Mercado de esclavos (Jean-León Gérôme) |
En realidad
nuestros gobernantes son igualmente culpables de la situación extrema en la que
nos encontramos porque vienen tomando desde hace meses una serie de medidas
erróneas que era inevitable que nos llevaran al desastre, como hemos ido
anticipando con total precisión los economistas críticos.
Infinidad de
veces he dicho que permanecer en el euro sin unión fiscal sin que exista un
fondo europeo de rescate de los bancos y
sin que el Banco Central Europeo actúe como un verdadero banco central que
financie a los estados a bajo coste y que acabe con los especuladores para que
la crisis de liquidez no se convierta artificial e innecesariamente en una de
solvencia, era y es un suicidio económico, como ya estamos evidenciando.
Por activa y por
pasiva he dicho que dedicar miles
millones a la banca sin conocer exactamente su auténtica situación patrimonial
no resolvería nada, como seguimos comprobando después de varias reformas e
inyecciones de liquidez.
En su día advertí
que optar por la política de fusiones de cajas, que era la estrategia que
deseaban los bancos grandes para quedarse finalmente con su mercado, era una
barbaridad que solo iba a dejar cadáveres muy costosos en el camino y solo más
privilegios para quienes han provocado la situación financiera lamentable en la
que nos encontramos, como también hemos podido comprobar ya.
De sobra está
demostrado que la experiencia y la evidencia empírica indican que las políticas
de recortes de gasto en fases de crisis son una aberración que ni sirven para
salir de ella ni para financiar mejor la deuda, como también se ha comprobado
ya. Y hemos puesto de manifiesto que, además de ser tremendamente injustos, los
recortes de derechos sociales son innecesarios y que crean una situación de
emergencia social y de insostenibilidad que solo va a traer conflictos y
perturbaciones ciudadanas muy graves, como estamos empezando a vivir.
Los españoles
ocupamos el sitio que nos corresponde, porque nuestros gobernantes han sido
unos auténticos incompetentes el pueblo así lo ha querido. No tienen un plan de actuación previsto, no
saben lo que quieren o deben hacer no tienen la más mínima idea del efecto de
las medidas que toman, como pone de manifiesto el que no acierten ni en una
sola de sus previsiones.
Pero, además,
los gobernantes del PP son unos mentirosos compulsivos, unos trileros que se
creen que pueden engañar a los mercados y a las autoridades europeas a base de
hacer las mismas trampas que hacen a su electorado y a todos los españoles. Lo
que naturalmente tiene un efecto desastroso sobre las apuestas especulativas de
los mercados que les ganan constantemente la partida, como muestra el alza
acelerada de la prima de riesgo desde que gobierna Rajoy.
El gobierno del
PP no ha sabido defender los intereses de España en Europa y los ha traicionado
al renunciar a enfrentarse a las imposiciones constantes de sus centros de
poder. Sus dirigentes creyeron estúpidamente que su sola presencia en el
Ejecutivo sería suficiente para dar la vuelta a la situación (“Que caiga España
que ya la levantaremos nosotros”, decía Montoro en 2010) y en lugar de
sincerarse con la ciudadanía se dedican a justificar su estrepitoso fracaso con
el recurso a la herencia de Zapatero, un discurso que ya es sencillamente
infame cuando día a día se comprueba que los ayuntamientos o comunidades
autónomas en peor situación son las que el PP ha gobernado. Al PP solo le
interesan alcaldes memos, al PSOE listos pero ladrones. Ambos al unísono ediles
dúctiles, maleables y manejables.
No pueden seguir
mintiendo y para eso hay que plantar cara y poner los huevos sobre la mesa. Es
imprescindible poner fin al engaño electoral y a la incompetencia que nos lleva
al desastre. España debe y puede hacerse fuerte. En ninguna ley natural está
escrito que el destino de nuestro pueblo tenga que ser el doblegarse a las
imposiciones de poderes financieros extranjeros o soportar en silencio los
destrozos de un gobierno que traiciona los intereses nacionales. Como también
venimos demostrando los economistas alternativos, los técnicos de Hacienda, los
movimientos y organizaciones sociales…, hay medidas de otro tipo y un horizonte
diferente que nos permite resolver de otro modo nuestros problemas económicos,
aunque es cierto que para ponerlos en marcha se necesita voluntad política y
más fuerza social, solo posibles en una verdadera democracia, que es lo que nos
falta.
Renunciando a
ser libres y gobernando en contra de las preferencias de la mayoría de la
población, en contra de lo prometido en su programa electoral y a base de
decretos, el PP ha suspendido de facto la democracia en España. Y los españoles
demócratas de todas las sensibilidades y tendencias tenemos el derecho y la
obligación de recuperarla, por dignidad y para evitar la ruina que produce
tanta mentira e incompetencia que, evidentemente, nos conduce a la miseria.
Gran reflexión pero creo que es hora de no culpar a los gobiernos actuales, sino de reflexionar en la gestión de los últimos 20 años. Creo que los 5 partidos mayoritarios actuales vienen a ser lo mismo con distinto disfraz, hace falta un verdadero cambio a nivel social.
ResponderEliminarEs cierto Francia no lo tiene fácil pero está en el buen camino, España va cuesta abajo y sin patines en una carrera suicida que nos arrastra a la ruina colectiva.
ResponderEliminar