Imputan al exMinistro socialista, Nacís Serra y a otros altos cargos socialistas catalanes por administración desleal y apropiación de 720 millones de euros.
Ismael Moreno, juez de la Audiencia
Nacional, investiga al expresidente de Catalunya Caixa Narcís
Serra, al ex director general Adolf Todó y a otros trece altos cargos por
presunta administración desleal que habría originado un agujero en la entidad
de más de 720 millones de euros.
El auto del titular del
juzgado central de Instrucción nª 2, Ismael Moreno, al que ha tenido acceso Efe,
está fechado el pasado 1 de marzo, y responde a un escrito de la Fiscalía
Anticorrupción, que inició las diligencias a instancias del El juez ha dejado
al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria la opción de ejecutar acciones
civiles o penales en su calidad de entidad pública que compró la entidad.
Entre
los directivos investigados figura Antonio Llardén, vicepresidentes de la caja
en 2007 y actual presidente de Enagás. Se trata de una serie de operaciones
inmobiliarias efectuadas entre los años 2000 y 2013, en los que la caja entró
con una participación de aproximadamente el 50 % junto con otros socios, y que, posteriormente, instrumentalizó a través de su filial Promotora Catalunya
Mediterránea (PROCAM).
En este sentido, el fiscal Fernando Maldonado distingue
dos períodos, el primero entre 2000 y 2007, cuando se tomaron decisiones de
inversión y de adquisición de compromisos económicos «relevantes», y entre 2008
y 2013, momento en el que ya se hizo patente la imposibilidad de desarrollar
los proyectos.
La entidad habría adquirido
inmuebles y «compromisos económicos relevantes» y habría concedido créditos
«desproporcionados»; asimismo, la Fiscalía ha detectado irregularidades en los
pactos de separación de los socios de dichas participaciones empresariales. La
Fiscalía señala que los órganos de gobierno de la entidad bancaria aprobaron
intervenir en promociones inmobiliarias en España y también en Polonia y
Portugal en las que se adquirían terrenos no urbanizables o incluso afectados
por resoluciones legislativas que los calificaban de especial interés, lo que
suponía «un riesgo en la inversión».
El consejo de Administración, que podía
aprobar créditos con garantía real de hasta 12 millones de euros y sin garantía
real de hasta seis millones, elevó estos umbrales hasta 24 y 12 millones de
euros, respectivamente; posteriormente, se incrementaron hasta 30 millones para
créditos con garantía personal y hasta 60 millones para aquellos con garantía
real.
Entre los años 2001 y 2007 se acometieron inversiones cuyos avales eran la
mera palabra del socio, sin informes externos independientes, sin valoraciones
adecuadas y sin un análisis exhaustivo de los riesgos. No se protegían los
intereses de la entidad con cláusulas al efecto, y cuando si se incluían estas
cláusulas, no fueron ejecutadas o se mostraron inútiles.
También se ha detectado
la existencia de conflicto de intereses, ya que algunos de los terrenos eran
propiedad de alguno de los socios; en algunos casos, las operaciones
inmobiliarias se llevaron a cabo sin la pertinente autorización de la Comisión
Ejecutiva. Asimismo, el escrito fiscal apunta que la decisión del consejo de
administración del 29 de abril del 2008 de separación de socios ante la
situación de crisis inmobiliaria «fue un error» que supuso un mayor
perjuicio.Serra y Todó tienen otra causa pendiente, por los sobresueldos que
cobraron a partir de 2010, después de que la Confederación Intersindical de
Crédito (CIC) solicitara el pasado 27 de febrero la apertura de juicio oral
contra ambos
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