ETA vuelve con licencia oficial para matar. Gobierno de Navarra (Geroa Bai –ETA-, Bildu –ETA-, Podemos, PSOE e IU –terroristas)
-El PSOE se une a
etarras y terroristas del gobierno de Navarra (Geroa Bai –ETA-, Bildu –ETA-,
Podemos, sanchistas e IU –terroristas-
Cuando ETA comunicó el alto el fuego contra los pobladores
de España, todos sin distinción de causa ni razón pensamos: “Esto no es un alto
el fuego, solo pretendan “dar” lástima atiborrar sus arsenales con dinero
público. Si triste es que te maten más
triste es que lo hagan con tus mismas aportaciones y tolerancia.
.Los cinco partidos que gobiernan Navarra -Geroa Bai, Bildu,
POSE, Podemos e IU- ha aplicado una política orientada al nacionalismo vasco,
lo que se ha traducido tanto en el uso de la ikurriña como como en una
legislación destinada a extender el uso del euskera. En este contexto, las
elecciones autonómicas de 2019 resultan clave para evitar que Navarra se deslice
por la senda soberanista. La intención de Geroa Bai, en línea con la posición
del PNV, es ampliar la euskaldización de la comunidad foral.
Dada la igualdad
en apoyos entre el bloque nacionalista y el constitucionalista, los socialistas
navarros deberán elegir entre cimentar un Gobierno de base leal a la
Constitución o prolongar otro de signo nacionalista. Los enjuagues de Pedro
Sánchez con el PNV para mantenerse en La Moncloa y el hecho de que la líder del
PSN establezca una raya roja a la hora de alcanzar pactos con el PP y Bildu
-como si pudiera establecerse una analogía entre ambas formaciones- no auguran
una reacción firme de la dirección del PSOE, como sí ocurrió en 2007, cuando
Ferraz obligó a los socialistas navarros a facilitar un Ejecutivo de UPN.
Ahora, el desafío secesionista de Cataluña en marcha agrava la coyuntura.
Depende de los que ocurra en los próximos comicios, Navarra puede apuntalar o,
por el contrario, debilitar el proyecto en común que representa España. Y
produce pavor pensar que tal dilema se encuentra en manos de Sánchez.
El fantasma de guerra civil que alumbra el gobierno de Navarra -La hostilidad nacionalista contra los
constitucionalistas en Alsasua no sólo evidencia la paz de plomo que ha
emergido tras el fin de ETA, sino que es consecuencia de la estrategia
separatista del Ejecutivo foral que preside Uxue Barkos. El pentapartito que
gobierna Navarra -Geroa Bai, Bildu, PSOE, Podemos e IU- ha aplicado una
política orientada al nacionalismo vasco, lo que se ha traducido tanto en el
uso de la ikurriña como como en una legislación destinada a extender el uso del
euskera. En este contexto, las elecciones autonómicas de 2019 resultan clave
para evitar que Navarra se deslice por la senda soberanista. La intención de
Geroa Bai, en línea con la posición del PNV, es ampliar la euskaldización de la
comunidad foral. Dada la igualdad en apoyos entre el bloque nacionalista y el
constitucionalista, los socialistas navarros deberán elegir entre cimentar un
Gobierno de base leal a la Constitución o prolongar otro de signo nacionalista.
Los enjuagues de Pedro Sánchez con el PNV para mantenerse en La Moncloa y el
hecho de que la líder del PSN establezca una raya roja a la hora de alcanzar
pactos con el PP y Bildu -como si pudiera establecerse una analogía entre ambas
formaciones- no auguran una reacción firme de la dirección del PSOE, como sí
ocurrió en 2007, cuando Ferraz obligó a los socialistas navarros a facilitar un
Ejecutivo de UPN. Ahora, el desafío secesionista de Cataluña en marcha agrava
la coyuntura. Depende de los que ocurra en los próximos comicios, Navarra puede
apuntalar o, por el contrario, debilitar el proyecto en común que representa España.
Y produce pavor pensar que tal dilema se encuentra en manos de Sánchez. ha
aplicado una política orientada al nacionalismo vasco, lo que se ha traducido
tanto en el uso de la ikurriña como como en una legislación destinada a
extender el uso del euskera. En este contexto, las elecciones autonómicas de
2019 resultan clave para evitar que Navarra se deslice por la senda
soberanista.
La intención de Geroa Bai, en línea con la posición del PNV, es
ampliar la euskaldización de la comunidad foral. Dada la igualdad en apoyos
entre el bloque nacionalista y el constitucionalista, los socialistas navarros
deberán elegir entre cimentar un Gobierno de base leal a la Constitución o
prolongar otro de signo nacionalista.
Los enjuagues de Pedro Sánchez con el PNV
para mantenerse en La Moncloa y el hecho de que la líder del PSN establezca una
raya roja a la hora de alcanzar pactos con el PP y Bildu -como si pudiera
establecerse una analogía entre ambas formaciones- no auguran una reacción
firme de la dirección del PSOE, como sí ocurrió en 2007, cuando Ferraz obligó a
los socialistas navarros a facilitar un Ejecutivo de UPN. Ahora, el desafío
secesionista de Cataluña en marcha agrava la coyuntura.
En consonancia con los resultado de las elecciones en Navarra se adoptará el castigo para a cada más debilitada España, produce pavor pensar
que tal dilema se encuentra en manos de Perro Sánchez.
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