Ni el más optimista de los socialistas cuestiona que el Gobierno de Pedro Sánchez será catastrófico para España y otro volver a empezar del PSOE.
Hoy, día cero de la tercera okupación
socialista a Moncloa, será recordado como aquel fatídico día en el que un
imberbe, Albert Rivera, al mando de una banda de obtusos mentales lanzó una
orden para defenestrar al líder que le cuadriplicaba en representación
parlamentaria (137-32). Dicho e innoble acto lo aprovecharon varias
congregaciones de sectarios bandoleros, para auparse al poder sin, para nada,
tener en cuenta ideologías, programas de Gobierno e incluso manifiestos muy
recientes contrarios al amotinamiento resultante.
Seguro que Cs no tiene ganas
de ver el próximo sondeo electoral. Los de Génova culpan a Rivera de la salida
de Rajoy de la Moncloa. Consideran que sus ganas de elecciones generales y su
"ambición" de intentar perjudicar a la vez al líder del PP y también
al del PSOE le han llevado a tomar malas decisiones estos últimos 10 días. La
primera que señalan algunos diputados del PP es la rapidez con la que, después
de conocerse la sentencia de la 'Gürtel', proclamó la ruptura de cualquier
pacto con Rajoy y exigía generales cuanto antes. El segundo error de logística
llegó el martes, cuando Pablo Iglesias anunció que, si la moción de Sánchez
fracasaba, él presentaría otra nueva con el único objetivo de convocar
elecciones de manera inmediata. Ciudadanos hizo saber horas después que se
sumaría a esa segunda moción si fuera necesario, porque los españoles
"deben decidir" el futuro de España en las urnas.
Algún día sabremos quién abrió
al PSOE cuando estaba casi moribundo, quién fue el astrónomo que vio la
alineación en el firmamento: Zaplana y la Gürtel, el casoplón de Galapagar, el
apoyo de Aznar o la ridiculez de Marta Sánchez con Ciudadanos. La otra gran
incógnita es qué compromisos ha adquirido Sánchez para llegar a La Moncloa y
cuáles piensa cumplir. ¿Qué le prometió a Marta Pascal, la gran defensora de
que Cataluña vuelva al mundo de la política normal, para que esta lograra
pasarle por encima a Puigdemont y Torra, arrastrara a ERC y, por efecto dominó,
al PNV, obrando lo que hace unos días parecía imposible? Las primeras pistas
las tendremos pronto, cuando se conozcan los ministros.
Está claro que Sánchez
no le hará caso a Pablo Iglesias, porque no lo necesita. Y que el PP desde el
primer día y Podemos cuando se acerquen las municipales le harán una oposición
bestial, lo cual probablemente le vendrá bien, porque le ayudará a moverse al
centro. Pero el asunto clave será su gestión del espinoso tema catalán, en el
que ha quedado demostrado que la receta mariana de no hacer nada no funciona.
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