Negar los logros de Hugo Chávez es negar la evidencia. No reconocer sus fallos, una torpeza. Pero lo
curioso del caso es que ni los poderes fácticos de los mismísimos
EEUU de América le dan mucha credibilidad a los informes que dan a Venezuela una posición dominante en la economía mundial del próximo decenio. El mejor ejemplo es el
informe de la Oficina de Auditoría del Gobierno de Estados Unidos (GAO) que consideró que el FMI sólo tenía aciertos en
el 10% de las previsiones de crisis. Ya está bien de seguir aceptando,
por tanto, a estos expertos como inquisidores que
frívolamente mandan a la hoguera a un hombre fue más amado que odiado por el pueblo, pero
no porque cantara bien o mal, o porque se pusiera un sombrero u otro,
sino por un proyecto político-económico-social emancipador y soberano
pensado para las mayorías excluidas, marginadas por la sociedad.
Lo primero es responder al argumento tan estúpido de decir que “no es
el proyecto chavista sino el petróleo que tiene”. ¿Qué culpa tiene el
proyecto socialita chavista que haya petróleo en su Patria y que ahora
el mundo capitalista lo pague a altos precios? Si alguien tuviera el
mínimo interés por conocer algo más de la historia del petróleo en este
país sabría que este recurso marcó su historia desde unas décadas
después de la segunda revolución industrial. Venezuela padeció la denominada
“enfermedad holandesa” desde los años 30 cuando ya era el segundo mayor
país productor de petróleo (y el mayor exportador del mundo). Años
después, por ejemplo entre 1972 y 1974, los ingresos del gobierno
venezolano se habían cuadruplicado como consecuencia de la llamada
crisis del petróleo y la subida de los precios del mismo. ¿Han mirado
los expertos cómo era la pobreza y la desigualdad en estos años? ¿Qué se
hacía en la economía con esos recursos a favor de las mayorías
excluidas? Luego, llegaron las décadas perdidas neoliberales donde los desajustes y los programa de desestabilización fueron generadores de
más concentración de riqueza, de más desigualdad, de más pobreza, de
más exclusión, de menos reparto de los derechos básicos y de
empeoramientos de las mínimas condiciones sociales para una vida digna.
Si, si es cierto que el precio del petróleo está altísimo en los
últimos años (con la salvedad del año 2008), es absolutamente
deshonesto usar este hecho para eclipsar la gestión política y económica
de Chávez a partir de estos precios y estos recursos. A Chávez no sólo
le dieron un golpe de estado, también sufrió un golpe petrolero que
redujo mucho la capacidad productiva de PDVSA (empresa estatal de
petróleo en Venezuela). Desde ese momento, Chávez entendió que los
recursos naturales de la patria son para los venezolanos, y los
beneficios que se obtengan a partir de ellos son para el pueblo. Por
todo ello, la política de Chávez dedicó los máximos esfuerzos a mejorar
PDVSA, y a hacerla cada vez más eficaz, logrando que a fecha de
diciembre de 2011, Venezuela sea el poseedor de las mayores reservas
probadas de crudo pesado del mundo, con 297.570 millones de barriles.
La economía dominante se empeña en explicar todo por el petróleo,
como si fuera una cuestión estrictamente meteorológica (tal como hacen
para explicar la crisis), sin embargo, esto no es así. Para que esto
ocurra, esto es, que el petróleo sea para el pueblo, Chávez promulgó una
nueva Ley de Hidrocarburos (en vigor desde enero de 2002) que permite
que toda la producción de petróleo y las actividades de distribución
debían ser del dominio del Estado venezolano. ¿Cómo un experto se puede
olvidar de este dato tan capital? Quizás estos expertos no son capaces
de explicar nada que no pueda ser introducido como variables
explicativas en ningún modelo econométrico.
Chávez entendió que la democracia no sólo podría ser circunscrita al
plano procedimental, es decir, ganar elecciones (cosa que Chávez hizo
permanentemente y además todas ellas avaladas internacionalmente). La
democracia integral, la real, debe ser aplicada a muchos planos de la
vida. Por esto, Hugo se empeñó en que la riqueza, los derechos
sociales, los servicios básicos, el acceso al consumo, la educación, la
salud, la participación política se democratizaran. Puesto que muchos
expertos en economía creen que ésta es sólo una ciencia de ingeniería
social, en la cual no cabe análisis sin números, ahí va un saco de
cifras a partir de sus fuentes preferidas: a) la pobreza se redujo del
50% al 27,8% (según CEPAL), b) la desigualdad pasó de 0,46 a 0,29
(CEPAL), c) en lo alimentario (algo poco estudiado por la economía
hegemónica), Venezuela es el país de América Latina y del Caribe más
avanzado en la erradicación del hambre; la tasa de desnutrición se
redujo desde un 21% en 1998 a menos del 3% en 2012; se ha pasado de
producir el 51% de los alimentos que se consumían en 1999 a producir el
71% en 2012 (todos datos de la FAO), d) Venezuela es el primer país del
mundo al que se le concede una calificación de 96 puntos (en una escala
de 100) en honor a las metas alcanzadas en materia de inclusión para
alfabetización, educación inicial, primaria, secundaria y universitaria
(UNESCO en 2010), e) el PIB de Venezuela se triplicó con Chávez como
presidente (banco Mundial), f) la tasa de desempleo pasó de un 15,2% en
1998 a un 6,4% en 2012, con la creación de más de 4 millones de empleos,
y por último, g) entre el 2000 y el 2012, la mejora del IDH es cuatro
veces mayor que los avances experimentados durante las dos décadas
anteriores (PNUD).
Y dado que los expertos en economía entienden a partir
de las macromagnitudes sin importarle lo más mínimo la cuestión social,
en esto, también el chavismo ha conseguido grandes avances. El otro tema
recurrente es la inflación. Sin embargo, nada dicen de que en las
décadas perdidas, antes de la llegada de Chávez, la inflación promedio
anual era del 34%; con Chávez, en la década ganada, la inflación anual
es del 22%. Pero además, hay que considerar que el poder adquisitivo
real del salario mínimo ha mejorado en un 21,5% desde 1998, esto es, el
salario aumentó mucho más de lo que hizo el nivel de precios. En la otra
variable preferida por estos expertos, también se presentan resultados
satisfactorios incluso confirmados por el FMI: la relación entre el PIB y
la deuda pública del gobierno central bajó del 60% en 1998, cuando
llegó Chávez, al 25,1% en 2012.
Una pena que no tengan una arista por donde realizar una crítica
sólida. La cuestión internacional también les falla porque estamos en
momentos de transición geoeconómica mundial, y Venezuela tiene una
posición privilegiada (en la región y en el mundo) y una relación
engrasadísima con esas economías ya emergidas, los BRICS. Desde el año
pasado, Venezuela es miembro pleno de Mercosur, quinta economía del
mundo. Chávez también se emancipó del yugo del CIADI, juez y parte que
arbitra las inversiones extranjeras desde la OMC.
Aunque no resulte política ni económicamente correcto decirlo en
Europa, es importante afirmar que Venezuela está en una posición
infinitamente mejor para abordar soberanamente y sin perjuicio para su
pueblo, los próximos movimientos de las piezas de ajedrez en el tablero
económico mundial en estos próximos años.
Más o menos esto es lo que ha hecho Chávez. Mañana explicaré sus desaciertos. No sé si estos
logros son más o menos que los obtenidos en otros países de la región
(cuestión para otro artículo), pero nadie podría refutar estas cifras,
incluso ni con un titulo tan ofensivo como llamar perrito a un
presidente querido por su pueblo, y recientemente fallecido. Su mausoleo será el monumento más visitado de latinoamérica.
Como erradicas el hambre si no se consiguen los alimentos en este país, estoy convencido que el ente que les da las cifras en este caso FUNDACREDESA en Venezuela, ha perdido prestigio en Venezuela, ya que, es manejado por el gobierno y tu sabes muy bien lo que el poder puede hacer en un politico.
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