En cualquier país civilizado
o conjunto de personas que viven en determinado lugar del mismo, llámese
población, los presupuestos generales (PGE) se han de ajustar a las necesidades
reales de sus habitantes, nunca a la conspiración de quienes más odian el
propio país. En España, si de entrada, una parte de quienes habitan y forman
población queman la bandera, pitan al himno, dicen que el río Ebro nace en otro
país y se autoproclaman anticonstitucionalistas.
La verdad, en este caso
procede la inhabilitación de esos muermos
que es una infección típica de cerdos, caballos, burros y mulas, aunque
también afecta ovejas, cabras, perros y gatos con los que quero pocos tratos.
También se contagia a los humanos y debe ser considerada una zoonosis. O sea, de ninguna de las maneras me interesa
que el devenir de mis impuestos sea tratado con portadores o infectados por el
muerto.
A, por ejemplo, el gurú
Puigdemont, le importa un bledo que se aprueben o no los presupuestos. En el
mejor de los casos, si así se hace, que amuermen a los que él denomina
españoles. Negociar con Urkullu es negociar con ETA y hasta la fecha son una
banda de terroristas asesinos a sueldo “o pagas o mato”. El Lehendakari solo
quiere dinero, dinero y más dinero.
No quiero pensar que el
Presidente del Gobierno de España, Pablo Iglesias, esté negociando una “una
suelta con fuga” de los que en su día van a ser juzgados con toda la dureza que
consta a interpretación de los códigos legislados por “LA LEY”
“Perro Sánchez”, Borrell,
Montero, Margarita, Calviño…. Están haciendo la vista gorda, pero eso se
denomina conspiración necesaria para destruir España. Ayer “saltaron” en comandita a desmentir lo
que el país lleva varios días escuchando: que Pablo Iglesias, el líder de Unidos
Podemos ha estado en cárcel de Lledoners para convencer a jefe de ERC, Junqueras de que apruebe los presupuestos
Generales del Estado (PGE) y que, además, acude en calidad de enviado de Perro Sánchez. Para que instituciones penitenciarias
apruebe el vis a vis especial tiene que llevar el membrete con firma no delgada
del Ministro correspondiente, o sea, Grande Marlaska.
Pero la realidad es que nada
de eso es lo que ha movido a Sánchez y a sus próximos a intentar recolocar las
cosas en su sitio sino el profundo malestar que esta situación estaba creando
en el seno del propio Partido Socialista, cuyos dirigentes regionales y cuyos
militantes no son capaces y no están dispuestos tampoco a digerir que el líder
de Podemos acuda a negociar el apoyo a los Presupuestos con un dirigente
político que está en prisión preventiva por haber cometido -siempre
presuntamente- uno de los delitos más graves tipificados en nuestro Código
Penal. No podían los dirigentes andaluces, con unas elecciones en puertas,
contar con un argumento más dañino para ellos y más goloso para sus
contrincantes electorales.
Es una escena que resulta
muy difícil de soportar y que el silencio continuado de Perro Sánchez y
de todo su equipo, sumado a las fanfarronadas continuas del intermediario, ya
han convertido en imborrable
Pero es que desde el
principio de este episodio hubo un detalle mortal de necesidad que fue el
famoso papel que enviaron desde Presidencia a los periodistas, que contenía el
logo del conglomerado de Podemos junto al sello oficial del Gobierno. Tampoco
hubo reacción oficial ante semejante ascensión institucional practicada por el partido
morado sobre los lomos del Gobierno de España de tal manera que quedó fijada
ante la retina de la opinión pública que el Gobierno y el partido de Pablo
Iglesias eran los coautores en pie de igualdad de aquel texto sobre el que
habrían de elaborarse los Presupuestos Generales. No tuvo nada de raro, en
consecuencia, que Iglesias hablará de “cogobernar”. Lo verdaderamente chocante
es que desde el Ejecutivo no se pusieran inmediatamente las cosas en su sitio
y, por el contrario, admitieran colocar al Gobierno de todos a la misma altura
que un partido político por el mero hecho de haber llegado a un acuerdo
concreto con él.
Lo más irritante es que el
líder de una secta que no está en el Gobierno -o que no está de una manera
visible- va esta tarde a convencer a un político que está en la cárcel por
presuntos delitos gravísimos de que salve los Presupuestos de un presidente que
necesita de su aprobación para seguir siendo el Jefe de España. A cambio, Oriol
Junqueras recibirá cierta clase de garantías, o al menos de esperanzas, sobre
su futuro procesal en el caso muy probable de que sea condenado a prisión por
el Tribunal Supremo.
Pablo Iglesias, le dice al perro, si continuas e el poder es necesario convocar elecciones -que no interesan a Podemos o tragar por donde quieran los independentistas y terroristas. Ya se encargará el dueño de los podemitas de dar nombre y forman a esos acuerdos con la finalidad de liberar a los "presos políticos" antes de ser juzgado. aunque Iglesias se cuidará muy mucho de darles ese nombre,
que es el suyo- y los resultados electorales acaban dando la victoria a uno de
los partidos de centro derecha cuyas posiciones ante el secesionismo Junqueras
conoce bien. Y, de paso, Junqueras va a tener la oportunidad de blanquear su
apariencia como la de un político ortodoxo, fiable e imprescindible para
conseguir la mejora del Estado del Bienestar. El socialismo comunista jamás
podría esperar un país tan dividido para ejecutar con todo el brío de sus
fuerzas el odio que tienen a y por España.
Etiquetas:
MUERMO, RETO, SEPARATISTAS, PUIGDEMONT, WATERLOO, JUNQUERAS, PABLO IGLESIAS,
EL COLETAS, PERRO SÁNCHEZ, PGE,
Comentarios
Publicar un comentario