En España ya solo se habla de corrupción y los hay que piensan que es un mal menor; pero padre y madre de los mayores. Siendo cierto y verdad que la sociedad española es presa de una correlación de escándalos y operaciones espectáculo generalizadas. No tuvo más remedio el PP que ofrecer un debate aclaratorio de la situación. Como siempre no sacamos nada claro y si, como siempre, un compradeo PPSOE junto a una veintena de vividores políticos. De modo que bien habría podido se un recorte más en el gasto de Rajoy.
La banda rajoyana, como siempre, basó toda su defensa en el "antes lo hiciste vovotros" "vosotros habéis robado más quenostros " etc cantinela de la que estamos hasto los mismísimos cojones aquellos que tribitamos para que nis trituren.
OTRO DIGO SI. La contabilidad personal del tesorero Bárcenas recoge pagos hasta a J. M. (Por descontado, José María Aznar), Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal. A continuación una retaila de celebres y notables peperos. Cuando el coordinador de Izquierda Unida tomó la palabra para pedir explicaciones parlamentarias –sin tapujos ni cadenas en sus palabras-, el Presidente se limitó a rogarle que callara y que colaborase con la gran farsa, puesto que si algo tenemos claro en esyte pais es la irregular financión de IU que debe a bancos y cajas más de 25 millones de euros. hay que mantenerlos por si fuese la bisagra del poder hy como todos sabemos ayuda al mejor postor.
España respira con el alma en los pies, descubriéndose a sí mismo como una gran mentira porque la vida cotidiana, la existencia de la gente, tiene muy poco que ver con sus gobernantes, sus políticos, sus instituciones. Más allá del PP y del PSOE, los escándalos envenenan también las manos del nacionalismo catalán y de la casa real. Ya no es posible ni siquiera ese silencio pactado e “inocente” sobre la monarquía que fundo en falso la democracia española a la muerte del Generalísimo.
sigue una inmensa lista con la mayoría de los notables del partido.
Los españoles llevan años convocados a las urnas gracias al rencor. El mío roba, pero el tuyo más. No voto por fe en Mariano Rajoy, sino por odio a Zapatero. No me ofrece mucha confianza Rubalcaba, pero es que la derecha bárbara da miedo. Ha sido el rencor hacia los otros el mejor sostén de una dinámica bipartidista basada en una ley electoral manipuladora y condenada a crear insatisfacciones, pactos de silencio, debates huecos y sentimientos de despego a la democracia y la política.
Pero ha llegado la hora y el rencor fomentado en los ciudadanos se ha quedado suelto, flecha sin blanco, malestar sin destino establecido. Las encuestas confirman una y otra vez que la caída del PP no supone un apoyo al PSOE. Los dos partidos se hunden de la mano. La realidad de la gente es tan dura, el empobrecimiento de la población es tan evidente, los casos de corrupción hacen tanto daño, el impudor de la banca para la que trabajan los partidos mayoritarios resulta tan manifiesto, que la experiencia individual ha roto la gran mentira colectiva del enfrentamiento bipartidista. La perpetuación de su ciclo sólo es posible con el desgraciado acartonamiento o la congelación total de la democracia.
Esta clarto que hay rabia de la población contra los políticos en general, no solo contra el PSOE o el PP, y esto puede ser el caldo de cultivo de opciones populistas de carácter totalitario. Ya empiezan a oírse voces que piden una mano fuerte que acabe con el desmadre y ya hay en Cataluña y en la Comunidad de Madrid opciones políticas parlamentarias que pueden jugar ese papel con eficacia.
Hay otra opción, desde luego. Es posible la reivindicación de la política y la democracia a través de una alternativa cívica que asegure la transparencia, la independencia, la libertad y el protagonismo del tejido social ante el asalto de los poderes financieros y de las élites económicas.
Soi damos un paseo por la historia y nos detenemos en la España de Alfonso XIII, Unamuno. antes de caer por unos días en la tentación de la mano de hierro, escribió que ninguna nación puede fundarse en la mentira. Los acontecimientos actuales, en el fondo, vienen a demostrar que el Reino democrático de España se fundó en grandes mentiras. Políticos y periodistas convertidos en cortesanos, han contribuido a esta farsa del rey castizo. Desmantelar la mentira es hoy un afán patriótico y democrático. Patriótico, porque debemos dar una respuesta política al abatimiento económico y moral de la nación. Democrático, porque no podemos dejarle espacio una vez más a la mano de hierro, al salvador o a la salvadora de la patria. El coraje cívico en el periodismo, la política, el sindicalismo, la sociedad… – es ya una urgencia tan necesaria como el comer.
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