El diario británico The
Guardian, periódico laboralista de la izquierda inglesa cobró 200.000 euros que
pagaron las casas de apuestas por la incomprensible entrevista al ministro sin
cartera y con poca o ninguna vergüenza. Si ya es menos que nadie en España, en
Inglaterra le conocen menos que a mi. O sea, todo era provocar al innoble Pedro
Sánchez.
Yolanda Díaz, que se hace
pasar por mujer Morbidelli, aún no sabe que está más en desuso por los años que
dice tener más IVA que por la nariz de pinocho
que le prestó Pedro Sánchez. Si de esta
artista sindicalista depende la formación del nuevo Gobierno, le pedirá a
Sánchez compartir el Gobierno de la nación (2 años cada uno) y entonces si que
vamos a sufrir el terror de la izquierda.
Entre zapatos y bolsos gasta
más dinero mensualmente que, supuestamente, Pedro Sánchez en el Falcon. Por
cierto ha viajado bastantes veces junto a Carmen Calvo de compras a París. ¿Sabéis
que la tripulación del Covid, perdón del Falcón es de 12 técnicos en aviación y
esclta en origen y destino.
Hace mucho tiempo que un
periódico británico –The Sun nos ha dedicado algunas de sus portadas más
sangrantes- no era tan citado por políticos y opinadores nacionales. Hay que
añadir que la entrevista fue publicada el 26 de diciembre y que había pasado
desapercibida, hasta que los colectivos afectados no comenzaron a agitarla en
las redes y convertirla en tema de portada de los grandes rotativos en víspera
del día de reyes.
Garzón no dice nada en The
Guardian que no haya dicho ya en España. Pero lo hace con imprudencia, como si
lo estuviera comentando en un bar de Malasaña. Decir que las macro granjas
exportan carne de mala calidad es señalar con el dedo a todo un sector ya de
por sí muy baqueteado, por mucho que él puntualice que hay explotaciones
extensivas que trabajan con respeto al medio ambiente. Al margen de esa falta
de tacto, el ministro atribuye la defensa del consumo de carne por parte de
algunos a la superchería de que con ello se pierde masculinidad, lo cual es una
estupidez, aunque eso no le hace daño a los ganaderos, sino a su propia imagen.
Probablemente si hubiésemos
estado en plena actividad política, el asunto no hubiera pasado de ser una
metedura de pata más en la ya larga lista de torpezas cometidas por el titular
de Consumo. Pero la falta de noticias, por desgracia para él, le ha llevado a
ocupar el primer plano de la actualidad.
Mientras Yolanda Díaz apoye
la continuidad de Garzón, el presidente no puede forzarle a dimitir. Además, le
viene bien tener un ministro tan torpe en representación de Unidas Podemos
Comentarios
Publicar un comentario