Nunca nadie odió tanto a los catalanes como ellos mismos.


Blog de Juan Pardo


La situación en Cataluña, el presente nos obliga a recordar el pasado golpista y tirano del hoy venerado Lluís Companys: Era un político fracasado que hizo con los propios catalanes un reguero de sangre con separación de cabezas y cuerpos. En poco menos de dos meses asesinó a 8.287 personas, unos contrarios a su “idea” que no era ninguna, solo matar por matar y, otros tantos, por sospecha infundada. Hasta que un día de 1940 -pasada la guerra civil española-, Francisco Franco, lo mató sin que pueda considerase asesinato. Asesinar a un asesino se llama matar por el bien y desarrollo de la población catalana. Rápidamente y viendo que asesinaban por las cloacas de Barcelona a todo su séquito –ratas peludas de alcantarilla- le “beatificaron” como  mártir del independentismo, Cuando destrozó la sagrada familia y otros 7.000 templos religiosos, una bala perdida dirigida al posterior mártir no dio en el blanco y él por sospecha infundada ordenó asesinar al tercer presidente de la Generalitat,  Francisco Jiménez Arenas que, por cierto, estaba ausente –héroe de las Filipinas y Granadino de nacimiento-.

De modo, que el único logro como dirigente político catalán fue asesinar y hacinar personas en campos de concentración. Tampoco hay que “negarle” que transformara el nacionalismo catalán (no independentista) en una banda de sectarios criminales terroristas al descubierto. Torra, el testaferro de Puigdmont, en uno de sus escrito se declara independentista a lo “Companys”.  Si he querido dar a entender que  Quim Torra es un terrorista con despecho y cara descubierta.  

En las checas de ERC, la de Junqueras, Tardá, Rufián,…. se descuartizaban españoles y sus cadáveres se quemaban en hornos o se tiraban a pozos de cal viva. ¿Forma parte de la memoria histórica? Esa que la Ministra de Justicia –la amiguísima de Garzón” dice que aún ve tirados en las cunetas. Visión de odio y rabia contenida.

Nadie odia más a los catalanes que ellos mismos. Para que un catalán no se ponga rebelde sin saber la causa habría que bombardear Cataluña máximo cada 10 años.  (Hazaña) En los comienzos de la guerra civil  los dos bandos se unieron para sitiar y penalizar hasta el oxígeno a los catalanes, bien salían que o “les ataban” bien o, al final, atacaría ellos sin piedad.

Breve historia:

El nacionalismo es una ideología del siglo XIX que se inspira en el resentimiento, espira una vida negativa y respira España nos roba y nos quieren aplastar. Uno de sus mitos más queridos es el “los españoles van bombardear Barcelona porque somos anticatalanes”.

Los candidatos de la coalición antimarxista defenderán resueltamente y a todo trance la necesidad de una inmediata derogación, por la vía que en cada caso proceda, de los preceptos, tanto constitucionales como legales, inspirados en designios laicos y socializantes (…). Trabajarán sin descanso para lograr la cancelación de todas las disposiciones confiscadoras de la propiedad y persecutorias de la persona, de las asociaciones y de las creencias religiosas
En 1842, tras la 1ª Guerra Carlista, el izquierdista Espartero fue recibido triunfalmente en Barcelona. Pero llegó la noticia de que su gobierno iba a firmar un acuerdo comercial librecambista con Gran Bretaña que rebajaría los aranceles a los productos textiles ingleses, lo que afectaría a la industria algodonera catalana. Y con esta excusa estalló una insurrección de tono republicano en Barcelona.

Espartero dio orden de bombardear la ciudad desde el castillo de Montjuich. Se lanzaron 1.104 proyectiles, se dañaron 462 edificios y hubo entre 20 y 30 muertos. El orden público se recuperó. No hay que olvidar que sólo el golpe de Companys en 1934 produjo 107 muertos en Cataluña.

Pero quien con más intensidad bombardeó Barcelona fue el general Prim, catalán de Reus. Un año después, en 1843, hubo en Barcelona otra insurrección de tropas contra el gobierno: los amotinados querían que se proclamara la mayoría de edad de Isabel II y se la coronara, para evitar que la Corte siguiera manipulándola. Entre el 20 y 24 de octubre Prim lanzó un bombardeo sobre la ciudad; cayeron 5.223 bombas. El Ayuntamiento de Barcelona, con fecha de 16 de diciembre, expresaba su gratitud por los “grandes servicios que ha prestado a esta Capital (…) considerando que deben trasmitirse a la posteridad las acciones militares en que resalta la prudencia unida a la fuerza”.

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