El enfrentamiento entre Ayudo y Almeida, provocado y sin fundamentos, asegura otra legislatura a Pedro Sánchez.
El enfrentamiento entre
Ayudo y Almeida, provocado y sin fundamentos, asegura otra legislatura a Pedro
Sánchez.
Pablo Casado, como el 99% de
los españoles pensó que jugar la baza de Ayuso, una desconocida, para la
Asamblea de Madrid sería un acierto. Nunca pensó que detrás de ella estaban
Esperanza Aguirre y Miguel Ángel Rodríguez.
Tampoco fue un éxito
electoral. Con Ciudadanos al límite de la vergüenza y el PSOE alicaído, lo
normal es que hubiese sacado mayoría. Ya los últimos días de campaña, cuando
malintencionadamente dio a conocer la figura de MAR y Espe, muchos cambiaron su
intención de voto.
Ya en el poder, Ayuso, sin
consultar con nadie, cambió a Toni Cantó por Miguel Ángel Rodríguez. Casado, le
dijo que quería un PP nuevo, por eso le nombraron a ella y le contestó que la presidenta
era ella. Ya poco o nada se podía hacer.
La indisciplina en un
partido político es “suicida”. Por otro lado, lo peor que tienen los
desconocidos que encabezan las listas, caso de Ayuso, es cuando se conoce su
pasado. No olvidemos el caso Arrimadas, indisciplina total, que de ser la más
votada en Cataluña ha pasado a desaparecer en política autonómica y nacional.
¿Qué pasaría en Madrid?
En caso de presentarse, el
alcalde contaría con el apoyo de los líderes del PP en Chamartín, Latina,
Fuencarral o Retiro; Carabanchel, Salamanca, San Blas o Barajas guardan lealtad
a la presidenta madrileña.
O sea, que ni ella sería
Presidenta de la CAM ni Almeida, alcalde de Madrid.
Los esfuerzos por sofocar el
debate generado en torno a la batalla por el control del PP de Madrid no han
sido pocos. Desde el principio, la dirección de Génova trató de taponar los
desaires de Isabel Díaz Ayuso, aunque sin demasiado éxito. El desgaste aprieta,
pero no sólo a Pablo Casado. También en la Puerta del Sol hay quien implora
aflojar en el pulso a Génova para evitar daños colaterales y coinciden en que
el enfrentamiento, a pocos días de que arranque la Convención Nacional en la
que el PP se juega el «relanzamiento» de su proyecto político, «ha ido
demasiado lejos».
Pese a los gestos públicos
de distensión, en privado las espadas siguen en alto. Y ambos sectores han
comenzado a tantear ya los posibles apoyos autonómicos y locales ante una
batalla que podría enfrentar a dos de los líderes más destacados del PP: Isabel
Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida. La primera ya ha oficializado su
candidatura, y el segundo está a la espera de las órdenes de Génova. En la
dirección nacional siguen inclinándose por la tricefalia como mejor opción para
el PP de Madrid -un candidato «de consenso» que no sea ni la presidenta ni el
alcalde-, no descarta que Almeida sea quien intente frenar el asalto de Ayuso
al PP de Madrid, sobre todo si no se consigue llegar a un acuerdo. «En la sala
hay dos militantes muy cualificados que tienen mucho peso», pronunció Casado
hace días ante los dos dirigentes.
Tanto en la dirección
nacional como en el entorno del alcalde han rebajado en los últimos días el
optimismo del equipo de Ayuso, en el que insisten en las «aspiraciones
legítimas» de la presidenta madrileña a pilotar el PP de Madrid tras vencer en
las elecciones del 4-M, y recuerdan que en el congreso regional no sólo votan
los afiliados -entre los que Ayuso «arrasa»- sino también los compromisarios
del partido. «Ella tiene mucho apoyo de la militancia, pero a lo mejor no es
suficiente. El alcalde tiene detrás una estructura, más peso local y el apoyo
del aparato y sobre todo que solo tienen voto los afiliados que estén al
corriente de pago en las cuotas.
La búsqueda de apoyos para
una posible batalla interna ha evidenciado una fuerte fractura del partido en
Madrid. La división afecta al grupo parlamentario y al propio Gobierno
regional, pero se hace especialmente evidente en los distritos de la capital.
Según fuentes de los dos sectores en liza, Ayuso y Almeida estarían ante un
empate técnico respecto a las lealtades que profesan los presidentes populares
de los distintos distritos de Madrid, con su correspondiente influencia en su
respectiva militancia. Fuentes cercanas a la presidenta autonómica arguyen no
obstante que «hace tiempo que los afiliados del PP son independientes», y no
votan como lo haga su presidente de distrito.
Así las cosas y según las
citadas fuentes, Isabel Ayuso contaría
con el apoyo prácticamente asegurado de los distritos de Villaverde,
Carabanchel, Arganzuela, Centro, Salamanca, Ciudad Lineal, Moratalaz, San Blas
y Barajas. Y, en caso de presentarse, a José Luis Martínez-Almeida en principio
le secundarían Fuencarral-El Pardo, Hortaleza, Tetuán, Chamartín, Chamberí,
Retiro, Latina, Usera y Villa de Vallecas. En Moncloa, Vicálvaro y Puente de Vallecas
no se definen ante ninguna de las dos posibles opciones.
Las adhesiones a una posible
candidatura de José Luis Martínez-Almeida responden a la propia lealtad que
profesan los concejales populares en el Ayuntamiento de Madrid a su alcalde.
Pero entre todos fieles al regidor y, por ende, a la dirección de Génova, el
nombre más destacado es el de Ángel Carromero, presidente del PP de Chamartín,
director general de coordinación de la alcaldía y actual presidente del comité
electoral del PP de Madrid.
Íntimo de Pablo Casado desde
hace años, Carromero es uno de los principales ‘profetas’ de Génova en Madrid,
al margen de la influencia que insufla la gestora dirigida por Pío
García-Escudero y Ana Camins. Entre sus actuales competencias está la de
decidir quién concurre a las próximas elecciones municipales, así como firmar
designaciones de candidatos al Senado. Su poder se ve amenazado por la llegada
de Isabel Díaz Ayuso al órgano de gobierno del partido en Madrid, que le
desalojaría instantáneamente del cargo y, por tanto, cortaría una de las
principales vías de influencia de Casado en el PP de Madrid.
El resto de distritos fieles
a Martínez-Almeida están dirigidos por sus propios colaboradores en el
consistorio. En Tetuán lidera el PP Paloma García Romero, delegada del Área de
gobierno de Obras y Equipamientos; en Latina, preside Álvaro González, portavoz
adjunto del grupo municipal y titular del Área Delegada de Vivienda; y en
Fuencarral, Borja Carabante, delegado del Área de Medio Ambiente y Movilidad e
íntimo amigo de Martínez-Almeida, con quien ha pasado incluso parte de sus
vacaciones de verano.
Por su parte, el PP de
Retiro, Usera, Hortaleza y Villa de Vallecas están presididos por los
concejales Francisco Javier Ramírez Caro, Borja Fanjul, Inmaculada Sanz y
Blanca Pinedo, respectivamente. Las fuentes consultadas incluyen en la balanza
de Martínez-Almeida al presidente del PP de Chamberí, Jaime González Taboada,
ex consejero de Medio Ambiente con Cristina Cifuentes, ex concejal de Pozuelo
de Alarcón -uno de los pueblos madrileños que se han levantado en contra de la
pugna de Ayuso con Casado– y ex diputado en la Asamblea de Madrid. Sin embargo,
no repitió en las listas diseñadas por Isabel Díaz Ayuso para las elecciones
del 4-M.
Los fieles a Ayuso
En la otra cara de la moneda
se encuentran diputados autonómicos, ex altos cargos durante el mandato de
Esperanza Aguirre y, en suma, personal de confianza de la actual presidenta de
la Comunidad de Madrid. Uno de los más destacados fieles a Ayuso es el líder
del PP en el distrito de San Blas, Carlos Díaz-Pache (con menos de 40 votos
válidos), en quien Ayuso confió la Viceconsejería de Transportes e
Infraestructuras de la Comunidad de Madrid.
Ayuso también conserva la
lealtad de Carabanchel, según aseguran fuentes autonómicas. Allí tiene las
riendas el actual consejero de Administración Local y Digitalización, Carlos
Izquierdo Torres, quien diseñó junto a Alfonso Serrano -portavoz del PP en la
Asamblea y uno de los primeros espadas de Isabel Díaz Ayuso- la campaña
electoral de la presidenta para el 4-M. Sin embargo, las informaciones que
apuntan a posibles contactos entre Génova y hasta cuatro consejeros de Ayuso
para ‘traicionar’ a la presidenta en el congreso madrileño incluía a Izquierdo
en la lista de señalados, si bien fuentes de Sol aseguran que la confianza de
la presidenta en sus consejeros permanece «intacta».
A ellos se suma Carlos
Segura, presidente del distrito Centro y diputado en la Asamblea de Madrid,
quien trabajó como asesor en la Consejería de Transportes de la región desde
2011, todavía con Aguirre en el gobierno, hasta 2015, durante la era de Ignacio
González. También se inclina por la presidenta madrileña el presidente del PP
de Barajas, Juan Antonio Peña Ochoa, que recientemente ha sido nombrado
diputado en la cámara regional tras la renuncia de Juan Carlos Carretero; o el
presidente del PP en Villaverde, Orlando Chacón, a quien Esperanza Aguirre
nombró en su momento responsable del área de Migración en el gobierno
autonómico.
Por su parte, las riendas
del PP de Moratalaz las tiene el diputado autonómico Ignacio Pezuela, un
distrito de cuya Junta Municipal también forma parte Almudena Maíllo del Valle,
asesora de Esperanza Aguirre durante su primera legislatura e íntima de la ex
presidenta madrileña, quien firmó incluso como testigo en su boda. En el
distrito de Salamanca preside Jorge Rodrigo Domínguez, actual vicepresidente de
la Asamblea de Madrid, mientras que al frente del PP de Arganzuela y Ciudad
Lineal están Dolores Navarro Ruiz y Nadia Álvarez Padilla, dos mujeres con
asiento en la Asamblea de Madrid y con dilatada experiencia en la política autonómica.
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