Pere Navarro, secretario General del Partido Socialista de Cataluña, ya hace tiempo que viene fastidiando la ya jodida armonía social de España. Pero la Semana pasada la cagó de referentes al concierto económico vasco y navarro, a los que, según el, habría que suprimir por ser injustos e insolidarios, si bien luego matizadas, han sacado a la luz un tema recurrente que, como el monstruo del lago Ness, aparece y desaparece siempre de la misma forma. Al final, los jacobinos tiran la piedra y los girondinos la esconden. Y a esperar otra ocasión, que sin duda se producirá.
Los Gobiernos autonómicos vasco/navarros en función a un acuerdo de gestión (Aznar) recaudan y gestionan los impuestos
estatales y pagan una cantidad a la Administración central, el aforo o cupo, que
se negocia cada cinco años. Y más allá de la diferencia, mas formal que
otra cosa, entre concierto y cupo, en lo que está de acuerdo todo el
mundo es en que se trata de un privilegio.
Nada acertado es verdad, aunque en la práctica supone la disponibilidad de más
recursos en manos de los Gobiernos autonómicos vasco y navarro que de
los que disponen el resto de los Gobiernos autonómicos. Habría que haberle llamado al orden a Aznar, pero en su día, cuando vendió España, solo por poder, poder Gobernar.
Para más verdad, dicho concierto es una norma recogida
en la Constitución que ha dado amparo al reconocimiento de los derechos
históricos de los territorios forales, consolidándolos como un derecho
inalterable, llegando a concebirse un carácter pactista, especialmente
tras la Ley 12/2002, con la que el Gobierno Aznar dio satisfacción a las
reivindicaciones nacionalistas que se asemeja a un pacto entre iguales.
Esta norma
constitucional que reconoce derechos históricos pero que no impide se
trate de una norma que, en mi opinión, vulnera los principios
constitucionales de igualdad y solidaridad, y que produce un resultado
especialmente injusto. De hecho, si se aplicase el sistema de cupo al
resto de las comunidades autónomas, la Hacienda central quebraría al no
poder hacer frente a las necesidades del gasto. Si "se quedan"con la totalidad de los ingresos recurrentes, por supuesto deben hacer frente a todo el gasto corriente. Eso no es, precisamente, federalismo. Pero no es igual subir al peral a robar peras que bajar del peral a pillar palos.
No hay que negar la evidencia, estamos en una época en la que hay
muchos fuegos que atender. Pero ello no nos ha de impedir el señalar que
las palabras de Pere Navarro sean adecuadas, pero es posible que
inoportunas.
Si, de entrada, son poco o nada oportunas, habría que
preguntarse cuándo lo son, pues lo que no parece de recibo es que una
injusticia sea inalterable por más que este en la Constitución. Este catalanufo se piensa que berreando nos asusta y solo nos da pena.
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Muy buenos tus artículos, te felicito. Un saludo.
ResponderEliminarPere, no sabe ni qué quiere-
ResponderEliminarHay que difundir el mensaje, aún es muy doloroso. si la gente no se levanta no hará cambio.
ResponderEliminarLo que en aritmética no es posible, en política es un tópico: todos los territorios quieren estar por encía de la media. España, demasiado plural.
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