El Banco de España estima que
las reformas de las pensiones ya puestas en marcha en los últimos años conducen
a una reducción drástica de estas prestaciones a medio plazo. En concreto, los
datos apuntan a que la pensión media, que con datos del 2013 se sitúa en el 60%
del salario medio, caerá hasta el 40% del sueldo medio en el 2060 y eso solo si
el entorno económico es "muy favorable", porque en caso contrario,
podría ser peor. Algunos estudios citados por el Banco de España estiman que la
pensión media en el 2050 será el 30% inferior que la prestación previa a la
reforma del 2013.
Tomando en cuenta este
aviso, el Banco de España aconseja a los políticos decidir ahora qué nivel de
ingresos medios se pretende para los futuros jubilados y, a partir de ahí,
determinar la fuente necesaria de ingresos. Pero, por encima de todo, el Banco
de España recomienda "transparencia" en este debate, según se
desprende del 'Informe Anual' de la institución publicado este martes, en el
que analiza los principales retos y las perspectivas de la economía española.
Según el citado informe, las
reformas introducidas en años recientes permiten contener la evolución del
gasto en pensiones "aunque a cambio de una disminución del importe de la
pensión media con respecto al del salario medio". En su opinión "las
tareas pendientes para el futuro en este ámbito consisten, por tanto, en
determinar la relación deseada entre salarios y pensiones, y las vías para
garantizar la suficiencia de ingresos del sistema", se afirma. Entre las
opciones de debate, también se propone seguir actuando sobre el retraso en la
edad de jubilación o el impulso de planes privados de pensiones.
Este es uno de los mensajes
cruciales que traslada el organismo que preside Luis María Linde en su informe,
en el que se señala el desempleo estructural, el envejecimiento y la
productividad como las tres prioridades que debe atender la política económica
española para garantizar el crecimiento de la actividad y el bienestar a medio
plazo.
El organismo certifica que
"la economía española mantuvo un elevado ritmo de crecimiento en el 2016,
superando las expectativas vigentes antes de que se iniciara el año" y
avanza que "se espera que la recuperación continúe en el 2017", si
bien advierte de la existencia de "riesgos significativos".
El benéfico impulso de los
'vientos de cola'
En los tres últimos años, el
crecimiento de la economía española se ha beneficiado mucho más que el del
conjunto de la zona euro de los llamados 'vientos de cola', debido a la mayor
sensibilidad del ciclo económico español a factores tales como los tipos de
interés, el petróleo o la exportación.
Según los cálculos del Banco
de España, estos factores han añadido 2,2 puntos al crecimiento de la economía
acumulado en el trienio entre el 2014 y el 2016 mientras que el conjunto de la
zona euro solo habría sumado 0,6 puntos.
La mayor aportación a la
economía española ha llegado de la política de bajos tipos de interés (1,7
puntos adicionales de crecimiento en el conjunto de los tres años), seguida del
descenso de los precios del petróleo (+1,1%) y de la política fiscal (+0,8%).
Por el contrario, la debilidad de los mercados mundiales en los tres últimos
años ha restado 1,5 puntos al crecimiento de la economía española en el
trienio.
El avance del proteccionismo
en el comercio mundial, la previsible subida de los tipos de interés, la baja
rentabilidad de las entidades financieras y el encarecimiento del petróleo, son
los cuatro factores de riesgo que el Banco de España percibe para la economía
española por su elevada apertura al exterior, su alto nivel de endeudamiento
público y privado, la aún elevada tasa de morosidad de la banca y su gran
dependencia energética exterior.
El organismo supervisor de
las entidades financieras avisa de que a
pesar de las mejoras logradas en la
morosidad y en los niveles de capital, la banca española se mantiene vulnerable
ante la posibilidad de vaivenes de la economía (proteccionismo, pérdida de
valor de determinados activos o encarecimiento de la prima de riesgo) que
podrían acabar provocando nuevas restricciones del crédito. Esta situación,
según el supervisor, exige aumentos adicionales de eficiencia en las entidades
y sugiere considerar las vías de "una cierta consolidación adicional
dentro del sector" (fusiones) y de
buscar "fuentes alternativas de recursos" (por ejemplo, un mayor
cobro de comisiones)
En su informe anual el Banco
de España también analiza el impacto que tendría una posible subida de tipos de
interés de un punto porcentual sobre una economía altamente endeudada como la
española.
Según su análisis, este
encarecimiento "no se trasladaría por igual a todos los agentes de la
economía". El impacto "podría ser rápido, pero relativamente
modesto", en el caso de los hogares y las empresas, si, como sucedió en
los últimos meses del año pasado, dicha subida se concentra sobre todo en los
tipos a largo plazo. Por el contrario, en el caso de la deuda pública de las
administraciones, el efecto podría ser "más intenso" en términos de
mayor coste, pero también "más lento".
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