
No hay que olvidar que situación económica no es buena. La deuda pública está desbocada, supera el 94% del PIB, y el déficit público, al que consagramos todos los recortes efectuados, no cumple las exigencias de la Unión Europea.
Para mi que todos sabemos que debemos gastar de acuerdo a lo que tenemos, , que los gastos de las
distintas Administraciones deben ser acordes con la previsión de ingresos y que
para ello las Administraciones deben realizar recortes. Hasta aquí seguro que
estamos todos de acuerdo, la
cuestión surge en el cómo
efectuar los recortes. Y ¿cómo hemos hecho los recortes hasta ahora?,
solo hay dos formas de hacerlo: bien o mal, y parece que lo estamos haciendo
bastante mal. Es evidente que el
recorte en los gastos debe ir de la mano de la legalidad vigente y, en
especial, de la presupuestaria.
Los
recortes llevan con nosotros varios años y es ahora cuando estamos viendo los
resultados de las discrepancias jurídicas planteadas. Estos resultados están
poniendo de manifiesto que los mecanismos utilizados fueron manifiestamente
mejorables.
En fin, en todos estos recortes se utiliza la crisis económica como
justificación, pero la crisis no puede justificar la infracción de la normativa
vigente y, en especial, de la legalidad tributaria.
Una
reflexión final. Si tan interesados están nuestros dirigentes en recortar el
gasto público, necesidad que no discuto, resultaría más útil repensar el
presupuesto, decidir qué gastos deben ser atendidos por la Administración por
tener una connotación pública y cuáles deben dejar de serlo; en definitiva,
utilizar la técnica presupuestaria del presupuesto base cero. Evidentemente es más fácil recortar un
porcentaje de gasto que estudiar y decidir en qué se gasta.
Acabo con
una duda ¿Tiene sentido que la
gestión sanitaria se realice por una empresa privada cuando una empresa pública
se dedica a promover viviendas?
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