.El Gobierno Frankenstein SUBVENCIONA a terroristas y saqueadores para destruir España.

 

¿Quien paga estos daños, en los presupuestos no figura? Ni un solo saquedor ha pagado la multa o está en prisión, 68% extranjeros. 

Para lo primero que les adiestran es para gritar e insultar, o sea, dar forma de manifestación. Los saquadores forman parte del tumulto...al final....insultos y alboroto. 

Decía Sartre:"Una manifestació si hacer daño a personas o cosas era como una procesión de Semana Santa" Este gran filósofo francés mandaba un doble a las manifestaciones que, por cierto, murió en una de ellas y su casa era como un bunquer del siglo XXI. Quiero decir que ni Marx ni Lenin se fiaban de sus propias revoluciones. 

Podría citar cien insultos contra España y los españoles proferidos por dirigentes secesionistas catalanes. El buen pueblo de Cataluña, que forma parte de la nación española, se avergüenza de tanta procacidad. Fue Joaquín Torra el que, siendo presidente de la Generalidad, escribió que “los españoles son bestias carroñeras, víboras, hienas con una grave tara en el ADN”.

 

La caravana de los despropósitos continúa su marcha para culminar las agresiones, en este caso a cargo de la diputada de Esquerra Republicana de Cataluña, Montserrat Bassa que ha calificado a los españoles de “salvajes por las torturas cometidas durante el franquismo y por la actuación para impedir el referéndum del 1-O”.

 

“Les tenemos asco y aversión -ha concluido la diputada- les deseamos que se vayan. Fuera las fuerzas de ocupación”. Y ha clamado porque la Policía Nacional abandone Cataluña y que la Generalidad ocupe el edificio sede de la Jefatura provincial en Vía Layetana de Barcelona. Saben los separatistas que Pedro Sánchez está estudiando ceder ese edificio en la negociación para que ERC apruebe los Presupuestos Generales del Estado y garantice su continuidad en el poder. Esto es vender España. 

 

A muchos les parece un despropósito, no que Montserrat Bassa expele su bilis contra los españoles, sino en la falta de reacción de Pedro Sánchez y sus colaboradores. Los insultos no son de recibo. Y calificar a los españoles de salvajes y torturadores supone una injuria inaceptable para la dignidad de las Fuerzas de Seguridad nacionales. Está claro que no debe, que no puede proseguir la política de las concesiones y las sumisiones para que Pedro Sánchez continúe en el poder. Habrá que reaccionar antes de que se consume la fractura de España que está próxima a producirse, ante la indiferencia de un Gobierno sin rumbo.