Argentina y el mundo saben que la CFK y su banda hicieron FRAUDE ELECTORAL Y LA Kirchner sabe que lo saben. El FMI….
Una bomba política impactó
sobre Argentina y las consecuencias son aún difíciles de calibrar. Mauricio
Macri, que busca la reelección, sufrió una paliza de votos en las elecciones
primarias ante Alberto Fernández. El candidato del peronismo se impuso por casi
15 puntos de diferencia, 47% contra 32%, un resultado que no preveía
absolutamente nadie en el país. La situación es delicada, porque las verdaderas
elecciones son dentro de 11 semanas, el 27 de octubre, pero la Argentina, de
economía endémicamente frágil, podría tener problemas a partir de hoy, cuando
se abran los mercados financieros. ¿Resistirá el peso o sufrirá una fuerte
devaluación? Pregunta abierta que sitúa a Macri ante un dilema tan claro como
amargo: seguir luchando o acordar.
Continuar la lucha quiere
decir soñar con una hazaña homérica, una quimera: revertir el resultado.
Acordar quiere decir llamar a Fernández y, juntos, generar un consenso que le
dé previsibilidad y tranquilidad a la economía. El problema es que la Argentina
nunca fue un país de consensos, sino de enfrentamientos. Y en la noche
electoral ambos candidatos ratificaron esa tradición. Macri no felicitó al
rival por el triunfo y Fernández no tuvo ninguna palabra de consideración hacia
el jefe de Estado, que en medio de la devastación por el resultado tuvo la
presencia de ánimo para dar una conferencia de prensa y responder preguntas
críticas de los medios.
Todo indica que Mauricio
deberá conformarse con el mérito de ser el primer presidente democrático no
peronista en 91 años que logra terminar el mandato. Y en ese sentido la
pregunta en el país es cómo lo termina. El recuerdo de la larga transición
entre Raúl Alfonsín y Carlos Menem en 1989, en medio de una pavorosa
hiperinflación, está presente. Alfonsín renunció al cargo cinco meses antes,
vaciado de poder ante el pedido de un dólar "recontra alto" que
reclamaban los futuros ministros de Menem. El peronismo, lo saben los
argentinos, no se caracteriza por el cuidado de las formas institucionales, y
cuando huele la cercanía del poder actúa como el tiburón ante una gota de
sangre en el mar: sale a morder.
Claudio Jacquelin, analista
político del diario La Nación, señaló que la Argentina no resistiría otra
transición como la del 89: "Oficialistas y opositores están obligados a no
repetir errores del pasado argentino. La madurez no puede seguir haciéndose
esperar después de tantos años de fracasos y de crisis recurrentes".
Coincide su colega Rosendo Fraga: "El tema ya no es la elección, sino la
gobernabilidad. Lo único viable es un acuerdo Macri-Fernández, Argentina está
en una situación económica muy frágil".
Macri convocó a su gobierno
a una reunión de urgencia para hoy. El golpe al orgullo del presidente es
tremendo, también al de Marcos Peña, su jefe de gabinete y considerado hasta
hoy una máquina de ganar elecciones. Todos los análisis del gobierno fallaron:
creyeron que Fernández era un "candidato horrible", que Cristina
Kirchner se había equivocado al designarlo y que desde su nominación el
peronismo solo había perdido votos. La realidad demostró exactamente lo
contrario. Demostró, también, que el gobierno subestimó la novedad del
peronismo reunificado, una situación diferente a la de los triunfos macristas
de 2015 y 2017. Y demostró que las empresas de encuestas profundizan su ya
recurrente falta de credibilidad: algunas hablaron el viernes de empate o
incluso de un triunfo por la mínima de Macri. Ninguna pronosticó más de siete
puntos de diferencia.
La crisis devaluatoria
brutal desatada en abril de 2018, que impulsó la inflación, golpeó los salarios
e incrementó la desocupación. Pero, con toda su gravedad, el gran error del
gobierno fue insistir en las mismas recetas y reaccionar demasiado tarde con
medidas heterodoxas que llevaran alivio a la población. Esa tierra arrasada en
lo económico y lo social afectó gravemente a María Eugenia Vidal, la
carismática gobernadora de la provincia de Buenos Aires que debía ser la
sucesora natural de Macri en 2023.
Tampoco influyó en el voto
de los argentinos el tema de la corrupción. Ni los 13 procesamientos y siete
pedidos de prisión preventiva para Cristina Kirchner, en libertad gracias a sus
fueros de senadora, ni la impactante revelación periodística de hace un año del
diario La Nación, conocida como los "cuadernos de la corrupción".
En su discurso de celebración
del triunfo, Fernández buscó llevar calma al país: "No venimos acá a
restaurar un régimen, venimos a crear una nueva Argentina en la que todos
tienen lugar. Se terminó el concepto de venganza, de grieta y de cualquier cosa
que nos divida. Vamos a hacer ese país, se lo debo a Estanislao (su hijo) y
ustedes a todos sus hijos (...). Los que están intranquilos que no se
intranquilicen. Nunca fuimos locos, siempre arreglamos los problemas que otros
generaron. La Argentina hoy está pariendo otro país".
Todo indica que en las
últimas dos semanas, y tras un muy mal inicio de campaña, Fernández sumó
valiosos votos al prometer que bajaría los intereses que paga el Banco Central
por unos bonos emitidos (Leliq) y utilizaría el ahorro para aumentar las pensiones
y otras prestaciones sociales. Inviable en los hechos, pero efectivo de cara al
votante. No se conoce aún al referente económico de Fernández, que mucho más
pronto que tarde deberá mandarle un mensaje claro al FMI, atrapado por una
Argentina a la que le prestó 57.000 millones de dólares.
¿Y Cristina? Votó en la
patagónica provincia de Santa Cruz y allí se quedó. Envió un mensaje grabado
que quedó desfasado y en el que se la vio claramente apagada. Tan apagados como
deben estar los presidentes Jair Bolsonaro y Donald Trump, que apoyaron
explícitamente a Macri y muy probablemente deban lidiar a partir de diciembre
con un revigorizado kirchnerismo, una opción política que en sus 12 años en el
poder tuvo relaciones bajo cero con Estados Unidos y la mayoría de las
potencias europeas. Alerta, también, para el acuerdo Unión Europea-Mercosur. Y
una alegría para la Venezuela de Nicolás Maduro.
juanpardo15@gmail.com
https://blogdejuanpardo.blogspot.com/
Juan Pardo, analista internacional de política y economía.
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