Ricardo Piglia, escritor argentino de "Respiración artificial" y "Plata Quemada" ha fallecido a los 75 años
El escritor argentino
Ricardo Piglia, escritor de obras como "Respiración artificial" y
"Plata Quemada", falleció hoy a los 75 años tras varios años luchando
contra una Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA).
Piglia, nacido el 24 de
noviembre de 1941 en la localidad bonaerense de Adrogué, era considerado uno de
los mejores exponentes de la nueva época narrativa argentina y entre los
últimos galardones que recibió por su trayectoria se encuentra el Premio Iberoamericano
de Narrativa Manuel Rojas (2013) y Premio Formentor de las Letras, en
septiembre de 2015.
El también editor, crítico y
profesor universitario, había confesado en una entrevista con Efe el pasado
noviembre que acababa de terminar un libro de cuentos y trabajaba en otro sobre
las novelas cortas del uruguayo Juan Carlos Onetti.
Autor de tres libros de
cuentos, seis ensayos y una novela corta, Piglia escribió cinco novelas, entre
1980 y 2013. Aunque desde la primera, Respiración artificial, se ganó un lugar
dentro de los autores latinoamericanos indiscutibles posteriores al boom. A
aquella historia sobre la dictadura militar de su país le siguieron doce años
de silencio novelístico hasta que volvió con La ciudad ausente. Cinco años más
tarde, en 1997, su literatura llegó al gran público con Plata quemada. Otros 13
años de silencio que fueron interrumpidos con Blanco nocturno, en 2010, y una
estela de premios que incluyeron el de la Crítica en España y el Rómulo
Gallegos. Su última novela fue El camino de Ida, en 2013.
Antes de Respiración
Artificial, y en medio de esas novelas, Ricardo Piglia escribió cuentos y
ensayos, muchos ensayos sobre escritores, sobre el arte de escribir, sobre la
crítica literaria y sobre la edición; entre todos ellos destaca un artefacto
creativo que refleja a aquel niño que quería desmontar los tornillos del lenguaje
o descubrir las dosis de las pócimas del hechizo literario: Crítica y ficción.
Son 226 páginas originales del año 1986, pero actualizadas en 2001, en las que
Piglia bebe de la tradición literaria universal y de su país, a lo borgeano,
con un “tratado de poética” donde él está en un bar con unos amigos y estos le
preguntan cosas, cosas donde se junta su vida y su literatura, donde se
desvelan los hilos que tejen su pensamiento de ciudadano, lector, crítico,
profesor, editor y narrador.
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