La delincuencia en su grado político está bien pagada y gozosa para el uso y disfrute penitenciario de holgazanes y bigardos independentistas.
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Todos los tratos de
favor que los políticos presos por el 1-0 - Oriol Junqueras, Jordi Turull,
Joaquim Forn, Josep Rull, Raül Romeva, Jordi Sànchez y Jordi Cuixar - disfrutan
en la cárcel de Lledoners.
Los 16 privilegios de los presos del
procés
Éste es el retrato que ha podido componer Crónica a
partir de fuentes sindicales y de un puñado de informes internos firmados por
dos de «els Dolents». Son privilegios que la Generalitat y -por el momento- el
Gobierno socialista desmienten, aunque la Fiscalía General del Estado, a raíz
de un informe de los fiscales de vigilancia penitenciaria de Cataluña que
constata «distintas situaciones anómalas», ya ha advertido de
la falta de imparcialidad del Govern, empezando por el hecho de que sus máximas
autoridades se refieren a los políticos presos como «presos políticos».
En el horizonte está la inminente sentencia del
Tribunal Supremo, que presumiblemente los condenará a varios años de cárcel,
penas que -salvo que el Ministerio del Interior diga lo contrario- deberán
cumplir en las cárceles catalanas, de competencia autonómica. Los fiscales
concluyen: «Se considera que, en el caso de que dichos presos preventivos
fueran finalmente condenados, las condiciones de tranquilidad e imparcialidad
por parte de los funcionarios y de las autoridades penitenciarias de la
administración catalana no son las óptimas para la evaluación de los
presos».
«Aquí todo se apaña. No son
ilegalidades, pero sí irregularidades; se está forzando muchísimo el reglamento
penitenciario», resumen las fuentes consultadas. A continuación, los
privilegios que disfrutan los presos del procés, que han generado malestar en
otros internos.
CELDAS CON VISTAS
Antes de que los siete reclusos llegaran a Lledoners,
la dirección de la cárcel preparó bien el terreno. «Se hizo un barrido
y se trasladó de módulo o de centro a los internos más problemáticos», cuentan
fuentes sindicales. Los ubicaron en el módulo 2, el de los presos poco
peligrosos, donde conviven algo menos de 100 internos. Y trasladaron a quienes
ocupaban las mejores celdas para dárselas a ellos. Son las que tienen «vistas a
la calle Mayor», como denominan en la cárcel a las habitaciones cuyas ventanas
dan al camino que conecta todos los módulos. «También les pusieron colchones
nuevos y les cambiaron las cortinas», indican las fuentes citadas. Las
celdas son individuales y en ellas tienen una televisión y un portátil que
ellos mismos han pagado. El uso del ordenador se lo autorizó el Supremo para
que preparasen la causa judicial abierta contra ellos. «Pero el juicio ya ha
pasado y siguen con ellos». Oficialmente carecen de conexión a internet.
LIBERTAD DE MOVIMIENTOS
En Lledoners el recuento es a las 7.45 de la mañana. A
esa hora, los presos deben ponerse de pie en un lugar visible de la celda para
que el funcionario de turno abra la puerta y los cuente. Luego bajan a
desayunar al comedor y hasta después de cenar no pueden regresar a sus celdas
(salvo entre las dos y las tres y media, cuando se someten a un nuevo
recuento). Los siete de Lledoners, en cambio, gozan de una autorización
según la cual pueden entrar y salir de su celda cuando quieran. Sólo
por la noche deben permanecer en ella como los demás, detallan fuentes
sindicales.
Además, el 2 de octubre de 2018, el jefe de
servicios de la cárcel -encargado de la seguridad- informó a sus
superiores de que había comprobado cómo «de manera habitual» los políticos
presos «no pasan por el arco detector» que deberían superar para entrar en el
módulo desde otras estancias de Lledoners (como el patio, el polideportivo o el
área educativa) cuando van juntos o solos, y que sólo se les somete a este
control cuando van acompañados de otros internos.
MÉDICO 'PRIVADO'
Como ha podido comprobar Crónica con
documentos oficiales de la cárcel, al menos tres médicos privados han entrado
en ella para atender personalmente a algunos de los políticos presos, al margen
de los sanitarios del centro que atienden al resto de los internos. Uno de
ellos es el presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, el doctor Jaume
Padrós. También ha realizado visitas como médico en la enfermería de
Lledoners la doctora Marta Chandre Gofre, subdirectora del Servicio
Catalán de Salud.
HUELGA CON BATIDOS
En diciembre de 2018, Jordi Sànchez, Jordi Turull,
Josep Rull y Joaquim Forn decidieron hacer una huelga de hambre. «En los
primeros días se les aplicó el protocolo habitual», explican fuentes
sindicales, que consistía en que, por medidas de seguridad, estos reclusos
debían bajar al comedor a la hora del almuerzo como el resto de los internos,
aunque ellos no probaran bocado. «A la directora de Lledoners se la acusó de
querer torturarlos por obligarles a ver a los demás internos comer. Unos días después,
Servicios Penitenciarios [del Departamento de Justicia] cambió el
protocolo para las huelgas de hambre en todas las prisiones de Cataluña, de
modo que ya no tenían por qué bajar al comedor y podían quedarse en sus celdas.
En unos días se cambió un protocolo de más de 20 años», indican las fuentes
consultadas. Veinte días después, los huelguistas abandonaron. Apenas habían
perdido peso (entre un 10% y un 11%, dijeron). Las fuentes consultadas aducen
que, en realidad, los cuatro estaban alimentándose: no comían nada
sólido pero ingerían batidos energéticos. «Fue un paripé», aseguran.
MENÚS 'VIP'
Fuentes sindicales afirman que en la cárcel los
funcionarios adeptos tratan con tal cordialidad a los siete reclusos que la
frontera de la profesionalidad ha sido traspasada con creces. «A Romeva
un funcionario le lleva de su casa un táper con macedonia de frutas porque le
gusta mucho». «Un jefe de unidad le ha preparado en su casa callos a
Junqueras». «También reciben gazpacho, que mantienen fresquito en la nevera del
economato». Las voces consultadas detallan que hay funcionarios
independentistas que les han comprado bocadillos en la cafetería para
funcionarios y mossos.
No es todo. El 17 de agosto de 2018, cuando se cumplía
el aniversario de los atentados yihadistas en Barcelona, una conocida
chef les preparó una suerte de banquete privado. La cocinera, Ada
Parellada, lo divulgó en sus redes sociales: «Hoy he hecho un taller de cocina
en Lledoners. Sin fuegos, sin utensilios y con muy pocos ingredientes. A cambio
he recibido una lección de humanidad, valentía y firmeza. Con vuestro permiso,
les he dado un fuerte abrazo, de parte de todos los que seguimos luchando #LlibertatPresosPolítics». Joaquim
Forn le contestó por Twitter (con una cuenta que supuestamente lleva
su entorno): «Gracias inmensas a Ada Parellada por tu compromiso y por
compartir esta tarde con nosotros, dentro de la prisión, tus conocimientos, tus
trucos y, sobre todo, tu pasión por la cocina».
VISITAS 'SECRETAS'
La prisión se ha convertido en una conselleria más de
la maquinaria independentista. Desde allí Oriol Junqueras mueve los
hilos de ERC. La aplicación del reglamento penitenciario se estira hasta
tal punto de que, camufladas como «visitas institucionales», cientos de
personas están entrando en Lledoners día tras día para reunirse con los
políticos presos, a veces en grupo y por tiempo ilimitado, a menudo en las
salas de vis a vis destinadas a las reuniones familiares (con dos sofás y una
mesa), en vez de en los locutorios con cristal, que suelen reservarse para los
visitantes con menos solera, como los periodistas.
Según la documentación consultada, los siete presos
han llegado a recibir hasta 58 visitas en un solo día. Y entre
las «visitas institucionales» no sólo están las autoridades con cargo (el president Torra,
la alcaldesa Colau...), sino que en esta categoría entra casi cualquiera. Una
figura muy común es la de «ex diputado». Así aparece en los registros hasta la
periodista y activista Pilar Rahola.
En las listas de supuestas autoridades hay también
sindicalistas como Camil Ros (UGT) o Adolfo Muñoz (ELA), la monja
independentista sor Lucía Caram, el sacerdote Joaquim Meseguer, un
«cofrade mayor» llamado Juan Martínez o el obispo de Solsona, Xavier Novell.
También miembros de asociaciones como Òmnium Cultural. Hasta el director del
112 autonómico ha visitado Lledoners. También la esposa de Puigdemont, Marcela
Topor.
CON LOS TUTORES DE LOS NIÑOS
Los políticos tienen además la oportunidad de
conversar en la cárcel con los tutores escolares de sus hijos, cosa muy poco
común en las prisiones. Y algunas entradas, según fuentes sindicales, ni
siquiera constan en el ordenador de la cárcel. Los fiscales de
vigilancia penitenciaria de Cataluña han alertado en su informe de la «anormal
presencia de autoridades no penitenciarias en dichos centros».
La gestión de una de estas visitas, la del presentador
de televisión Risto Mejide a Raül Romeva para hacerle una entrevista, motivó
que el jefe de comunicaciones de Lledoners (responsable de las visitas) pidiera
su traslado debido al «favoritismo evidente» con el que, según él, actuó la
subdirectora de tratamiento del centro, Gema López, que condujo a Mejide y sus
acompañantes (incluida la esposa de Romeva) hasta la zona de locutorios
saltándose un control de seguridad obligatorio y pasando por «delante de las 35
personas que estaban esperando en la sala» para ver a otros reclusos. Por ello
UGT ha pedido la destitución de esta subdirectora.
PUERTAS ABIERTAS
«A Junqueras le dejan la puerta de su celda
entreabierta porque dice que se agobia en los sitios cerrados», revelan los
medios consultados. Además, según estas fuentes, el ex vicepresidente del
Govern ha salido a la calle al menos en dos ocasiones para acudir al
dentista, un servicio que los reclusos normales reciben en la
enfermería de la cárcel tras apuntarse en una lista. El jefe de servicios de la
prisión -que ha denunciado el trato de favor a estos presos y que ahora ha sido
expedientado por la Generalitat- indica en uno de sus informes que «muchos
internos muestran en privado su malestar» por «discriminaciones» como
que ellos «no pueden salir para ir al dentista privado o atender a periodistas
para hacer entrevistas».
SALIDAS SIN ESPOSAS
Cuando salen a la calle gracias a algún permiso, los
políticos presos se suben a coches de los Mossos sin el logotipo del cuerpo. Los
agentes van de paisano, sin uniforme, y los reclusos sin esposas. «Y
cuando en alguna ocasión han acudido al hospital los médicos se hacen selfis
con ellos», indican fuentes sindicales.
MENSAJES A SUS PARIENTES.
El último informe del jefe de servicios de Lledoners
subraya también que «funcionarios del módulo 2 informan personalmente a
familiares de estos internos y mantienen encuentros en la calle con
ellos para transmitirles mensajes, etc.». Las fuentes consultadas precisan que
al menos «un funcionario queda con la mujer de Forn en Barcelona para darle
noticias».
FIESTA DE CUMPLEAÑOS
El 1 de octubre de 2018 se produjo un incidente que
sirve de resumen. Esa noche, primer aniversario del referéndum ilegal, era
también el cumpleaños de Jordi Sànchez. Y allí hubo celebración, pastelitos,
frutas y bebidas, según pudo ver con sus ojos el jefe de servicios,
que ha denunciado el asunto en dos informes.
Según su relato, a última hora de la tarde los siete
internos continuaban en el patio cuando el resto de los reclusos tenían ya sus
celdas cerradas. «En un momento dado, todos ellos acceden de golpe al despacho
de los funcionarios» del módulo 2 y se reúnen con cuatro trabajadores. Cuando
el jefe de servicios y una compañera suya llegaron al mencionado despacho para
ver qué estaba ocurriendo ahí dentro, se encontraron con que todos lo habían
abandonado salvo dos funcionarios. Escondían «papeles de pastelería con
restos de pasteles», mientras «sobre la mesa todavía quedaban restos
de fruta y de comida».
«Detectados los movimientos de ocultación de los
funcionarios y la actitud de los internos», preguntaron a la jefa del módulo 2
por lo sucedido; ella respondió que «estaban haciendo notificaciones». «Los
internos han estado en el patio bastante rato después de cenar sin que se le
notificara nada a ninguno de ellos, bien al contrario, esperando a ser llamados
por los funcionarios para participar de la celebración y de los
pasteles», denunció el jefe de servicios. «Se han introducido comida y
dulces desde el exterior para compartirlos con los internos, hasta que nuestra
llegada por sorpresa al módulo 2 ha hecho que la fiesta acabara
anticipadamente».
PASTELES, Y UN HIJO "COLOCADO"
El informe de los pasteles quedó en nada. La
investigación que su autor reclamó fue archivada sin consecuencias. Su petición
de que los cuatro funcionarios que colaboraron en la fiesta (incluida la jefa
del módulo 2) fueran trasladados de módulo cayó en saco roto. El jefe de
servicios de la cárcel ha escrito ahora un segundo informe en el que cuenta
cómo un año después «ningún responsable del equipo directivo» ha hablado con él
de su denuncia, y se queja de que «los tratos de favor no sólo no se han
investigado, sino que continúan». Los funcionarios a los que señaló no sólo no
han sido apartados, sino que «la funcionaria que introdujo los pasteles
continúa trabajando en el módulo 2 y presume de que ha 'colocado' de
interino a su hijo, y de que tienen la garantía por parte de la directora y del
interno JUNQUERAS VIES, ORIOL (sic) de que no les pueden cambiar de módulo».
El hijo «colocado» se presenta en Linkedin como
historiador y como funcionario interino de prisiones en Lledoners desde julio
de este año. En las pasadas elecciones municipales fue suplente en las
listas de ERC en Cardona (Barcelona) y en sus redes sociales reclama
la libertad de los «presos políticos».
"EL PRESO ES EL JEFE"
En este informe reciente (del 20 de septiembre de 2019),
el jefe de servicios pide amparo a la directora porque dice ser víctima de un
acoso sin precedentes por parte del gerente y de la subdirectora de
tratamiento, que, precisamente por denunciar estos privilegios, lo querrían
fuera del centro. En este momento la Generalitat le ha abierto un expediente
disciplinario que puede suponer su degradación y su traslado a otra
cárcel. «El problema es que en Lledoners el preso es el jefe», dicen
las fuentes consultadas. «Junqueras manda: puede destituir a la consejera de
Justicia en un momento». La consejera de Justicia es Ester Capella, de ERC.
«Los quiero fuera», ha dicho Capella sobre el encarcelamiento de los líderes
secesionistas. Por otro lado, el director de Servicios Penitenciarios, Amand
Calderó, los visita a menudo con el lazo amarillo en la solapa.
EL REGALO DE LA JEFA CARMINA
En el primer aniversario de los atentados de
Barcelona, el ex consejero de Interior, Joaquim Forn, recibió un regalo. Él
mismo lo difundió a través de Twitter: «En el módulo 2 de la prisión de
Lledoners, internos y funcionarios también hicimos ayer un minuto de silencio
en recuerdo y homenaje a las víctimas de los atentados del 17-A. Después, los
compañeros me regalaron esta camiseta». E incluyó una fotografía de la
camiseta, plagada de felicitaciones y firmas. En la manga derecha se podía
leer: «Siempre contigo, Carmina». Carmina es la jefa del módulo 2 de la
cárcel.
¿Y quién tomó esta fotografía y la sacó de la cárcel?
¿Quién hizo lo propio con la más famosa, la de los siete presos juntos y
sonrientes en el patio de Lledoners? «Todo se ha tapado», dicen
las fuentes consultadas.
LA VALLA DE 'FANS'
Los fiscales catalanes, en el informe asumido por la
Fiscalía General del Estado, también han llamado la atención sobre otra
«situación anómala» que detectaron a lo largo del año pasado: «La existencia de
manifestaciones como mínimo semanales» delante de Lledoners. Frente a la cárcel
se organizan conciertos, concentraciones... «Es como una feria. Un día
hasta pusieron una excavadora que elevaba a los asistentes para que
pudieran ver a los presos por encima del muro», cuentan las fuentes
consultadas. Un personaje se ha hecho popular en esas reuniones de fans: un
joven de Manresa apodado como Joan BonaNit que, megáfono en
mano, da las buenas noches a los presos uno a uno. «A veces, por la noche, los
funcionarios independentistas les permiten pararse en la ventana de un pasillo
común desde el que pueden verlos para poder saludarlos».
"COMO EN BROADWAY"
Grupos de teatro entran casi a diario a hacer funciones
en la cárcel y conversar durante horas con los siete presos. «Esto es como
Broadway», dicen fuentes sindicales. «A menudo, estos grupos entran dos
horas antes o se quedan dos horas después de la función hablando con
los políticos presos», añaden.
PROFESOR DE NATACIÓN
«Un amigo de Romeva, experto en aguas abiertas, acudió
varios días a darle clases de natación en la piscina de la cárcel, algo
ridículo. Montaron como excusa un cursillo de natación y ahí estaba el
entrenador de Romeva», relatan las fuentes consultadas.
En Lledoners, el ex consejero de Exteriores ayuda en
el polideportivo. Y Junqueras es auxiliar de la escuela de la
cárcel. Pero en vez de asistir como alumno, da clases a los presos...
y los profesores se sientan a escucharle. «Ya es una institución, todo el mundo
va a sus clases; incluso funcionarios. Siempre está el aula llena. Y avisan por
megafonía: "Clase del profesor Junqueras"», ha
declarado a La Vanguardia Sergi Sol, amigo del líder de ERC.
Habla de economía, del universo... Josep Rull se ha apuntado al taller de
teatro, mientras que Jordi Cuixart ha preferido la cerámica japonesa. En
el taller fabricó una taza con cuyo diseño Òmnium ha hecho negocio: vende
reproducciones de la tassa de la llibertat a 15 euros
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