Había pasado un mes desde las elecciones autonómicas y municipales y se habían producido todo tipo de acuerdos entre las fuerzas políticas cuando se realizaron las entrevistas del barómetro de julio del CIS. Ciudadanos dio gobierno al PP y al PSOE, mientras que los socialistas, Podemos y otros se aseguraron numerosos municipios y comunidades autónomas desplazando al PP. La encuesta recoge, como única novedad, cierta sensación de inseguridad sobre las políticas que podían desplegar las nuevas mayorías, como factor removilizador de un número significativo de electores del PP de la mitad más antigua del censo electoral. Con ello, el partido de Rajoy, Esperanza Aguirre y García Albiol consigue en este estudio sus mejores valores del año: 7,5 millones de votos y 142 escaños.
Según el CIS, el PP
lidera la intención de voto con el 28,2 %, seguido por el PSOE con el 24,9 %,
una diferencia de 3,3 puntos de votos válidos que es el doble según nuestras
estimaciones (PP 29,5 % y PSOE 22,4 %). Y, en cualquier caso, todas las encuestas
que se publican, excepto las de Metroscopia, coinciden en que el Partido
Popular ganará las elecciones generales en España. La ventaja del PP sobre el
PSOE se fundamenta en el voto de los pensionistas y otros electores próximos a
la jubilación, peor formados y menos urbanos, ahora ampliada a todos los que
son sensibles al mito de la capacidad insustituible del PP para gestionar la
economía española.
El PSOE defiende 5,7
millones de votos, en el entorno de los 95 escaños, una desventaja de más de un
millón y medio de electores frente al PP, precisamente cuando los socialistas
podían esperar cierto repunte en sus posiciones, de acuerdo con el poder
territorial recuperado. Ni rastro, porque sus pactos contra el PP no salvan los
peores resultados del PSOE en unas municipales desde el año 1979. Tienen
problemas, y graves, porque resulta cínico que Pedro Sánchez distinga el
resultado electoral de Antonio Carmona y a continuación le ofrezca el Senado
mientras plantea la reforma de la Cámara para que esto no suceda. Y como no
aceptó, Ferraz lo puso en la calle. Problemas graves, porque la mitad de
quienes votan al PSOE en Madrid ahora están más cerca de Izquierda Unida que de
cualquier otro lugar.
Buenas noticias para el
joven Garzón si entiende que Leticia es reina antes que Leticia y aprende a ser
el más viejo de los leones. Y malas para Pedro Sánchez, criticado y
caricaturizado por sus compañeros y amigos, porque no entienden la decisión ni
comparten las formas con que las que actúa Ferraz. Esto, antes de que el PSC se
estrelle en Cataluña, porque después vendrá lo peor.
El CIS también nos dice
que Podemos alcanzar los cuatro millones de votos en las elecciones generales
mientras que Ciudadanos superaría los tres, lo que significa que Podemos y Ciudadanos obtengan el mismo número de escaños ya que el voto de los morados está muy centralizado en grandes poblaciones, por ejemplo, en Madrid son necesarios 80.000 votos para sacar diputado, o sea, se podrían perder restos de 75.000 votos y el 50% de los votos totales de España. Ese solo ese, es el motivo por el que ha dimitido, Pablo Iglesias. De modo que el PSOE no va a ganar, pero tampoco alcanzará los 176 escaños con Podemos
e Izquierda Unida. Rajoy, otros cuatro años.
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