Sujetos de CCOO, UGT, PSOE,
IU Y PP, todos inmersos y de acuerdo en las tarjetas oscuras. Podemos y
ciudadanos ni existían, pero ya robaban sus padres por ellos.
Los sindicalistas que deberían defender el derecho de los trabajadores en Caja Madrid, 4 representantes de CCOO y
3 representantes de UGT, han sido condenados a 7 años y 9 meses de cárcel; y 5
años y 2 meses respectivamente por beneficiarse opacamente de las tarjetas de
crédito de la entidad.
Además los presidentes Blesa
y Rato enchufados por el PP, los 16 representantes de este partido en la Caja
han sido condenados a un total a 16 años y 5 meses de cárcel; los 11
representantes del PSOE, a 23 años y 4 meses; y los 2 de Izquierda Unida
(Partido Comunista) a 6 años y 6 meses.
Así eran los «black friday»
de Rato y Blesa Gasolineras, agencias de viajes, restaurantes, hipermercados,
clubes de ocio... Los 65 titulares de las Visas corporativas mantuvieron un
patrón de comportamiento estable a lo largo del tiempo.
No es que necesitaran
descuentos especiales, porque ellos iban a gastos pagados, pero los directivos
y los consejeros de Caja Madrid disfrutaban cada semana de su particular black
friday. Era llegar el viernes y, como nos ocurre al resto de los mortales, la
tarjeta empezaba a echar humo. Claro que, cuando sabes que los cargos no van
contra tu cuenta corriente, el plástico se desenfunda con más alegría.
Gasolineras, agencias de
viajes, restaurantes (de más o menos tenedores), hipermercados, clubes de
ocio... Los apuntes de la hoja de cálculo que ha acabado por condenarlos a
todos (pese a los intentos por desacreditar la prueba durante el juicio)
demuestran que los 65 titulares de estas Visas corporativas mantuvieron un
patrón de comportamiento estable a lo largo del tiempo. Echemos la vista atrás
diez años. Al 3 de marzo del 2007. Era viernes y empezaba el fin de semana.
Antes incluso de amanecer, la directora de la obra social de la antigua Caja
Madrid hacía el primer cargo a la entidad. Algo más de 78 euros en un
restaurante Vips de las afueras de Madrid. Ya empezado el día, Antonio Romero,
consejero a propuesta del Partido Socialista de Madrid, llenaba el depósito y
le pasaba los 73 euros a la caja.
Casi a la misma hora, Mercedes Rojo pagaba un
taxi con una tarjeta que había recibido por un puesto, el de consejera, al que
accedió por un único mérito: haber sido secretaria de Esperanza Aguirre. Eso
sí, peccata minuta comparado con los 1.200 euros que Sánchez Barcoj, condenado
por la Audiencia Nacional como cómplice de Blesa y Rato en el montaje de este
entramado para apropiarse de fondos de la entidad, retiró por ventanilla con
cargo a la tarjeta opaca al fisco. No fue el único que prefirió el dinero en
metálico. Matías Amat, Enrique de la Torre y Antonio Romero (de nuevo) pasaron
por el cajero para sacar el efectivo necesario para pasar el fin de semana: 500
euros cada uno. No era una excepción, porque muchos de esos nombres se repiten,
con idénticas retiradas, semana tras semana. A partir del mediodía, empezaba el
desenfreno, sobre todo en restaurantes. Entre los nombres que ese día
almorzaron a costa de la caja destaca el de Ramón Espinar Gallego, padre del
actual secretario general de Podemos en Madrid, que también tiró de Visa en El
Corte Inglés e Hipercor.
Para cerrar la jornada, nada mejor que un buen
cochinillo en un conocido asador del centro de Madrid. Tuvo que ser una cena
bastante concurrida, porque Miguel Blesa cargó más de 511 euros a su black. No
se moderaron Claro, podrán pensar, esto era 2007 y la crisis no había asomado
la cabeza. Pero la verdad es que los hábitos no cambiaron mucho con el tiempo.
Cierto es que los grandes gastos, los que superan los diez mil euros, son todos
de la época de Blesa -que pagó dos viajes de casi 13.000 euros con solo tres
meses de diferencia, cantidad superada por Sánchez Barcoj, que desembolsó
17.000 en la Nochevieja del 2009-, pero la llegada de Rato no cambió la
operativa. Solo hay que ver los gastos realizados por el que fue vicepresidente
del Gobierno. Famosos son los más de 3.500 euros que se dejó en una sola compra
de bebidas alcohólicas, pero el presidente de Bankia gastó más de 17.000 euros
en restaurantes en sus poco más de dos años al frente de la entidad, en los que
mostró su gusto por las buenas mariscadas. Es casi la misma cantidad que fue
sacando de los cajeros, de los que retiraba mil euros de cada tacada (a veces,
con solo un día de diferencia).
La última vez fue el 5 de mayo del 2012. Dos
días después, dimitía de su cargo, pero tras abandonar el puesto aún le dio
tiempo a darse un último homenaje pagado por la entidad: una cena de 342 euros
en el restaurante Pepa, de Madrid. El resto de la historia ya la conocen...
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