La 70ª edición de los premios que entrega la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood no fue solo en la que, muy elegantemente, Ben Affleck estampó dos Globos de Oro en la cara de los académicos. También hubo otros momentos destacados en la primera gran gala del año.
Tras la procesión de estilismos, algunos imposibles, de la alfombra roja de rigor, la gala comenzó fuerte. Conscientes de que la oferta 2x1 de los organizadores buscaba hacer olvidar al incendiario Ricky Gervais, especialmente en su genial monólogo de 2011, Tina Fey y Amy Poehler arrancaron su labor como conductoras de la ceremonia con fuerza.
En su monólogo inicial se sucedían los chistes que tenían como blanco a los presentes en el hotel Beverly Hilton. Y algunos fueron brillantes. "La polémica sobre Zero Dark Thirty no tiene sentido. Si alguien sabe todo sobre la tortura, esa es la mujer que estuvo tres años casada con James Cameron", dijeron refiriéndose a Kathryn Bigelow.
En su primera andanada, las presentadoras también se acordaron de Quentin Tarantino, al que Fey calificó de "la estrella de todas mis pesadillas sexuales", o de Anne Hathaway a la que felicitaron por su interpretación en Los Miserables recordándole su labor como presentadora de los Oscar en 2011: "No he visto a nadie tan sola y completamente abandonada desde que te vimos en el escenario con James Franco en los Oscar". Pullita desde el estrado y vergonzosa sonrisa desde la mesa. Todo en orden.
La propia Hathaway, adorable en su vestido blanco, fue quien protagonizó otro de los momentazos de la gala al conseguir que tuviera que sonar la música para separarla del micrófono y poner fin a su apresurado, apasionado y extenso discurso de agradecimiento. Así de entregada es Fantine.
Pero la alocución más jugosa de la noche fue la de Ben Affleck. Después de que recibiera su triunfo en los Critics 'Choice Awards con un ácido agradecimiento a la Academia de Hollywood, que horas antes le había dejado fuera de los cinco nominados al Oscar al mejor director, con el Globo de Oro en la mano el director de Argo tenía otra oportunidad de ídem para lanzar su dardo contra los académicos.
Y lo hizo, pero de forma más elegante y sutil. En esta ocasión Affleck subió al estrado y en su discurso se acordó de los otros cuatro nominados: la esplendida Bigelow, el mustio Spielberg, el escupidor de champán Tarantino y el siempre risueño Lee. Pero también de Paul Thomas Anderson, el director de The Master que fue el otro gran damnificado por los votos de los Académicos. De él dijo que es "como Orson Welles". Ahí es nada, quien tenga oídos para oír...
El momento con más carga sentimental de la noche corrió a cargo de Jodie Foster, que emocionó con su intervención al recoger el premio Cecil B. DeMille en reconocimiento a toda su carrera. Una homilía en la que la cincuentona Foster no dejó pasar la ocasión para echarle un capote a su íntimo amigo en horas bajas Mel Gibson y proclamar que pasea soltera fuera del armario del que, recordó, ya salió hace años.
Por el escenario del Beverly Hilton pasaron muchas celebridades, pero sin duda la aparición estelar de la noche corrió a cargo de Bill Clinton... o "el marido de Hillary", como apostilló Poehler. Con el patio de butacas en pie casi en su totalidad -este año allí no estaba el viejo Eastwood para poner el contrapunto republicano- el expresiente de los Estados Unidos presentó el video de Lincoln de Spielberg. Su patriótico y grandilouente discurso no dio precisamente mucha suerte al biopic presidencial.
Y para terminar, destacamos una curiosa mezcla que solo se les puede ocurrir a los organizadores de las pomposas galas hollywoodieses. Terminator y Rambo, o lo que es lo mismo, Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone, junto a Michael Haneke.
Y es que los ajados mercenarios fueron los encargados de entregar el premio a la mejor película en habla no inglesa que recayó en Amor. La pintoresca estampa se justifica en la nacionalidad del director, austriaco al igual que el antaño Gobernator, y puede que también en el grado experto que ha alcanzado Haneke para lidiar con añejos actores... ¿enamorados?
Paz Vega, de negro total, salvo por los complementos dorados, y apuntándose a la 'pierna fuera'. Ese pelo y esos labios no le favorecían especialmente. Anne Heche también de negro.
Jennifer Lopez eligió otro Zuhair Murad para las fiestas en crepe negro mucho más discreto. Su novio simplemente se fue desabrochando botones de la camisa. James Van der Beek y su mujer, Kimberly.
¡Susto! Amanda Peet, de lunares y medias negras, en la fiesta de los Weinstein. Y punto. Sin embargo, Archie Panjabi (The Good Wife, estaba nominada en reparto) estaba espectacular con este vestido blanco de corte sirena.
Sorpresa, Carmen Electra, bien plateada, en la fiesta de los Weinstein. A la dcha., Julianne Hough que cambió el voluminoso Monique Lhuillier de la gala por este diseño rosa de Jenny Packham.
Taraji P.Henson, con mono y americana. Y Kate Flannery (The Office).
El más grande. Bill Murray estuvo en la gala, pero no le vimos en la alfombra y aquí, está claro, que alguien le empujaba. Con su pajarita y su barta nadie le supera.
Dev Patel, sí estuvo en la gala, con su reparto de El exótico hotel Marigold; pero Freida Pinto sólo le acompañó a la afterparty. Dcha., dos que sí posaron en la alfombra, pero no juntos, y nos gusta verlos juntos: Bryan Cranston y Anna Gunn, Walter y Skyler en Breaking Bad.
Hannah Simone, la amiga de Zooey Deschnael en New Girl, también fue directa a la fiesta. Sarah Hyland (Modern Family), hizo bien en cambiarse el modelito de Sofía Vergara , pero tampoco mejoró mucho con este vestido de Pavoni cortísimo.
Ashley Tisdale, en tono maquillaje, de Issa. Elisha Cuthbert (24), echánose unos añitos.
Las amiguísimas. Selena Gomez, de Atelier Versace. Y Vanessa Hudgens, siempre echándose años, de Jenny Packham.
Mary Elizabeth Winstead, de nego, y Kate Beckinsale, con un elegante vestido de Gucci. Dos más que no fueron a la ceremonia.
Margarieta Levieva (¿qué fue de esta chica?), toda una pose, contra la pared (sic). Y Nikki Reed, con un bonito y sencillo vestido fucsia.
Malin Akerman, embarazada, y su marido el rockero Roberto Zincone. Dcha., Orlando Bloom y su pareja, la modelo Miranda Kerr, con un precioso Zuhair Murad granate, siguiendo la gama de colores estrella de la noche.
Robet Downey Jr. y su mujer Susan (en azul noche, otro color repetido en la noche) se saltaron la alfombra, pero no la fiesta. Qué raro… El trío favorito: Edgar Ramirez, Mark Duplass y su novia Katie Aselton. Ellos dos son compañeros de reparto en La noche más oscura.
Seth MacFarlane, el presentador de los Oscar, no estuvo en los Globos (o no le vimos), ¿para no ponerse nervioso con lo que le queda? Nikolaj Coster-Waldau (Juego de tronos), tampoco estuvo en la ceremonia.
Veteranas y elegantes. Sobre todo, Jane Fonda, con ese vestido azul petróleo de manga larga. El estampado de Jessica Lange, mmm…
De escotes raros. El de Emmanuelle Chriqui, en blanco, y el de Rhona Mitra, en rojo.
A Julianne Moore sí la vimos en la alfombra y recogiendo su Globo de Oro por Game Change. Pero queda tan bien en el photocall de HBO, que repite.
Tras la procesión de estilismos, algunos imposibles, de la alfombra roja de rigor, la gala comenzó fuerte. Conscientes de que la oferta 2x1 de los organizadores buscaba hacer olvidar al incendiario Ricky Gervais, especialmente en su genial monólogo de 2011, Tina Fey y Amy Poehler arrancaron su labor como conductoras de la ceremonia con fuerza.
En su monólogo inicial se sucedían los chistes que tenían como blanco a los presentes en el hotel Beverly Hilton. Y algunos fueron brillantes. "La polémica sobre Zero Dark Thirty no tiene sentido. Si alguien sabe todo sobre la tortura, esa es la mujer que estuvo tres años casada con James Cameron", dijeron refiriéndose a Kathryn Bigelow.
En su primera andanada, las presentadoras también se acordaron de Quentin Tarantino, al que Fey calificó de "la estrella de todas mis pesadillas sexuales", o de Anne Hathaway a la que felicitaron por su interpretación en Los Miserables recordándole su labor como presentadora de los Oscar en 2011: "No he visto a nadie tan sola y completamente abandonada desde que te vimos en el escenario con James Franco en los Oscar". Pullita desde el estrado y vergonzosa sonrisa desde la mesa. Todo en orden.
La propia Hathaway, adorable en su vestido blanco, fue quien protagonizó otro de los momentazos de la gala al conseguir que tuviera que sonar la música para separarla del micrófono y poner fin a su apresurado, apasionado y extenso discurso de agradecimiento. Así de entregada es Fantine.
Pero la alocución más jugosa de la noche fue la de Ben Affleck. Después de que recibiera su triunfo en los Critics 'Choice Awards con un ácido agradecimiento a la Academia de Hollywood, que horas antes le había dejado fuera de los cinco nominados al Oscar al mejor director, con el Globo de Oro en la mano el director de Argo tenía otra oportunidad de ídem para lanzar su dardo contra los académicos.
Y lo hizo, pero de forma más elegante y sutil. En esta ocasión Affleck subió al estrado y en su discurso se acordó de los otros cuatro nominados: la esplendida Bigelow, el mustio Spielberg, el escupidor de champán Tarantino y el siempre risueño Lee. Pero también de Paul Thomas Anderson, el director de The Master que fue el otro gran damnificado por los votos de los Académicos. De él dijo que es "como Orson Welles". Ahí es nada, quien tenga oídos para oír...
El momento con más carga sentimental de la noche corrió a cargo de Jodie Foster, que emocionó con su intervención al recoger el premio Cecil B. DeMille en reconocimiento a toda su carrera. Una homilía en la que la cincuentona Foster no dejó pasar la ocasión para echarle un capote a su íntimo amigo en horas bajas Mel Gibson y proclamar que pasea soltera fuera del armario del que, recordó, ya salió hace años.
Por el escenario del Beverly Hilton pasaron muchas celebridades, pero sin duda la aparición estelar de la noche corrió a cargo de Bill Clinton... o "el marido de Hillary", como apostilló Poehler. Con el patio de butacas en pie casi en su totalidad -este año allí no estaba el viejo Eastwood para poner el contrapunto republicano- el expresiente de los Estados Unidos presentó el video de Lincoln de Spielberg. Su patriótico y grandilouente discurso no dio precisamente mucha suerte al biopic presidencial.
Y para terminar, destacamos una curiosa mezcla que solo se les puede ocurrir a los organizadores de las pomposas galas hollywoodieses. Terminator y Rambo, o lo que es lo mismo, Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone, junto a Michael Haneke.
Y es que los ajados mercenarios fueron los encargados de entregar el premio a la mejor película en habla no inglesa que recayó en Amor. La pintoresca estampa se justifica en la nacionalidad del director, austriaco al igual que el antaño Gobernator, y puede que también en el grado experto que ha alcanzado Haneke para lidiar con añejos actores... ¿enamorados?
Cambios de vestidos y caras nuevas en las postfiestas de los Globos de Oro. Celebradas todas en el Beverly Hilton, los premiados e invitados fueron pasando durante toda la noche de una a otra.
Algunos se quedarían sin invitación para la cena, otros se la saltarían voluntariamente. Alguno fue a la ceremonia pero se saltó la alfombra roja y otras, pocas esta vez, se cambiaron de vestido. El caso es que, además de todas las caras que vimos enla alfonbra roja de los globos de Oro, , las cuatro fiestas del Beverly Hilton Hotel se llenaron de nuevas caras. Los Weinstein, Warner, Fox y HBO organizaban los saraos por los que iban pasando todos los invitados y famosos. Y entre todos nos encontramos con una cara muy conocida (aunque rara), Paz Vega.Paz Vega, de negro total, salvo por los complementos dorados, y apuntándose a la 'pierna fuera'. Ese pelo y esos labios no le favorecían especialmente. Anne Heche también de negro.
Jennifer Lopez eligió otro Zuhair Murad para las fiestas en crepe negro mucho más discreto. Su novio simplemente se fue desabrochando botones de la camisa. James Van der Beek y su mujer, Kimberly.
¡Susto! Amanda Peet, de lunares y medias negras, en la fiesta de los Weinstein. Y punto. Sin embargo, Archie Panjabi (The Good Wife, estaba nominada en reparto) estaba espectacular con este vestido blanco de corte sirena.
Sorpresa, Carmen Electra, bien plateada, en la fiesta de los Weinstein. A la dcha., Julianne Hough que cambió el voluminoso Monique Lhuillier de la gala por este diseño rosa de Jenny Packham.
Taraji P.Henson, con mono y americana. Y Kate Flannery (The Office).
El más grande. Bill Murray estuvo en la gala, pero no le vimos en la alfombra y aquí, está claro, que alguien le empujaba. Con su pajarita y su barta nadie le supera.
Dev Patel, sí estuvo en la gala, con su reparto de El exótico hotel Marigold; pero Freida Pinto sólo le acompañó a la afterparty. Dcha., dos que sí posaron en la alfombra, pero no juntos, y nos gusta verlos juntos: Bryan Cranston y Anna Gunn, Walter y Skyler en Breaking Bad.
Hannah Simone, la amiga de Zooey Deschnael en New Girl, también fue directa a la fiesta. Sarah Hyland (Modern Family), hizo bien en cambiarse el modelito de Sofía Vergara , pero tampoco mejoró mucho con este vestido de Pavoni cortísimo.
Ashley Tisdale, en tono maquillaje, de Issa. Elisha Cuthbert (24), echánose unos añitos.
Las amiguísimas. Selena Gomez, de Atelier Versace. Y Vanessa Hudgens, siempre echándose años, de Jenny Packham.
Mary Elizabeth Winstead, de nego, y Kate Beckinsale, con un elegante vestido de Gucci. Dos más que no fueron a la ceremonia.
Margarieta Levieva (¿qué fue de esta chica?), toda una pose, contra la pared (sic). Y Nikki Reed, con un bonito y sencillo vestido fucsia.
Malin Akerman, embarazada, y su marido el rockero Roberto Zincone. Dcha., Orlando Bloom y su pareja, la modelo Miranda Kerr, con un precioso Zuhair Murad granate, siguiendo la gama de colores estrella de la noche.
Robet Downey Jr. y su mujer Susan (en azul noche, otro color repetido en la noche) se saltaron la alfombra, pero no la fiesta. Qué raro… El trío favorito: Edgar Ramirez, Mark Duplass y su novia Katie Aselton. Ellos dos son compañeros de reparto en La noche más oscura.
Seth MacFarlane, el presentador de los Oscar, no estuvo en los Globos (o no le vimos), ¿para no ponerse nervioso con lo que le queda? Nikolaj Coster-Waldau (Juego de tronos), tampoco estuvo en la ceremonia.
Veteranas y elegantes. Sobre todo, Jane Fonda, con ese vestido azul petróleo de manga larga. El estampado de Jessica Lange, mmm…
De escotes raros. El de Emmanuelle Chriqui, en blanco, y el de Rhona Mitra, en rojo.
A Julianne Moore sí la vimos en la alfombra y recogiendo su Globo de Oro por Game Change. Pero queda tan bien en el photocall de HBO, que repite.
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