Dos "neocomunistas" que hubiesen justificado el aborto en su día |
Los
falsos políticos de izquierdas, los neocomunistas, están “lavando” mentes
humanas hasta el punto de “o piensas como yo o de poco o nada vale lo que tu
pienses”. Si al aborto, no a los toros, si a dejar libres a los presos, no
rotundo a la iglesia, el dinero en “sus manos”, no a la propiedad privada, etc.
Justo, justo esto pasó poco antes de la guerra civil española. Deja mis valores
como la vida me los ha configurado o te dejo sin los tuyos con encefalograma
plano, no hay valores.
Así,
el ser humano se ha quedado desnudo de verdades de todo tipo, ignorando su
ignorancia y pavoneándose en sus muchas o pocas riquezas, sin echar de menos la
excelencia, la benevolencia, la solidaridad, la simpatía, el conocimiento de
las cosas y de las causas y todos los elementos de una vida feliz.
En la sociedad actual hay que saber
distinguir entre valores morales y éticos. Los valores morales, las normas morales
proceden, generalmente, de las tradiciones, o son resultado de creencias
políticas o religiosas.
En realidad, todos somos animales
morales, pero dicho estado solo indica que necesitamos ser sociales en un
sentido y otro, ya que las "normas" no vienen con nosotros al mundo.
Aristóteles dijo, para ser justos es necesario practicar la justicia. O lo que
es lo mismo, tiene que "enseñarse" o estimularse la justicia, como
tiene que "enseñarse " y "estimularse" el habla, ya que, de
lo contrario, permaneceríamos mudos; si hablamos castellano o inglés no es por
algún tipo de transmisión genética o cuestión de raza o sangre. Hablamos la
lengua en que hemos sido socializados, generalmente por puro azar.
Una lengua no tiene que ser mejor que
otra y una norma moral en principio no tiene que ser superior a otra siempre
que todas se ajusten a los códigos establecidos.
Sin embargo, no todos los códigos
establecidos son buenos, los hay peores y malos. En atención a lo que es la
condición humana, a sus aspiraciones y deseos ilustrados, desde la óptica de la
imparcialidad.
Los códigos actuales y las normas
morales que de ellos emanan han de ser medidos, justificados y juzgados desde
las normas éticas que emanan de la ética, que es una disciplina del
conocimiento consistente en la reflexión desinteresada y en el desarrollo de la
empatía y la imparcialidad.
Desde la ética examinamos las leyes y
normas morales vigentes y decidimos cuál merece calificarse como norma ética.
Pero saber qué es la ética y las normas éticas es una cuestión muy compleja a
la que no suele dedicarse el tiempo preciso.
Si de algo peca la sociedad actual es de
ingenuidad al creer que la "libertad" "el pluralismo "
y la "tolerancia " son los valores que hemos de respetar por encima
de todo.
Hay muchas clases de
"libertad", de "pluralismo" y de "tolerancia", y
todas no son igualmente buenas desde un punto de vista ético. Hay que matizar
una y otra vez, ver las cosas desde la distancia debida sin dejarse cegar por
las más cercanas, como pedía Hume, para alcanzar ese sentimiento peculiar que
denominamos sentimiento moral.
Hay que aprender a ver a los demás, con
sus necesidades, anhelos y aspiraciones. No bastan en absoluto los resultados
de las votaciones, donde en general el porcentaje más alto de votantes está
movido por el egoísmo, el prejuicio, la opinión pública, etc.
Por supuesto, tampoco vale el rey
filósofo de Platón, sino que hemos de aspirar a una sociedad donde todos sean
reyes filósofos, donde TODOS participen de la sabiduría, el poder, la
benevolencia, la justicia y todas las cosas gratas de la existencia. Han de tomarse
las decisiones sobre la base de la sabiduría de todos, no basándose en la
opinión casi siempre equivocada de una mayoría. Vivimos en una sociedad
contradictoria y confusa donde, "muerto" Dios, parece ser que todo
está permitido. La libertad parece uno de los valores en alza, permitiéndole a
cada uno que haga lo que quiera con su vida siempre que no perjudique a los
demás, cuando la libertad profunda y bien entendida es aquélla en la que
cada uno puede hacer lo que quiera con tal de que con ello beneficie a
los demás.
Dos valores éticos parecen estar
apagados o a punto de extinguirse: El cultivo de la excelencia propia y el amor
benefactor hacia todos los seres vivos. Y estos valores éticos son deberes
superrogatorios (excesivos), rechazados por el liberalismo contemporáneo,
aunque representen, desde otra apariencia, el propio corazón de la ética.
Vivimos una moral individualista que
justifican las mayorías ilustradas o no, generosas o míseras, pacifistas o
terroristas.
Es cierto que se han perdido las
"buenas formas" en una medida importante y que aparece un tanto de
insolencia entre los más jóvenes, muchas veces engreídos, con una arrogante
ignorancia e inexperiencia.
Sería injusto no indicar que esta
característica de autosuficiencia define también a los no tan jóvenes y a los
decididamente maduros.
Lo importante es que, de alguna manera,
se ha superado la ingenuidad del pasado que tomaba las palabras del
anti-ilustrado cura párroco, sus dogmas y sus verdades como la única verdad.
Ahora los que no creen en una fe religiosa vuelven a ser tan ingenuos como para
pensar que todo es relativo y no existe verdad axiológica ni de ningún
otro tipo.
Neocomunismo? Ahí, con términos inventados. A ver, amigo, ¿qué doctorado, licenciado o catedrático de Ciencias Políticas ha definido lo que es el neocomunismo? Ah, sí, NINGUNO.
ResponderEliminarEl comunismo quiere socializar los medios de producción y eliminar la propiedad privada. Quien simplemente quiera gestionar ésta última no es comunista ni neonada, es simplemente un capitalista, un gestor del capital, ya sea conservador, progre o lo que quieras. Pero nunca comunista ni nada parecido.
Escribes de forma tan universal y luego piensas que los ganadores de unas elecciones son detestables
ResponderEliminarCada día te superas, Juan. Me he reído mucho. Gracias!
ResponderEliminarPorque el neoliberalismo es súper humano y ético, claro.
ResponderEliminarQue bueno !!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarTengo mucho interés en conocer primero a un comunista primitivo. Ja.
ResponderEliminarMenuda sarta de mentiras y manipulaciones. Basura
ResponderEliminarCuanto miedo, no entendeis lo que es la solidarida
ResponderEliminarNo lo he leido, pero en lo de Neocomunistas tiene razon, son socialdemocratas JAMAS seran comunistas.
ResponderEliminarAquí vemos la muestra evidente y palpable de en qué clase de repugnancias se pueden llegar a covertir dos mujeres. A parte de terror y asco , ¿a alguien les inspiran otra cosa estas dos?.
ResponderEliminarVaya par pobres catalanes y Madrileños.
ResponderEliminarLo peor de lo peor de España.
ResponderEliminarQue dos zumbadas.
ResponderEliminarNo
ResponderEliminarEs más sencillo
Siempre fue así
A RÍO REVUELTO GANANCIA DE PESCADORES.
Quizas si que haya cierta manipulacion en determinados aspectos , sic : ( En la sociedad actual hay que saber distinguir entre valores morales y éticos. Los valores morales, las normas morales proceden, generalmente, de las tradiciones, o son resultado de creencias políticas o religiosas.---Si de algo peca la sociedad actual es de ingenuidad al creer que la "libertad" "el pluralismo " y la "tolerancia " son los valores que hemos de respetar por encima de todo. ) El ser humano , asi como sus valores han de evolucionar . Si no fuese asi , aun seguiriamos disponiendo del derecho de pernada ( entre otros "derechos" ) Y siendo sinceros , no veo en el programa de estos que llamas neocomunistas ni dejar libres a los presos , ni prohibir la iglesia y mucho menos que no quieran la propiedad privada. Desde ese punto de vista , el escrito ya es manipulador y por ello te refresco la memoria sobre lo que SI son los autenticos valores TODOS y cada uno de ellos ( asi como el orden de prioridad , ese que los neoconservadores si han olvidado . Priorizando el bienestar de una minoria por la miseria de la mayoria ) Valores éticos y morales
ResponderEliminarLa Ética y Moral tratan, entre otros temas, el concepto de los valores. Aunque en muchos casos se habla indistintamente de valores éticos y morales, estos términos no tienen el mismo significado.
Los valores éticos son pautas de comportamiento que regulan la conducta, tienen un carácter universal y se van adquiriendo durante el desarrollo individual de cada persona.
Los valores morales son aquellos valores que son transmitidos por la sociedad, en algunos casos vienen determinados por una doctrina religiosa y pueden cambiar a lo largo del tiempo.
Cuando se habla en este contexto de escala de valores se habla de un sistema de valores jerarquizado en el que se priorizan unos valores por encima de otros cuando existe un conflicto. Los valores que se consideran más importantes habitualmente son más amplios (por ejemplo, el valor del amor contiene el valor de la amistad), son fuente de motivación y condicionan la toma de decisiones y las acciones del ser humano. alo, lo correcto y lo incorrecto, lo justo y lo injusto.
Como tal, los valores morales son introducidos desde la temprana infancia por los padres o las figuras de autoridad, para luego, en la etapa escolar, ser reforzados por los maestros o profesores. Muchos de ellos también vienen determinados por la religión que practicamos y otros tantos están tan arraigados en nuestras sociedades que su violación puede conducir, incluso, a sanciones legales.
Valores morales son, por ejemplo, la honestidad, el respeto, la gratitud, la lealtad, la tolerancia, la solidaridad y la generosidad, entre otros.
Existen, asimismo, ciertas escalas jerárquicas entre los valores morales que, en medio de un conflicto, nos obligan a priorizar unos sobre otros. Por ejemplo, la lealtad es fundamental en una amistad, pero si un amigo ha cometido un delito y la policía nos interroga, lo correcto sería que privilegiáramos el valor de la honestidad por encima de nuestra lealtad.
Del mismo modo, en determinadas situaciones podemos alternar entre uno y otro valor. Por ejemplo, si estamos muy felices festejando una fecha importante, con música a todo volumen, nuestros vecinos, durante un periodo de tiempo, comprenderán que deben poner en práctica la tolerancia, pero si nos excedemos en la duración de la celebración, y a la una de la madrugada aún mantenemos el volumen al máximo, entonces nuestros vecinos tendrán todo el derecho de exigirnos el respeto a su sueño.
Los valores morales son fundamentales para lograr un clima de armonía y de convivencia en las sociedades, en este sentido, pueden ser regulados por la sociedad misma, a través de sanciones sociales, de orden privado, o mediante penas o castigos contemplados en el código jurídico del país.
Y lo de que les financian otros países "comunistas" , en fin...dejad de inventar cosas.
ResponderEliminarTanto rollo con la ética y solo me parece que son éticos lis ideales de izquierdas. Yo soy atea, pero vamos, si Jesús hubiese existido hubiera sido el primer socialista de la historia.
Yo les preguntaría...
ResponderEliminarRecuerdan haberse quedado alguna vez con un lapiz ajeno, un libro, un cd, etc...?
Pues espero q sea el final de apropiarse de algo q no les pertenece
Dos marranas juntas. Dan asco con solo mirarlas
ResponderEliminarY lo de que les financian otros países "comunistas" , en fin...dejad de inventar cosas.
ResponderEliminarTanto rollo con la ética y solo me parece que son éticos lis ideales de izquierdas. Yo soy atea, pero vamos, si Jesús hubiese existido hubiera sido el primer socialista de la historia.
La misma sociedad que acaba de empezar a hablar en las urnas. Dejemos que las personas a quienes ell@s han elegido demuestren que son capaces de ayudarnos a evolucionar , como sociedad y por supuesto en valores.
ResponderEliminarEl marxismo es una ciencia, ciencia que ha sido usada hasta por capitalismo, pero que no sirve de nada si no esta precedida por su unico mandamiento...... La Lucha de Clases.
ResponderEliminarYo no sere quien ponga trabas a lo que el pueblo ha decidido, pero comunistas no son.
ResponderEliminarPerfecto, Juan Pardo
ResponderEliminarPrefiero ser un "neocomunista" a ser un borrego al servicio del fascismo. Fuera los gobiernos ladrones y corruptos marionetas del capital. CNT.
ResponderEliminarMuy elocuente
ResponderEliminarY si fuesen comunistas ¿qué?
ResponderEliminarAún no llegáis a entender que mientras tengamos gobiernos como los actuales y desprecies a los venideros, nosotros aun nos haremos más de izquierdas, un saludo
ResponderEliminarDos delincuentas prestas y dispuestas a ser Alcaldesas de Madrid y Barcelona. Qué ruina para Madrid, Barcelona y España!.
ResponderEliminarQue nos digan donde triunfa el comunismo en este siglo
ResponderEliminarFabuloso, Juan
ResponderEliminarUna importante cantidad de ciudadanos ha perdido la fe en la política y su entorno. No creen en los partidos ni en los dirigentes, tampoco en las instituciones o la república, y hasta se animan a criticar a la “sagrada” democracia, asumiendo el riesgo de ser políticamente incorrectos.
ResponderEliminarAlgunos son solo pesimistas crónicos, pero los más, son sujetos normales, gente equilibrada, que está fastidiada con el presente, enojada con lo que sucede y con la innumerable nómina de crónicas retorcidas, con finales poco felices, que se encargan de avalar esa sensación tan frecuente.
Este no es un fenómeno exclusivo de países con sistemas políticos precarios, irregulares o inmaduros. Sucede en casi todo el mundo, aunque con matices evidentes, bien diferenciados entre los extremos opuestos.
Muchas sociedades han padecido aberraciones inadmisibles. Sus habitantes han escuchado hablar de fraudes, acuerdos oscuros, muertes dudosas y casos judiciales bajo sospecha que jamás llegan a la verdad. En realidad no lo saben con certeza, esas personas solo lo suponen. Pero el problema es que cada una de esas hipótesis que rodean a estas historias, son demasiado verosímiles, pueden ser ciertas, podrían realmente haber ocurrido.
Claro que esa base informativa, ese conocimiento disperso, impreciso, pero al mismo tiempo disponible, suele dar lugar a las mas intrincadas versiones, e inspira a los amantes de las conspiraciones, esos que ven confabulaciones por doquier y entramados que poco tienen que ver con la realidad.
Ese escenario de absoluto desprestigio de la política y de sus débiles instituciones no es para nada deseable, pero es saludable asumir que esta visión forma parte del esquema vigente en muchas comunidades.
Es inevitable, que en ese contexto de desesperanza, sea difícil ver la luz al final del túnel, y que muchos personajes de la política prefieran transitar idéntico camino, ya conocido, bajo los códigos contemporáneos, en vez de animarse a revertir la tendencia como si la misma fuera inmodificable.
Hace falta una generación de dirigentes preparados para torcer el rumbo. No debe ser solo una facción, un partido o algún sector de la política. Pero es imprescindible que sea una abrumadora legión de personas dispuestas a cambiar la perversa inercia que ofrece la corporación política actual.
Para muchos, es solo una expresión de deseos y no más que eso. Sostendrán, no con pocos argumentos, que muchos prometieron ser algo diferente y solo continuaron el camino trazado por sus antecesores.
ResponderEliminarLa cuestión de fondo es que ese grupo de dirigentes necesarios, no solo deben ser políticos profesionales, sino una multitud de pobladores con suficiente vocación para modificar esta mecánica desde diferentes estratos.
No surgirá mágicamente una nueva especie en la política, y menos aún en forma espontanea, sino que aparecerá, solo en la medida que la sociedad pueda ser más exigente y deje de conformarse con los mediocres de siempre. Pero también será posible, en tanto y en cuanto, sean muchos los que abandonen definitivamente la comodidad que propone la apatía, renunciando a sus privilegiados lugares de espectadores de lo que ocurre, para ocupar un espacio protagónico allí donde sea preciso.
La política partidaria, esa que se encarga de ganar representatividad en el poder y que conforma gobiernos, es siempre el último peldaño, la cima de esta larga secuencia, que debe empezar mucho más abajo.
Es en el barrio o en el consorcio, en el club o en cualquiera de las organizaciones de la sociedad civil, en definitiva, en cada uno de los ámbitos de participación cívica donde se debe dar este proceso paulatino y progresivo, pero de un modo decidido, perseverante y comprometido.
No hay razones para resignarse totalmente. Se debe dar la batalla. Lo que no se puede hacer, es solo esperar que esto suceda gracias a un golpe de suerte, por un deseo superior, por justo que sea o necesario que resulte.
El desánimo seguirá ganando la pulseada solo si los ciudadanos lo permiten. No será la alta política la que modifique el curso de los acontecimientos, sino la decisión de una casta de individuos capaces de testimoniar, a diario, con su ejemplo personal e intransferible, que están saturados de esta forma de hacer. Que su cansancio ha llegado al límite y que resulta vital construir un punto de inflexión, indispensable para iniciar una nueva etapa.
Seguramente no será un recorrido lineal, libre de sobresaltos, y hasta se deben contemplar esperables retrocesos. No existe alquimia que muestre atajos para revertir el presente sin esfuerzo. Para eso, cada individuo debe revisar, hoy mismo, su actitud frente a lo que ocurre. Sus quejas, enojos, bronca e impotencia, son solo diminutos síntomas, pero no constituyen una acción concreta y mucho menos conducente. Hay que cooperar con algo más concreto, ser parte activa del cambio, participar de algún ámbito y, sobre todo, estar dispuesto a demostrar en el ejercicio de esa pequeña porción de poder, cuan convencido se está de modificar lo que incomoda.
Si esa dinámica diera sus primeros pasos, si ese esquema fuera capaz de demostrar su viabilidad, es posible entonces, que se empiece a superar esta patética situación que solo muestra la peor cara del escepticismo endémico... Vamos por el Liberalismo en España Juan!!!!