La mujer de Pedro Sánchez, Begoña utilizó la falsa cátedra para recaudar fondo en su propio interés.
La mujer de Sánchez consiguió un puesto académico en un organismo que reconoce la inexistencia de actas durante dos años y se centra en relacionar empresas con la Administración para lograr financiación
Begoña Gómez
logró, en el curso iniciado en 2020, la dirección de una cátedra de la
Universidad Complutense, que la habilita para implicarse de lleno en el
universo de la captación de fondos públicos, sin que la institución
documentara sus méritos académicos y profesionales para obtener ese
nombramiento.
Desde
entonces, son cinco los años académicos en lo que viene ocupando la
dirección de la cátedra y durante al menos los dos primeros cursos no
ha existido ni una sola acta oficial de las reuniones del Comité de Expertos que la aupó, a excepción de la fundacional.
Gómez, en el ojo del huracán por sus relaciones profesionales con empresas rescatadas
a continuación por el Gobierno de España, que preside su marido,
consiguió de esa manera una prestigiosa tarjeta de presentación para
trabar alianzas entre los sectores público y privado, tal y como consta
en la documentación oficial.
Hasta cuatro informes oficiales de la Universidad Complutense recogen cómo la esposa de Pedro Sánchez
lleva cuatro años trabajando en ámbitos íntimamente relacionados con la
actividad pública y, más en concreto, con el denominado «fundraising»,
anglicismo con el que se bautiza la conexión de empresas y
organizaciones no gubernamentales con las instituciones para conseguir
financiación y patrocinios.
Begoña
Gómez se convirtió en directora de la «Cátedra para la Transformación
Social Competitiva», financiada por las empresas Reale Seguros y La
Caixa, sin que conste documentación alguna de sus méritos
académicos y profesionales, tal y como reconoce la Universidad
Complutense en un documento firmado por su secretaria general, Araceli Manjón-Cabeza: «La UCM no dispone de la documentación solicitada y no puede conceder acceso a la misma».
A
la esposa de Sánchez la nombraron, sin más, apelando a que
supuestamente llevaba «colaborando con la UCM desde hace varios cursos
en tareas de organización, dirección y docencia de estudios de formación
continua, conducentes a la obtención de un título propio de la
universidad», aunque nada de ello se hace constar en su nombramiento
para la dirección de la cátedra que le permite viajar y entablar
relaciones de todo tipo con empresas e instituciones nacionales e
internacionales mientras se desplaza en el Falcon y vive en La Moncloa.
Su
designación fue acordada por un «tribunal» que no valoró la posibilidad
de abrir un proceso de selección abierto, compuesto exclusivamente por
cuatro personas. Dos fueron vocales de Reale Seguro y La Caixa, Pilar Suárez-Inclán y Marc Simón respectivamente; y otros dos de la propia Universidad, el vicerrector Juan Carlos Doadrio, y una responsable de la Escuela de Gobierno de la UCM, Paloma Román.
Begoña Gómez difunde sin pudor desde su «cátedra» su capacidad para captar fondos públicos y establecer «relaciones estratégicas»
Así
figura en el acta de fecha 30 de octubre de 2020 que obra en poder de
este periódico. Se da la circunstancia de que esta sido la única reunión
mantenida por la Comisión Mixta de Seguimiento de la Cátedra
Extraordinaria de Transformación Social Competitiva durante al menos dos
cursos académicos desde su nombramiento, tal y como reconoce la
Secretaría General de la Universidad Complutense, Araceli Manjón- Cabeza Olmeda, en una resolución de fecha 19 de julio de 2021.
La citada Cátedra, cuatro años después de su creación, resulta también afectada por la polémica surgida tras las actuaciones de Begoña Gómez en ámbitos que hoy están bajo sospecha tras trascender sus reuniones con directivos de Globalia,
la firma beneficiaria poco después de un rescate de hasta mil millones
de euros, entre ayudas y subvenciones, impulsado por el propio Pedro
Sánchez.
De la documentación acumulada por El Debate
se deduce claramente cómo Begoña Gómez ha logrado convertir la Cátedra
Extraordinaria en una espléndida embajada para, cuando menos, mantener
contactos y alcanzar acuerdos con empresas y, a la vez, levantar puentes
entre ellas y la Administración Pública, sin que sea posible conocer la
dimensión exacta de los eventuales pactos alcanzados, la financiación que obtuvieron y los beneficios exactos que pudieron generar para las distintas partes.
Captación de fondos
De
lo que no hay duda es de para qué la utiliza Begoña Gómez, tal y como
reconoce otro de los documentos oficiales de la Universidad Complutense
en propiedad de este periódico: para organizar encuentros sobre las
«Tendencias en la Captación de Fondos para emergencia e
investigación», para lanzar un máster de «Formación permanente en
dirección de fundraising público-privado para organizaciones sin ánimo
de lucro», para enseñar a crear «una red de Pymes como parte de tu
estrategia de captación de fondos» o, incluso, para aprender a tener «relaciones estratégicas para la captación de fondos».
Todas esas «actividades» se desarrollaron entre octubre de 2022 y septiembre de 2023, tal y como consta por escrito en otro documento
rubricado por la misma directiva de la Complutense, en tiempos
directora del gabinete del Plan Nacional sobre las Drogas, dependiente
del Gobierno.
Begoña Gómez impartió su máster en la segunda edición y se concentró en una agenda de relaciones orientada al «fundraising»
En esos dos años y en el primero completo tras su nombramiento, 2021, Gómez solo organizó el Máster
en la edición inicial, la culminada en 2022: al curso siguiente no se
impartió y la directora del mismo se concentró casi en exclusiva en las
actividades relacionadas con la captación de fondos ya enumerada.
Es decir, la esposa del presidente fue designada para una «Cátedra» sin documentarse méritos académicos
de manera formal; lanzó un máster que no se celebró al curso siguiente
de su nombramiento y concentró sus esfuerzos en foros, talleres y
reuniones relativos a las conexiones financieras entre el mundo privado y el público.
Incluso en ese máster de dirección de fundrasing público y privado tal y como acredita un documento de la Complutense que obra en poder de El Debate,
de fecha 19 de julio de 2021, consta cómo la esposa de Sánchez, sin
licenciatura oficial alguna, llegó a cobrar por la Dirección y
seguimiento del Trabajo Fin de Máster de cinco alumnos para obtener un
«título» no reglado, amparado en exclusiva por esta Universidad y válido
sobre todo para dar apariencia a Gómez en sus gestiones.
Tan
es así que Gómez dejó de ingresar de manera directa una remuneración
que sí se llevó en el curso 2021/2022, tal y como por primera vez se
hace público con la documentación que obra en poder de este diario.
Los cobros de Begoña
En esa edición, la Primera Dama facturó a su propia Cátedra 4.352 euros en concepto de codirección, otros 3.640 euros por impartir personalmente 26 clases e incluso 140 euros más por participar en un tribunal.
Al
año siguiente esos ingresos desaparecieron por la sorprendente
suspensión del máster, pero sin embargo crecieron los gastos de la
Cátedra en su conjunto.
En concreto, Begoña Gómez dedicó 18.148,79 euros
en un «Servicio de Consultoría y Asesoramiento para la puesta en marcha
de una plataforma de gestión y medición de impacto para Pymes» y 24.200 euros más en «Servicios de desarrollo de la plataforma de impacto social».
En plena tormenta
La
trayectoria de Begoña Gómez desde que su pareja alcanzara la
Presidencia por primera vez en 2018, con una moción de censura, no ha
dejado de generar controversia por la sensación de que, lejos de adoptar
una posición institucional discreta como todas sus predecesoras,
ha aprovechado para relanzar su carrera profesional y acercarla
peligrosamente a la esfera política de su marido.
Primero fue, en 2018, la creación desde el Instituto de Empresa de un organismo privado para ella, el Africa Center, que abandonó sin dar explicaciones tiempo después, cuando logró ponerse al frente de la «Cátedra» de la Complutense, con un vínculo que a día de hoy se mantiene y parece ser el epicentro de todas sus actividades.
El capítulo que detonó la polémica definitivamente fue la publicación de que Gómez mantuvo relaciones comerciales con Globalia
antes de que la compañía fuera receptora de uno de los mayores rescates
de una empresa privada de la historia reciente, firmado por el Consejo
de Ministros a cuyo frente está su marido, Pedro Sánchez.
Las sospechas se agravan por la participación en esos contactos de Víctor Aldama, citado en las investigaciones de la trama de Koldo García,
sospechoso de urdir una red de comisiones por la venta de mascarillas,
en plena pandemia, a al menos cuatro Ministerios y dos Comunidades
Autónomas, en todos los casos en manos del PSOE.
Los hechos, que Sánchez no ha querido explicar y en su lugar ha desatado una campaña contra Ayuso y otra contra Feijóo con un bulo sobre su esposa, Eva Cárdenas, pueden ser ahora objeto de atención en el Senado o incluso en los tribunales, tal y como anunció el PP tras comprobar la negativa del Gobierno a aclararlos.
Nada
de esto parece afectar a Gómez, un caso único en toda Europa de cónyuge
del primer ministro que se dedica a actividades próximas a las
funciones públicas de su marido e incluso forma parte de expediciones
oficiales del Gobierno con agenda privada. Hasta el punto de que, el pasado 20 de marzo, coordinó otro encuentro sorprendente bajo el título «Tendencias en la Captación de Fondos enfocada en Universidades y Hospitales».
El propio Feijóo,
en unas declaraciones públicas recientes, puso el dedo en la llaga al
respecto de la vida académica de la esposa de Sánchez con una sentencia
contundente: «Que Begoña Gómez dirija una cátedra sin ser licenciada merece, cuando menos, una explicación».
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