
Se cumple hoy el medio siglo de la muerte del dictador Franco. Publiqué un artículo en el diario La Razón que reproduzco a continuación:
En la primera Ley Fundamental del Movimiento, el Fuero del Trabajo (1938) se califica a la España nacional de “Estado totalitario”. Tras la invasión de Francia, Franco escribe a Hitler para expresarle “mi entusiasmo y el de mi pueblo, que observa con profunda emoción el glorioso curso de una lucha que ellos consideran propia”. A la entrevista de Hendaya, el dictador fue decidido a participar en la guerra. Aunque Hitler rechazó sus aspiraciones, el caudillo envió, en 1941, a la División Azul para combatir en favor de los nazis. Elogió entonces la Monarquía de los Reyes Católicos, por ser “racista” y por expulsar a los judíos de España. Y afirmó en un discurso en Sevilla: “…si el camino de Berlín fuese abierto, no sería una división de voluntarios la que allí fuera, sino que sería un millón de españoles…”. En 1942, según Preston, “la admiración de Franco por Hitler era inquebrantable”. El historiador británico aporta documentos incontrovertibles. En 1944, todavía creía el dictador español en la victoria de Hitler. En una carta al duque de Alba, asegura que con el “rayo cósmico”, Hitler iba a modificar la guerra y que, al desembarcar en Normandía, Churchill y Eisenhower “habían caído en la trampa alemana”. “Conozco los efectivos del Eje -escribe Franco a Alba-. Me faltan alrededor de 80 divisiones que creo veremos aparecer por algún sitio en cualquier momento”.
En Yalta, febrero 1945, los aliados, sobre todo Roosevelt, decidieron la restauración de la Monarquía en Don Juan y la liquidación de Franco. El 12 de abril murió el presidente y Churchill convenció a Truman de mantener a Franco. Stalin se había merendado Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, Rumanía y Bulgaria, y amenazaba Grecia. Una Monarquía débil en España podía caer en manos de Stalin, que dominaría Europa del Este al Oeste con dos partidos comunistas potentes, además, en Francia y en Italia.
Franco mantuvo su dictadura, se incorporó a la ONU, recibió a Eisenhower en Madrid y fue factor de relieve en la guerra fría, con varias bases estadounidenses de envergadura en territorio nacional. El dictador estuvo casi 40 años en el poder y falleció de muerte natural, no como Hitler, suicidado sobre la Alemania en ruinas, o Mussolini, colgado de los pies en una Italia devastada.
La Monarquía de todos, defendida por Don Juan, devolvió al pueblo español la soberanía nacional secuestrada en 1939 por el Ejército vencedor de la guerra incivil. Fue el generoso acierto de Don Juan Carlos, convencido por Torcuato Fernández-Miranda de que la Transición, la democracia pluralista plena, solo podía hacerse con la Monarquía parlamentaria, como la de los países nórdicos europeos, propugnada por su padre desde el exilio.
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