Rocío Monasterio del Grupo Vox en la AM, investigada por falsedad pública, intrusismo y estafa. Supera a JL Moreno.
El Tribunal Superior de
Justicia de Madrid (TSJM) ha desestimado la querella de la Fiscalía contra la
diputada autonómica y portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid Rocío Monasterio
por falsedad documental. Según la denuncia del ministerio público, Monasterio
delinquió al presentar visados falsos para la construcción de un piso en
Lavapiés. En su argumentación, los jueces señalan que para que exista este
delito “es requisito nuclear que la alteración de la verdad tenga un mínimo
considerable de apariencia, una entidad suficiente que sea capaz de inducir a
error”. La falsificación de documentos de Monasterio fue “tan burda y
perceptible”, prosiguen, que no es posible que hubiese confusión con su
autenticidad. En otras palabras, hubo tan poco esmero en la elaboración del
fraude, que no podría inducir a error a los técnicos que debían validar el
proyecto.
La Fiscalía acusa a Rocío
Monasterio de falsedad documental en la obra de uno de sus ‘lofts’
Monasterio contrató en su
estudio a una antigua compañera de universidad, adscrita al Colegio de
Aparejadores. Hizo su trabajo y registró el proyecto en su colegio profesional
en 2005. Luego dejó de colaborar con Monasterio. Sin embargo, la actual líder
de Vox siguió utilizando una copia de ese sello en otros documentos en los años
siguientes, sin que ella lo supiera. Monasterio no obtuvo su título de
arquitecta hasta 2009. La profesional fue consciente del engaño cuando EL PAÍS
destapó el caso. La falsedad fue llevada a los tribunales por Más Madrid y
posteriormente lo hicieron el Colegio de Aparejadores y dicha profesional.
La Fiscalía sostenía en su
querella que Monasterio incluyó “una fotocopia en blanco y negro del sello
visado del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Madrid de un
primer proyecto en ese mismo inmueble del año 2005”, en vez de los preceptivos
sellos visados que requiere cada nuevo proyecto, y que lo hizo hasta en dos
ocasiones en los planos que presentó ante el Ayuntamiento de Madrid para la
obtención de una licencia de obras en un inmueble.
Los jueces apoyan el relato
del ministerio fiscal, pero no los “juicios de valor” que llevaron a la
Fiscalía a apreciar delito. En la justificación de la decisión, el tribunal
sostiene que en el primer expediente que aparece el sello, el visado del
Colegio de Arquitectos de Madrid “consiste en un anagrama en color que resalta
de una manera evidente”, incluso al tacto. En el segundo proyecto presentado
por Monasterio, ese visado aparece como una fotocopia en blanco y negro. “La
diferencia con el anterior casi podríamos decir que es grosera”, apostilla el
texto. La líder de Vox en Madrid ha tuiteado que espera que “todos los medios
de comunicación progres le den la misma publicidad que le dieron a la
querella”.
El uso que hizo Monasterio
del visado es tan “burdo y grosero”, según el escrito, que no puede “pasar
inadvertido”, lo que priva al fraude de tener un efecto jurídico. Los jueces
definen los proyectos presentados por la líder de Vox en la Comunidad de Madrid
como una “operación extraña” y “difícil de entender”, por lo que no cumplen las
exigencias para ser contemplados como una falsedad documental. “No resulta
concebible que la inserción fotocopiada y de escasa calidad del visado de 2005
en los planos que se aportan en 2016 pudiese generar apariencia alguna de
autenticidad”, puntualiza el auto. Cabe recurso de súplica ante esta
resolución.
La dirigente de ultraderecha
utilizó varias veces este visado falso entre 2005 y 2016 para la reforma de un
local que quería convertir en un piso diáfano, cosa que nunca consiguió. El
inmueble era propiedad del actor y presentador de televisión Arturo Valls, que
acabó denunciándola por incumplimiento de contrato, en otra causa distinta que
llegará a juicio en julio.
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