Máximo Kirchner cenó, el
miércoles, con Sergio Ziliotto, el gobernador electo de La Pampa. Cosechó lo
que buscaba: que los diputados del Partido Justicialista pampeano firmen su
ingreso al Frente de Todos, bloque único del panperonismo que, si no ocurre un
imprevisto, presidirá el hijo de CFK.
Hubo, por otra vía, una
charla telefónica entre Cristina Kirchner y Carlos Verna, vicepresidente
electa y gobernador saliente, jefe peronista de La Pampa, y uno de los caciques
que primero cruzó a Mauricio Macri y animó, luego, la unidad de los peronismos.
Antiguos duelistas, Cristina
y Verna lograron una extraña empatía, un rulo inesperado de la historia. Sus
herederos, lucen como continuadores de una saga cruzada por chispazos.
El mano a mano
Máximo-Ziliotto replica otras charlas que encaró el diputado y jefe de La
Cámpora. En esa ronda hubo una conversación con Juan Manzur, el gobernador de
Tucumán, con quien no se conocía. El tucumano jugó fuerte con Alberto Fernández
y se perfila como uno de los gobernadores más inquietos.
Agendó, además, un encuentro
con Gildo Insfrán, el histórico jefe formoseño, una pieza poco visible pero
imprescindible en el engranaje del PJ, y que se activó para allanar el
desembarco de Máximo como jefe del bloque.
Otro futuro gobernador, el
riojano Ricardo Quintela elogió en público la jefatura del diputado como
hicieron intendentes bonaerense como Martín Insaurralde y Jorge Ferraresi. Este
viernes, el diputado jujeño José Luis Martiarena avisó que se sumará al bloque
del Frente de Todos (FdT), que presidirá Máximo.
El acuerdo político está
soldado pero el ritual de designación formal será el 4 de diciembre. Hasta
entonces, el diputado y Sergio Massa, futuro presidente de la Cámara que
auspició la entronización de Máximo, tejerán para ensanchar todo lo posible la
bancada única.
Dan por hecho que, como
ocurrió en los últimos años, los santiagueños que reportan a Gerardo Zamora y
los misioneros del sistema que comanda Carlos Rovira tendrán bloques flotantes,
y que Juan Schiaretti sostendrá la banda de los “diputados de Juan”, pero
apuestan a consolidar lo demás.
El expediente cordobés es
una incógnita: el 61% que sacó Mauricio Macri el 27 de octubre sostiene la
categoría de Córdoba como provincia hostil y somete al dispositivo
"FF" a ensayar mecanismos de acercamiento y seducción distintos a los
de la campaña.
Más allá de esos grises,
calculan que Máximo presidirá un bloque de 119 legisladores, la bancada más numerosa
pero insuficiente para garantizar quórum. El FdT pondrá a prueba, además, la
cohabitación entre clanes peronistas diversos, unidos por el regreso, y Macri.
Máximo coronará, en ese
acto, una transmigración política. Así como en 2015 empezó la mudanza de Santa
Cruz a la provincia de Buenos Aires, el 10 de diciembre pretende iniciar otra
mutación: de dirigente bonaerense y jefe de La Cámpora a figura nacional y
frentetodista.
El ensayo bonaerense
resultó: se vinculó con intendentes y legisladores y "rompió
prejuicios", operativo que emprendió ahora en clave nacional.
Lejos de Santa Cruz,
instalado en un departamento en Monserrat, a 10 cuadras del Congreso, Máximo
decidió aventurarse a un movimiento de alto riesgo: presidir el bloque supone
alta exposición, archivar la comodidad del secretismo y constituirse en vocero
de las medidas del gobierno.
"Es un hombre de la
política, es pragmático: debe ser el único caso en la historia con padre y
madre presidente. Conoce el poder desde adentro y participó en la toma de
decisión", explica un dirigente de su entorno más cercano.
El factor pragmático no
central: del discurso de trinchera de los últimos cuatro años, hiper crítico
del FMI y el sistema financiero, puede encontrarse en meses con la tarea de
tener que defender, en el Congreso, un proyecto de acuerdo con el Fondo o los
mismos acreedores que ahora cuestiona.
"Sabe cuándo ser
oficialismo y cuando ser opositor", dicen a su lado, y se enfocan en la
cuestión de La Cámpora, un espacio cuya existencia suponen permanente, aunque
Máximo encaró -con dirigentes como Eduardo "Wado" De Pedro, Anabel
Fernández Sagasti, Andrés "Cuervo" Larroque y, entre otros, Mayra
Mendoza- un proceso de apertura, aun preservando su identidad de origen.
Un elemento adicional. Axel
Kicillof como gobernador bonaerense adquiere visibilidad en la marquesina del
cristinismo puro y duro, y Máximo corría riesgos de perder protagonismo en la
nueva etapa si seguía replegado.
Invocan -como referencia- a
Néstor Kirchner que solía decir que aun siendo presidente, frente a dirigentes
que lo conocían de joven, solía retomar su identidad histórica como militante
de la JP.
mejor me guardo lo que opino
ResponderEliminaraprobacion de quien o de quienes, no les gusto
ResponderEliminarde terror una banda de ladrones y ese drogon impresentable
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