Hace poco hacía especial mención a que más
grave que la burbuja inmobiliaria que ha dejado estrangulada nuestra economía,
era la burbuja nacionalista que ha lastrado seriamente los nobles planes
autonomistas diseñados durante la Transición. Y lo vuelvo a repetir, el
próximo, 11 de septiembre, Diada de Cataluña, que pretende todo lo contrario:
Hinchar aún más esa burbuja hasta el punto de hacer inviable el funcionamiento
del sistema democrático español. No deja de ser una ironía de la historia que
España, que fue el país que dio los primeros pasos en Europa para construir el
Estado moderno, no haya logrado todavía deshacerse de esas auténticas
supervivencias feudales que han llegado a nosotros bajo la máscara de
privilegios forales y de supuestos “derechos históricos”. Por aquellas mismas
lejanas fechas, Luis XI de Francia tuvo que enfrentarse con dos regiones
francesas, Borgoña y Bretaña, que ya tenían veleidades independentistas, pero
con habilidad acabó con aquellas pretensiones. Detrás de todo aquello no estaban
los pueblos sino las minorías privilegiadas que se oponían a la modernización
que entonces encarnaba la monarquía. Todas las cancillerías europeas denominan
“Reyes de España” a los Reyes Católicos y sus sucesores, cuando todavía ellos
hacían la larga enumeración de los territorios sobre los que reinaban. Y se dio
el caso curioso de que Alfonso V de Portugal protestó de ese título “de España”
porque se sentía con el mismo derecho a llamarse “español”. Ahora le toca a
Escocia que en su afán hipnotizazor, no deja de ser el preámbulo del cambio.
Cuando el mundo tiende a unirse, ellos tienden a separarse. ¿Los sabéis?
Los británicos conducen por la izquierda y se niegan a homologarse con el resto
del mundo, solo por aquello de llevar la contraria.
El nacionalismo catalán se está haciendo
falsas expectativas, que no aguanta un mínimo análisis riguroso y ha creado el
mito de una castellanización forzada que nunca existió y se ha empeñado en
hacer de “Madrid” un opresor histórico cuando los hechos demuestran que la
prosperidad catalana siempre ha estado imbricada y por encima de la del
resto de España. Como recuerda el profesor Luis Fernández Antón, “cuando se
inicia el conflicto de las oligarquías catalanas contra Felipe IV en 1640,
precedido de la revuelta popular de los segadores en el famoso ’Corpus de
Sangre’, el grito de las masas empobrecidas y castigadas por sus señores, por
las Cortes catalanas y la Diputación del general o Generalidad, fue el de
’Visca la Santa Fe Catholica y el rey d’Espanya y muira el mal govern’”. El mal
gobierno de sus “propias” instituciones, ya entonces. Ahora lean lo que cuenta
de aquellas jornadas el nacionalismo oficial: Se han inventado una historia, en
todas sus piezas, y lo peor es que se la han creído ellos mismos y con ella han
embaucado a varias generaciones de catalanes. Un autor tan poco sospechoso como
Pierre Vilar escribe: “Renunciemos, pues, a la imagen de una Cataluña ahogada
por el centralismo real, castellano”. Y Elliot, en su libro La rebelión de los
catalanes, se opone al concepto de “castellanización agresiva” y a lo que
denomina “interpretación conspirativa” de aquellos acontecimientos y afirma que
tales ideas “no son sino un fantasma inventado por la historiografía
catalanista del siglo XIX
En pleno siglo XXI y en una Cataluña que
goza de un mayor grado de autonomía que en ningún otro momento de su historia
y, por supuesto, más que cualquier otra de las 16 autonomías restantes; no es
de recibo que sus líderes políticos persistan en la falsificación y el engaño y
se pierdan en disquisiciones sobre soberanismo, autodeterminación, derecho a
decidir y referendos de independencia…etc. solo demuestra un elevado rasgo de
irresponsabilidad, aun más grave si tenemos en cuenta que, sin ningún rubor,
han batido todos los récords del despilfarro en una insensata búsqueda de una
identidad que ni ellos mismos parecen tener clara. A juzgar por estos hechos,
da toda la impresión de que, desgraciadamente, en Cataluña ha persistido más el
“mal govern”, que los catalanes del siglo XVII achacaban a sus gobernantes
locales, que el “seny”, que ha sido reconocido como un indiscutible rasgo de la
identidad catalana durante la mayor parte de nuestra común historia.
Inmenso error de los nacionalistas
radicales que han asumido como lema de la Diada “Cataluña, un nuevo Estado en
la UE”. Es un objetivo imposible e irrealizable pero, sobre todo, tan carente
de sentido, de sensatez, que se puede demostrar en muy pocas líneas. ¿De veras
Cataluña quiere seguir el ejemplo de Kosovo? Una enorme estulticia, como esa
otra de querer atribuir a España un carácter plurinacional, que ni ha tenido ni
tiene histórica ni constitucionalmente. El concepto de Estado plurinacional es
totalmente ajeno al derecho constitucional occidental y cuando se ha utilizado
el desenlace ha sido siempre la secesión, a menudo acompañada de la violencia.
Ahí están los casos de la Unión Soviética, de Yugoslavia o de Checoslovaquia.
Evo Morales lo aplica ahora a Bolivia. Allá él... veremos cómo acaba.
En estos y casos parecidos, siempre me ha
gustado poner como ejemplo el caso de Suiza, que no es en absoluto un Estado
plurinacional, aunque aquí se haya oído esa errónea afirmación hasta en las
Cortes. Suiza es plurilingüe, pero se siente orgullosa de ser “una sola nación
de hermanos”, como bellamente escribió Schiller en su drama “Guillermo Tell”.
Un suizo de lengua italiana, pero suizo hasta la médula, Pellegrino Rossi,
escribía en 1832, cuando el nacionalismo estaba de moda en toda Europa: “La
idea de una patria común no nos es, en absoluto, extraña…El nombre de Suiza es
por si solo la prueba; es por si solo un gran hecho nacional…Este nombre domina
nuestras diversidades de lenguaje, de costumbres, de religión, de industria;
este nombre, con todo el cortejo de ideas que lo acompañan, planea por encima
de las tradiciones locales o, por decirlo mejor, las absorbe en sí mismo. Él
solo es, para nosotros, en nuestro lenguaje, la verdadera antítesis del
extranjero. Es él quien nos imprime un sello inconfundible de nacionalidad
común”. ¿Alguien puede creer que lo que Rossi decía de Suiza no se puede
aplicar con tantas y aún más razones a España, realidad secular y patria común
de todos los españoles, incluidos los que en plena esquizofrenia política dicen
no serlo? ¿No es hora ya de que de una vez por todas y para siempre pinchemos
esa burbuja nacionalista que nos hace vivir en un pasado remoto y nos impide
ser plenamente modernos? O el nacionalismo se retira a su lugar de descanso o
España será un nido de yihadista con capital en Rabat.
ResponderEliminarQuerido Maestro, este problema no tiene solución. Máxime cuando el gobierno central, de todas las épocas, no toman las medidas necesarias para anular competencias.
El problema del independentismo catalán, será la mecha para que a continuaci
ón otras regiones como las Vascongadas, Galicia y no te quepa la menor duda Andalucía; quieran una independencia del Estado.
Lo lamentable, es que dentro de unos años, tendremos 17 paises nuevos, sin futuro, gracias a las competencias entregadas.
Aquí tenemos que tomar serias medidas, la primera y principal anular la mayoría de competencias otorgadas a las autonomias; tales como Justicia, Sanidad, Educación e Interior. A partir de ese instante todo ira mejor...
Luchas del antiguo paradigma...mejor hacer un salto cuantico, e instalarse en el NUEVO PARADIGMA. Todo lo que separa es puro espejismo...y lo que mas nombras, mas energia le das, por poco que te guste....que tal enfocarse en las cosas QUE SI TE GUSTAN....?
ResponderEliminarEstuve por las Ramblas cuando la transición , ibamos con unos amigos catalanes y también se respiraba un ambiente denso . Tubo que actuar la policia y nosotros salios de allí por piernas . ¡ y entonces se respetaba a la poli ! Ahora me dirás .....
ResponderEliminarLa rana que reventó... metáfora de la envidia de los separatistas catalanes (Audio 8':9’’) http://recorta.com/9ca25e"
ResponderEliminarQué razón sobre lo de las supervivencias feudales. Pero no las que vd. intenta asociar sinó las de verdad. En Cataluña, gracias a los campesinos de remensa se las quitaron de encima dos siglos antes que el resto de la humanidad. Más tarde, desaparecieron en el resto del mundo occidental. En España, permanecen, sobretodo en el sur.
ResponderEliminarGRACIAS JUAN POR INFORMAR LO QUE NADIE TIENE EL VALOR NI LA CAPACIDAD DE DECIR Y ANALIZAR. POR ESO LOS GOBIERNOS HACEN Y DESHACEN A GUSTO Y PLACER, EN DETRIMENTO DE LA POBLACIÓN
ResponderEliminarhola juan,buen día!!!!!!! justo de esto hablaba de esto con una amiga........la verdad.....tiene tela la cosa..GRACIAS!!!!!!!!!
ResponderEliminarBien dices,Suiza no es un estado que quiera partirse en cuatro,igual que los americanos,superorgullosos de ser americanos,incluidos los Sioux,Apaches,Harapahoes y demas indios de norteamerica,aqui vamos a partir un piñon por tener mando en plaza.
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ResponderEliminarJuan,efectivamente es la madurez de ciudadanos responsables lo que falta a uno españoles partidarios de nacionalismos anacronicos para alcanzar el estatuto de modernidàd apto ad integrar España en en el dinamismo europeo..grande analisis...muchisimas gracias...♥.
¿Por qué será que SIEMPRE los que se quieren INDEPENDIZAR son los más ricos? Generalmente lo son gracias a los demás pero no están dispuestos a compartir entonces se les ocurre la feliz idea de no querer nada con el resto. Muy bonita la actitud, muy bonita.
ResponderEliminarYa somos muchos los españoles de bien q estamos muuuy hartos de esta situación !!!
ResponderEliminar¡Cuanta incultura teneis!
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