínseco para las culturas practicantes.

    ResponderEliminar
  6. Elfakir - Numerosas organizaciones han estado envueltas en proyectos de concientización, educación y apoyo a las víctimas. Mas cierto es que la práctica persiste. Mueren muchas niñas. Las que sobreviven el rito quedan mutiladas, traumadas y discapacitadas.

    ResponderEliminar
  7. Pero si lo hacen en España y casin ni les condenan. Hasta donde vamos a llegar. Gracias por tus articulos Luz son muy interesantes

    ResponderEliminar
  8. Qué bien explicas las cosas. Todos los días miro a ver si has escrito. Mucha suerte guapa.

    ResponderEliminar
  9. Gracias Alicia. Te comento que si bien la mutilación femenina se practica en África y Asia, mujeres de estos países están migrando con frecuencia a Europa, Estados Unidos, Cánada y Australia. Los proveedores de salud están frecuentemente ajenos a la práctica de la mutilación y por lo tanto están menos preparados para garantizar el cuido médico y obstétrico necesario en estas mujeres como consecuencia de tener sus genitales cortados y sellados. Otro asunto a considerar.

    ResponderEliminar
  10. Los que podeis teneis que luchar para que esto no vuelva a ocurrir. Es una pena tengo 3 nietas que viven en Alemania y le han dicho a mi hija que compañeras suyas las llevan sus padres a España para hacerles esa barbaridad. Por Dios son niñas llenas de vida. Muchas gracias Luz Maria me alegras el dia cada vez que escribes tres veces he leido este escrito.

    ResponderEliminar
  11. LEI MUCHO ESTO HACE TIEMPO ...SOBRE UNA TRIBU EN AFRICA ESPECIALMENTE QUE HACEN ESTO A LAS MUJERES DESDE QUE SON NIÑAS....TERRIBLE!!! INCREHIBLE LA COSTUMBRES DE ESTA GENTE...Y TODO PARA QUE LA MUJER NO SIENTA DESEO NI PLACER Y NO LE SEA INFIEL AL ESPOSO QUE SUS PADRES HAN ESCOGIDO PARA ELLAS....!! Gracias Luz Maria.

    ResponderEliminar
  12. ‎!!..No Lo Acabo de entender, como es posible tanta crueldad para la Mujer,y k poca cabeza de los k asen esto,Si una Mujer tiene el mismo derecho k los Hombre a sentir, lo k es ser mujer..BASTA YA../

    ResponderEliminar
  13. Pilar Riveros – Saludos. Es difícil para los occidentales entender porqué esta práctica puede ser perpetuada en ninguna cultura. Cierto es que nada reta la tolerancia como el rito de la mutilación genital femenina. Gracias muchas por estar presente.

    ResponderEliminar
  14. Lena Gutiérrez – Saludos. Si bien es cierto que las tribus lo practican, no se limita a estas exclusivamente. Familias de diversos niveles socio económicos por igual la perpetuán. Claro que en estos otros casos un cirujano lo hará bajo anestesia en algún hospital, garantizando así que no sufrirán infecciones severas, pérdida de sangre excesiva y sanarán méjor y más pronto. Dudo que no se traumen, aun así.

    ResponderEliminar
  15. Florezz Camacho Anna - Saludos. Tienes mucha razón. Es muy complicado, no se trata únicamente de inhibirlas.

    ResponderEliminar
  16. Eres guapa, agradable, sabes escribir y cuando escribes nos agradas la tarde. Yo de esto no se pero mi nieta me lo lee. Eso que pasa es el mundo está perdido hay que ir más despacio y ayudar a esos países brutos. Lástima de niñas. Siempre te contesto y no sale. Que Dios te bendiga y ayude a combatir esa barbaridad.

    ResponderEliminar
  17. Desde mi punto de vista esto es una barbaridad que atenta contra contra la dignidad humana.Entiendo que es un asunto complejo,máxime cuando es un asunto cultural arropado por la intransigencia fundamentalista religiosa.No será nada fácil erradicarlo.Solo liberando a los pueblos y a las gentes de esa remora que atraviesa la existencia con dolor:se esclavizan y esclavizan a la siguiente generación.Por su ignorancia hasta lo celebran.Muy buen artículo.Espero con avidez la continuación.

    ResponderEliminar
  18. Es cuestión de culturas diferentes sin dejar de ser una barbaridad ellos piensas que nosotros cometemos otras como el aborto. Esas criaturas no están protegidas por la civilización porque no es interesante para sus bolsillos.

    ResponderEliminar
  19. Saludos guela. Esta vez tengo tu comentario. Me alegra que tu nieta lea para ti. Lo positivo es que hay mucha acción a nivel regional y mundial con vías a promover cambios culturalmente viables. Esperemos que se logre algo positivo eventualmente y que no tarde una eternidad.

    ResponderEliminar
  20. Alberto Octaviani - “…con dolor se esclavizan y esclavizan a la siguiente generación.” Totalmente de acuerdo. Excelente acotación. Gracias amigo.

    ResponderEliminar
  21. Irena Maestre – tu comentario es inmensamente acertado. Señalo por igual que la mujer occidental reconstruye su cuerpo continuamente en un rito destinado a perpetuar belleza y juventud. Habría que hacer algunos parámetros.

    ResponderEliminar
  22. Interpreto bajo mi punto de vista que dicha práctica viene influida o determinada en gran medida por la ley de la Sharia, puesto que tengo entendido que no hay nada que la apoye desde los textos del Corán por tanto hay que desligarlo de la religión. Por otra parte, si el Estado lo defiende indirectamente o lo encubre solapadamente y no lo denuncia penalmente, entonces tenemos un severo problema. Porque la educación y el pensamiento dominante es difundido por la propaganda del Estado y sus instituciones. Este aspecto de control gubernamental y estatal es algo característico de las sociedades patriarcales en general, con independencia de su cultura y de su práctica social. También es verdad que existe conciliación aun cuando algunas familias de corte más progresista puedan cuestionar su utilidad o conveniencia de una manera oficiosa y no oficial cuando la correlación de fuerzas es desfavorable. Y del mismo modo se comprende su aplicación como una necesidad de tipo económico, si bien se incluyen criterios de identidad social y familiar y de pertenencia al grupo, muy arraigados en el tiempo. La cultura y la idiosincrasia de una sociedad desprotegida e incluso denostada internacionalmente por determinados sectores hacen el resto.
    Me ha parecido muy interesante el artículo y estoy de acuerdo con los compañeros a los que me sumo en sus opiniones.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  23. El texto reza así: "Muchas mujeres se oponen a la práctica de la mutilación pero la misma está tan culturalmente arraigada que incluso hay resistencia a condenarla. El costo de rechazarla es muy alto para las que se resistan pues implica pérdida de identidad cultural, sentido de pertenecía y reconocimiento, entre otras. La práctica persiste ocasionando innumerables muertes y discapacidades."
    He leído los comentarios y suscribo todos. Lo peor es que, en muchos pueblos y aldeas se practica sin garantías de higiene. De ahí que muchas "intervenciones" deriven en complicadas infecciones, mutilaciones y muertes.
    Son los hombres del planeta Tierra -llevan mucho tiempo esperando a que se ocupen de sus responsabilidades como seres humanos los de otros- quienes tienen que levantarse y gritar. Las mujeres sometidas a este tipo de culturas y religiones no tienen voz ni voto. Las que no lo estamos y condenamos continuamos en buena parte veladas, marginadas, acosadas y oscurecidas en nuestros méritos. De no ser así habríamos erradicado ya este tipo de prácticas contra la salud y la libertad sexual femeninas. Así que felicito a Isidro Padilla, por ejemplo. Y recuerdo desde aquí a un hombre: a David Bowie, por amar y vivir junto a una de las mujeres más guapas del mundo. Somalí, por cierto.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario