Podemos era un partido que se identificaba por ser antisistema, anticapitalista y antiglobalizador. Proponía, si era el caso, dejar de pagar la deuda pública, politizar el BCE o establecer la renta básica universal. Todo demasiado burdo. Al final del año pasado inició su 2ª fase: dijo dar un giro hacia posiciones moderadas, sin concretarlas, y pasó de organización asamblearia a centralizada.
Con este bagaje, y el
hiperliderazgo de Pablo Iglesias, obtuvo primero un notable éxito en las
elecciones andaluzas y en las locales y autonómicas. Acaba de superar, por
tanto, sus dos primeras dos fases y empieza a entrar en la tercera. ¿En qué
consistirá? A mi modo de ver, en buscar candidaturas atractivas y establecer
alianzas con otros grupos o partidos.
Referente a los
candidatos, Pablo Iglesias, prefiere que sean poco inteligentes e incluso
torpes de necesidad, no importa que den escándalos, elegirá el modelo que tanto
éxito les ha dado en las municipales:
Manuela Carmena en Madrid y Ada Colau en Barcelona. Es decir, encontrar líderes
independientes, no pertenecientes a Podemos en sentido estricto pero conocidos
por su relevancia en los movimientos sociales (Colau) o por su prestigio como
históricos de la izquierda (Carmena). No cabe duda de que las actuales
alcaldesas son muy distintas por su ideología, profesión y generación, pero
tienen un rasgo común: han sido escogidas por Podemos y sus equipos se nutren
de Podemos.
Las alianzas ya se han
quedado configuras tras las elecciones del 24M. Podemos ha dado preferencia a
los partidos rupturistas, sea con el sistema político o social, sea con la
unidad territorial. Así han ido pactando con partidos nacionalistas,
ecologistas o antisistema en general y en otros futuros, está el germen del
Podemos de la tercera fase: un conjunto de partidos de ámbito local que será
dirigido desde la dirección nacional o lo que es lo mismo por Pablo Iglesias.
Pocoo nada importa la coherencia
ideológica en el populismo, lo que más importa es alcanzar y conservar el
poder: véase, por ejemplo, el zigzag constante del peronismo en Argentina, de Perón a Menem,
de Menem a los Kirchner. Todos distintos, todos peronistas. Para alcanzar el
poder, Podemos debe romper con el sistema constitucional, social y territorial.
Les será fácil entenderse con los nacionalistas, la ruptura les une, unos lo
llamarán independencia, otros “derecho a decidir”. A quien le resultará difícil
salir de todo este embrollo será al PSOE, suponiendo que logre sobrevivir al intento
de proceder a su acoso y derribo por parte de Podemos. Ahora ha incorporado al mentecato, Gómez Benítez, solo para descuartizarlo/destriparlo políticamente y a la sufridora, Tania Sánchez. Pronto, antes de las elecciones una alcaldesa de ciudad importante se desligará de Podemos y llamará a Pablete, DICTADOR por activa y por pasiva, puede que se le una otro y... Pablo Iglesias lo sabe, pero no creo que le resulte difícil desmentir las acusaciones y hasta puede que salga reforzado.
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