El FC Barcelona ha tenido a
dos de los tres grandes futbolistas argentinos de toda la historia: Diego
Armando Maradona y Leo Messi. Etiquetados ambos como los mejores jugadores del
mundo mientras vestían de azulgrana, el Pelusa tuvo un paso efímero por el Camp
Nou mientras que la Pulga jugó 17 años a gran nivel con el Barça. Messi ganó 35
títulos. Los más celebrados fueron las cuatro Champions, las 10 Ligas y los
tres Mundiales de club. Maradona, en cambio, solo alzó una Copa del Rey y una
Copa de la Liga. Eran otros tiempos, mucho menos gloriosos.
Messi ha sido, posiblemente,
el mejor jugador del Barça, club con el que ha disputado 778 partidos y ha
marcado 672 goles. Es el futbolista de los grandes récords en el Camp Nou,
mientras que Maradona solo dejó destellos de su gran calidad, como el gol en el
campo del Estrella Roja y, sobre todo, el que le endosó al Real Madrid en la
final de la Copa de la Liga. El del recorte a Sandokán Juan José.
Messi siempre tuvo claro que debía ser el jugador mejor pagado del Barça y, año tras año, el club aceptó sus demandas. Pasó con Laporta, con Rosell y con Bartomeu. Paralelamente, el crack argentino también recomendó a las directivas que renovaran a sus compañeros.
Las renovaciones
Los cuatro capitanes del Barça, Sergio Busquets, Gerard Piqué, Jordi Alba y Sergi Roberto, pudieron renovar sus contratos al alza. Messi siempre presionó para que el club aceptara sus peticiones. También se beneficiaron de su elevado contrato Neymar y Luis Suárez. Con Messi, la masa salarial se disparó hasta cerca de 600 millones de euros anuales.
En los últimos meses, sin embargo, las relaciones entre Messi y Piqué se han deteriorado. El delantero está dolido porque su antiguo recomendó a Laporta que no renovara su contrato. Desde el entorno del argentino le recuerdan al defensa que él y otros futbolistas ganaron mucho más dinero por ser compañeros de Messi en el Barça.
Núñez, intansigente
Maradona, en cambio, no tuvo tanto poder. Solo estuvo dos años en el Barça y chocó con Josep Lluís Núñez, un presidente intransigente con las mejoras salariales de sus jugadores. Cuando el empresario constructor no tuvo claro que Maradona era un futbolista rentable, alimentó su traspaso al Nápoles. Cuatro años después, el Barça entró en una crisis histórica: la del Motín del Hesperia, con la plantilla pidiendo la dimisión del entonces presidente por motivos fiscales.
En el Barcelona de los años 80, las tensiones entre Núñez y los futbolistas eran habituales. El caso más elocuente fue el de Bernd Schuster, que estuvo un año apartado del equipo tras la derrota en la final de la Copa de Europa de 1986 contra el Steaua de Bucarest. Entonces, Maradona jugaba en el Nápoles. En el Barça, el Diego se las tuvo con el presidente por las primas y otras demandas. "Maradona fue un compañero magnífico. Era un crack, un jugador de otro nivel, pero era el más solidario de todos", sentencia Julio Alberto.
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