La ignorancia de Sánchez. Si Israel opta por el genocidio, en menos de una hora, Gaza hubiese sido un solar de cadáveres.
Arrasar Gaza y matar a todos sus ocupantes era militarmente, un objetivo sencillo. Precisamente porque no se quiere un genocidio es por lo que se está prolongando tanto esta horrible guerra. Y actuaciones como la del Gobierno español ayer contribuyen a prolongarla mucho más que a resolverla
La
grandilocuente declaración ayer del presidente del Gobierno
reconociendo el inexistente Estado de Palestina ha demostrado, una vez
más, que Sánchez y Napoleonchu, además de incompetentes son unos
ignorantes respecto a las formas diplomáticas.
Históricamente
España ha practicado la llamada Doctrina Estrada que fue ideada por el
secretario de Relaciones Exteriores de México, Genaro Estrada Félix, que
formuló la que él llamó «Doctrina Mexicana» y el mundo entero denomina
Doctrina Estrada, el 27 de septiembre de 1930. Según esa doctrina, no se
reconoce estados, ni reinos, ni repúblicas. Simplemente se mantiene
relaciones diplomáticas o no se mantienen. Es fabuloso que se nos hable
de reconocer dos estados cuando España no ha reconocido jamás al Estado
de Israel. Como es normal, España estableció relaciones diplomáticas con
Israel en enero de 1986 en un acto que se celebró en el Hotel Promenade
de La Haya. Y, por cierto, el jefe del Gobierno, con la perspectiva de
hoy, también es un fascista: Felipe González.
Huelga
decir que esto no es una situación derivada del conflicto
árabe-israelí, que cada vez más es un conflicto simplemente
palestino-israelí porque una de las razones por las que Irán desató la
masacre del 7 de octubre fue el creciente acercamiento entre muchos
países árabes e Israel. La Doctrina Estrada se aplicó exactamente igual
en el desmoronamiento de la Unión Soviética. De la URSS, con la que
España tenía relaciones diplomáticas, surgieron quince naciones
diferentes, cuya independencia nunca fue reconocida al declararse
aquellos como estados soberanos. Simplemente se estableció relaciones
diplomáticas con cada uno de ellos. Pero aquí ha llegado Napoleonchu,
que ganó la oposición en una tómbola, y ha declarado reconocer el Estado
de Palestina. Algo único en nuestra historia.
A
más a más, en la declaración unilateral de Sánchez de ayer a primera
hora, la referencia a la resolución 242 de Naciones Unidas parece muy
arriesgada. Para empezar, porque en inglés esa resolución no habla de
«los territorios ocupados» sino de «occupied territories» sin
artículo, lo que no aclara a qué se están refiriendo exactamente. Y, a
mayor abundamiento, Sánchez tuvo el valor de hablar de reconocer un
Estado compuesto por Gaza y Cisjordania con un corredor que uniese ambos
territorios, hecho extremadamente relevante que no está reconocido en
ninguna resolución de Naciones Unidas. O sea, que reconocemos un Estado
que se niega a reconocer al Estado de Israel, y le otorgamos un
territorio, el que ocupe ese corredor, que no reconoce ningún otro país
del mundo. Estamos a la vanguardia.
En
este asunto, España ha perdido el norte. Y lo vamos a pagar caro. A
todo el disparate de ayer añádase la declaración de una magistrada, que
hoy funge como ministro de Defensa, hablando de genocidio. No, no es una
vicepresidente del Gobierno que en su vida no ha pasado de ser
activista. Es nada menos que una magistrada que sabe perfectamente lo
que el término genocidio significa: «Exterminio o eliminación
sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión,
política o nacionalidad» según el DRAE. Si ese fuera el objetivo de
Israel, esta guerra hubiera terminado hace meses. Arrasar Gaza y matar a
todos sus ocupantes era militarmente, un objetivo sencillo.
Precisamente porque no se quiere un genocidio es por lo que se está
prolongando tanto esta horrible guerra. Y actuaciones como la del
Gobierno español ayer contribuyen a prolongarla mucho más que a
resolverla. Enhorabuena, presidente. Napoleonchu y usted van a conseguir
todavía más muertos en Gaza.
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