Un grupo de arqueólogos han descubierto en Nazaret (Israel) las ruinas de la casa en la que Jesucristo creció junto a María y José.
La construcción, formada por un grupo de piedras y una pequeña abertura que
da paso a una especie de cueva construida dentro de una elevación del terreno, fue descubierta a finales del siglo
XIX por las monjas del convento de Nazaret. En 2006, un grupo de
arqueólogos dirigidos por el inglés Ken Dark fecharon su construcción en el siglo
primero, además de relacionarlo con una serie de escritos que describían que
ahí había vivido el mesías de los cristianos.
Dark
ha resumido los 8 años de investigación y razona
con argumentos muy sólidos que los restos de Nazaret fueran el hogar de Jesús. Para
justificar su teoría enumera la gran importancia que ha tenido el lugar a lo
largo de la historia, algo que para él significa que los diversos gobernantes
de Nazaret sabían que ahí había ocurrido algo histórico.
Por ejemplo, durante el dominio bizantino sobre la ciudad de Nazaret -que duró hasta el siglo VIII- la casa fue decorada con mosaicos y se construyó una iglesia a su lado, a modo de protección. Cuatro siglos más tarde, durante las Cruzadas, los cristianos recuperaron el lugar, repararon la iglesia, que había sido destruida durante la etapa musulmana, y protegieron una vez más la casa.
Por ejemplo, durante el dominio bizantino sobre la ciudad de Nazaret -que duró hasta el siglo VIII- la casa fue decorada con mosaicos y se construyó una iglesia a su lado, a modo de protección. Cuatro siglos más tarde, durante las Cruzadas, los cristianos recuperaron el lugar, repararon la iglesia, que había sido destruida durante la etapa musulmana, y protegieron una vez más la casa.
Vivió una familia judia
Ken Dark
asegura que su investigación se basa en los escritos de un sacerdote jesuita y
arquitecto llamado Henri Senès, que en 1936 pudo acceder a los restos
y realizar un concienzudo análisis de lo que allí encontró, como antiguos utensilios de cocina -lo que le hizo inferir que allí había
vivido una familia- y cuencos de caliza.
Estos último eran habituales en las casas de los judíos, por lo que la idea de
que Jesús, María y José habían habitado esa especie de caverna era totalmente
posible.
Gracias a los hallazgos de Senés, los arqueólogos de Ken
Dark fueron trazando la historia del lugar. Desde su construcción, descrita por
Dark como “una excavación de una
elevación formada por caliza, que posteriormente fue reforzada con paredes de
piedra limada”, hasta la disposición del hogar: “tenía varias
habitaciones y una escalera que subía hacia la parte de arriba de un muro.
También una enorme puerta que ha sobrevivido al paso de los años, al igual que
el suelo de pizarra”.
El arqueólogo, profesor de la Universidad de Reading (Inglaterra), asegura que el lugar fue abandonado a mediados del
siglo primero. Pero
allí no volvió a habitar nadie más. Pegado a uno de los muros de la casa fueron
enterradas dos personas de cuyos cadáveres no quedan restos. Dark no se atreve a afirmar que fueran los cuerpos
de los familiares de Jesús, aunque durante la época de
las Cruzadas al lugar se le llamó ‘La tumba de San José’,
porque se creía que ahí yació el marido de María.
La tumba de San José
Los bizantinos construyeron la iglesia de la Nutrición en ese mismo lugar, y lo protegieron hasta el siglo octavo. Los cruzados reformaron el lugar de culto,pero
no pudieron defenderlo en el siglo XIII, cuando fue quemado por los musulmanes.
Otra de las pruebas que aporta Dark es un escrito de un abad llamado Adomnàn
que en el 670 dejó constancia de las palabras del monje franciscano Arculf, que
había peregrinado a Nazaret, le había dicho: “he visitado una iglesia
en donde una vez estuvo el lugar en el que creció el Señor”.
El equipo de Dark todavía no ha terminado su trabajo
de campo, por lo que puede que haya más descubrimientos pronto.
Hará falta que otro equipo de arqueólogos contraste la información del grupo de
Dark para llegar a concluir, definitivamente, que esas ruinas pertenecen
a la que fue la casa de Jesús de Nazaret.
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