No hay ningún
tonto que no quiera enseñar. Si, hoy, le preguntásemos a 10.000 españoles ¿Cómo
o por qué nace la Doctrina Parot?, sin maquinaciones, estoy seguro que solo dos
o tres como máximo se aproximarían a la realidad. Nuestros políticos no admiten
su propio error. Una resolución del Tribunal Supremo cuya dotación nombran a
dedo los políticos -no hay que ser juez-, se tragó su propia doctrina,
aceptó disciplinadamente la del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y ahora
decide que sean los sentenciadores, especialmente la Audiencia Nacional -si
tienen que ser jueces-, quienes decidan las excarcelaciones de etarras y otros
grandes delincuentes. Lo único novedoso que aportó la reunión del supremo ha
sido asumir la tesis de la Fiscalía y dictar que la doctrina Parot se aplique a
delitos cometidos a partir del 28 de febrero del 2006. Los mayores criminales
de ETA ya pueden seguir los pasos de la risueña, Inés del Río.
¿Doloroso o doloso? Pero
una cosa es sentir dolor y otra tener que pasar todo el último fin de semana
escuchando cómo el dirigente del PP don Carlos Floriano descalificaba la puesta
en libertad de nueve terroristas. ¿Y qué decir de multitud de comentarios de
prensa? Les pareció casi delictivo que la Sala de lo Penal de la Audiencia
hubiera adoptado esa decisión. Se censuró que actuase con rapidez, como si la
rapidez fuese una agravante. El juez Grande-Marlaska, que preside esa sala, fue
prácticamente insultado. Se llegó a decir que era la consecuencia de las
conversaciones de Zapatero con la banda armada. Y en su conjunto, gran parte de
la literatura de los juntadores de letras que que se determinan
periodistas y del sector político más conservador tuvo un aroma de agitación de
los sentimientos y de incitación a no cumplir una sentencia que obliga al
Estado español. Por cierto, el Estado no es quien, para corregir sus errores
con más errores haciendo apología terrorista.
A boca callando,
el supremo, reconoce que fue un error aplicar la doctrina Parot con efectos
retroactivos. Asume sin rechistar ni polemizar lo que dice la Gran Sala de
Estrasburgo. Da la razón a la Audiencia Nacional, que no tiene nada que
rectificar en las excarcelaciones acordadas. Y echa el balón al poder
legislativo para que regule con claridad el cauce procesal de las
resoluciones de Estrasburgo. ¿También el Supremo está compinchado con oscuros
intereses que favorecen a ETA? Pues no descarten ustedes que alguien lo
sugiera. Y miren: se puede hacer populismo con cuestiones económicas y
sociales. Pero hacerlo con el dolor de las víctimas es poco cívico; hacerlo
con la aplicación de la Justicia es sencillamente irresponsable. Y un
agravante: si hasta el poder político se deja arrastrar por criterios que
perjudican el crédito de la demás instituciones, le está haciendo un pobre
servicio al país. Vamos a ser serios, aunque sigamos siendo el país con más
corrupción del mundo civilizado. Que el PP, en este caso, con fondos públicos este pagando a
"obreros" usuarios, aparentemente, normales de las redes sociales para que desvíen la realidad, la verdad del caso Parot, es triste y lamentable.
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo con tu post sobre la doctrina parot, que modestamente, sé lo que es. Creo que te has equivocado amigo mio.
Q tiene q ver la Doctrina Parot con la Doctrina Cristiana. Veo un Codigo Penal anticuado para ciertos crimines horribles. Peno una vez juzgados y condenados no se puede establecer una ley posterior y querer aplicarla con efecto retroactivo. Por mucho que me duela.
ResponderEliminarLes aplicaría la ley del talión
ResponderEliminara todos ellos , por no hablar de las leyes muy anticuadas algunas son del siglo xvii que ya es decir